El Presidente del congreso Colombiano, Luis Fernando Velasco Chávez recibió este martes en el congreso de Colombia una importante delegación compuesta por Suelma Beiruk, Vicepresidenta del Parlamento Panafricano

El Presidente del congreso Colombiano, Luis Fernando Velasco Chávez recibió este martes en el congreso de Colombia una importante delegación compuesta por Suelma Beiruk, Vicepresidenta del Parlamento Panafricano, el Ministro saharaui para las Relaciones con América Latina y el Caribe, Omar Mansur y el embajador Mojtar Labuehi.
El Presidente del Congreso Colombiano expresó en Bogotá su apoyo a la causa saharaui y a las resoluciones adoptadas por su congreso sobre el tema durante una recepción a la delegación saharaui. El encuentro fue una ocasión para hacer una revisión de las importantes decisiones tomadas, tanto por el Parlamento Panfricano, como por el Congreso de Colombia en apoyo a la autodeterminación del pueblo Saharaui.
Además de la conferencia celebrada en el senado bajo el título « la ultima colonia en Africa », se celebraron en el teatro principal de la universidad Externado de Colombia, conferencias en las que participaron como ponentes el profesor de Derecho Constitucional , Carlos Ruiz Miguel y Omar Mansur que versaron sobre la cuestión del Sahara Occidental y la reciente evolución del conflicto tras la visita del Secretario General de la ONU Ban Ki Moon. 

Carta del preso político saharaui Naama Asfari en el día 31 de la huelga de hambre

Muchas gracias, querida amiga;
Las cosas están bien pese a la degradación de nuestro estado de salud. Lo más importante es que nuestra lucha es justa. Es el combate de todo el pueblo, pero también de los pueblos de España, con quien tuvimos relación colonial en el pasado y hoy nos apoyan pese a la posición de sus diferentes gobiernos, en los cuales no tenemos confianza alguna. Hoy el pueblo está de nuestra parta porque ve en nosotros un ejemplo de resistencia ante todas las formas de injusticia.
El campamento de Gdeim Izik es la resistencia de este pueblo que es pequeño, pero grande como símbolo para todos los pueblos del planeta. Despues de Gdeim Izik varios pueblos nos imitaron pero el problema ha sido la mundialización capitalista e imperialista que ha creado dictaduras y ha convertido el mundo en un lugar donde la ONU, que debía asegurar la justicia, no hace nada ante un régimen torturador de ocupación como es Marruecos.
Agradecemos mucho vuestro apoyo. Nuestro combate es el vuestro. Nuestra liberación no tendrá sentido si nuestro pueblo permanece en el exilio y la ocupación.
Ban Ki-Moon es el primer responsable de la ONU, la organización de todos los pueblos y de todos los Estados.
Hoy, por fuerza de ley, nosotros no somos presos políticos, somos civiles secuestrados, condenados por un Tribunal militar.
Mi mensaje hoy que quiero que tu difundas en todo el Estado Español es que nosotros estamos determinados a continuar nuestro combate por todos los medios justos. Hoy la huelga de hambre es nuestra arma. Es el arma sin armas que puede mostrar la debilidad e incoherencia del ocupante marroquí.
Muchas gracias.
Este es un mensaje que era la respuesta a una amiga y se ha convertido en un agradecimiento a todos los amigos de toda Europa.
Naama Asfari,
31 de marzo de 2016.
Prisión de Salé, Rabat.
En la misma celda nº3 que Mohamed Mbark Lafkir

El esfuerzo de las Naciones Unidas en el contencioso del Sahara Occidental

INTRODUCCIÓN
Este mes de febrero, se han cumplido 40 años desde que un 26 de febrero del año 1976, España comunicara al secretario general de la ONU que, a partir de dicha fecha, daba por terminada su presencia en el territorio del Sahara Occidental después de noventa y tres años de permanencia.
España, como potencia administradora en virtud del artículo 73 de la Carta de las Naciones Unidas, cedía, en el año 1976, según lo establecido en los acuerdos tripartitos de Madrid, el territorio del Sahara Occidental a Marruecos y a Mauritania, que se convertían en potencias ocupantes, dejando un proceso de descolonización inconcluso.
Analizamos en este documento el trabajo de las Naciones Unidas que, a través de distintos mecanismos jurídicos, ha intentado dar una respuesta efectiva al contencioso del Sahara Occidental, una controversia que desde el año 1976 ocupa los esfuerzos de la comunidad internacional.
LAS NACIONES UNIDAS Y EL MANTENIMIENTO DE LA PAZ
La comunidad internacional ha establecido una serie de mecanismos jurídicos con el objetivo de dar solución a los conflictos internacionales a través de un principio básico: «el arreglo de las controversias internacionales por medios pacíficos». Será en la propia Carta de las Naciones Unidas del año 1945, donde se consagrarán este principio establecido en su artículo 2.3 respecto a la resolución de controversias:
«Los miembros de la Organización arreglarán sus controversias internacionales por medios pacíficos de tal manera que no se pongan en peligro ni la paz y la seguridad internacionales ni la justicia».
El Sahara Occidental es un territorio no autónomo (TNA) y como tal, figura desde el año 1960 en la lista de TNA de la ONU y en la agenda de la Cuarta Comisión (Política Especial y de Descolonización) de octubre del año 2014 donde la Asamblea General aprueba el programa de trabajo y calendario de la Comisión Política Especial y de Descolonización (Cuarta Comisión) para el sexagésimo noveno período de sesiones de la Asamblea General .
La Resolución 2625 (XXV) de la Asamblea General de las Naciones Unidas, del 24 de octubre del año 1970, afirma que:
«El territorio de una colonia u otro TNA tiene, en virtud de la Carta, una condición jurídica distinta y separada de la del territorio del Estado que lo administra; y esa condición jurídica distinta y separada conforme a la Carta existirá hasta que el pueblo de la colonia o el territorio no autónomo haya ejercido su derecho de libre determinación de conformidad con la Carta y en particular, con sus propósitos y principios» .
El objetivo de esta resolución, que declara que la condición jurídica de un TNA es distinta y separada de la del territorio del Estado que lo administra, es impedir la asimilación jurídica del territorio colonial al de este, y tiene un doble destinatario: en el territorio mismo y en sus habitantes.
En el año 1945, la Carta de las Naciones Unidas proclamó como uno de los propósitos y principios de las Naciones Unidas, «el respeto por el principio de la igualdad de derechos y por la libre determinación de los pueblos, , cuyo significado implica que el pueblo de una colonia o territorio dependiente, decide sobre la futura condición de su país.
En las décadas siguientes, más de 80 territorios coloniales se independizaron como resultado de la libre determinación y otros Territorios eligieron la libre asociación o la integración con un Estado independiente.
En el año 1960, se adoptó la Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales, que definió algunos de los principios de la descolonización.
En el año 1975, mediante los Acuerdos Tripartitos de Madrid se decidirá el abandono por parte de España del territorio del Sahara, siendo ocupado por Marruecos y Mauritania. Dichos acuerdos, no supondrán una transferencia de soberanía sobre el territorio, ni el estatus de potencia administradora a los firmantes de los mismos.
Las Naciones Unidas han realizado a lo largo de estos años un trabajo de acompañamiento y de intensa actividad normativa. Un trabajo normativo a través de 179 instrumentos jurídicos entre resoluciones e informes que no han permitido aún una solución efectiva del conflicto, y a su vez, un acompañamiento a través de la MINURSO en la operación de mantenimiento de la paz más antigua del continente.
EL SAHARA OCCIDENTAL COMO TERRITORIO NO AUTÓNOMO (TNA)
En el año 1945, la Carta de las Naciones Unidas proclamó «el respeto por el principio de la igualdad de derechos y por la libre determinación de los pueblos». En la Carta se define un territorio no autónomo (TNA) como el territorio «cuyo pueblo todavía no ha alcanzado un nivel pleno de autogobierno». En el año 1946, varios Estados miembros de la ONU identificaron una serie de territorios bajo su administración que no eran autónomos y los incluyeron en una lista de la ONU.
Con el ingreso de España en el año 1955 en la Organización de las Naciones Unidas, después de una larga época de aislamiento del régimen franquista, nuestro país se comprometía a aceptar y cumplir con la Carta de las Naciones Unidas, con los documentos y principios que se habían establecido en relación con los procesos de descolonización.
El capítulo XI de la Carta de Naciones Unidas del año 1945 contiene una Declaración sobre los territorios no autónomos, que se definen como aquellos «territorios cuyos pueblos no hayan alcanzado todavía la plenitud del gobierno propio».
Los títulos XI, XII y XIII de la Carta se ocupan de los territorios no autónomos y de las relaciones de estos con las metrópolis y las potencias fiduciarias; artículos 73 a 91; en el artículo 73, se destaca lo siguiente:
«Los miembros de las Naciones Unidas que tengan o asuman la responsabilidad de administrar territorios cuyos pueblos no hayan alcanzado todavía la plenitud del gobierno propio, reconocen el principio de que los intereses de los habitantes de esos territorios están por encima de todo, aceptan como un encargo sagrado la obligación de promover en todo lo posible, dentro del sistema de paz y de seguridad internacionales establecido por esta Carta, el bienestar de los habitantes de esos territorios, y asimismo se obligan:
a. a asegurar, con el debido respeto, la cultura de los pueblos respectivos, su adelanto político, económico, social y educativo, el justo tratamiento de dichos pueblos y su protección contra todo abuso; […]
b. a transmitir regularmente al secretario general, a título informativo y dentro de los límites que la seguridad y consideraciones de orden constitucional requieran, la información estadística y de cualquier otra naturaleza técnica que verse sobre las condiciones económicas, sociales y educativas de los territorios por los cuales son respectivamente responsables, que no sean de los territorios a que se refieren los capítulos XII y XIII de esta Carta».
Con esta petición de información, por parte de la ONU a España sobre sus territorios no autónomos (TNA), se inician los apuros para la diplomacia del general Franco.
Se consulta a nuestro país si administra territorios no autónomos. La respuesta española fue negativa; «no se administran territorios no autónomos», y esto es así, ya que el Estado español había «provincializado» el África Occidental española. Aduciendo que los territorios de los que se pedía información eran provincias y que España no se sentía concernido por el artículo 73.
El Decreto de Presidencia de 10 de enero de 1958 determinaba que tanto Ifni como el Sahara Occidental no eran colonias sino «provincias ultramarinas» (Martínez Millán, 1991: 193).
En el año 1960 y ante la presión internacional, el gobierno español reconocerá que Ifni, el Sahara Occidental, Río Muni y Guinea eran territorios no autónomos y no provincias. Para España, un país recién incorporado a la esfera internacional, no era lo más adecuado iniciar un enfrenamiento con los organismos de la ONU en un proceso de descolonización (Martínez Millán, 1991: 193). España quedará obligada, contra su parecer, a reconocer que estaba en posesión de TNA y que debía transmitir información sobre ellos.
En el año 1965, la XX Asamblea General de las Naciones Unidas trató la cuestión del Sahara Occidental, adoptándose la resolución 2072 en la que pide a España el cese de la «dominación colonial»:
«Pide encarecidamente al Gobierno de España, como potencia administradora, que adopte inmediatamente todas las medidas necesarias para la liberación de los territorios de Ifni y del Sahara español de la dominación colonial y que, con ese fin, emprenda negociaciones sobre los problemas relativos a la soberanía presentados por estos dos territorios» .
Así, la Asamblea General de Naciones Unidas en base al «deseo de la comunidad internacional de poner fin al colonialismo en todas partes y en todas sus formas» (Resolución AN ONU 1514 XV, de 14 de diciembre de 1960), urgía al gobierno español como potencia administradora a mostrar su intención de descolonizar el Sahara.
Como hemos visto, el régimen franquista va a esclarecer la realidad jurídica del territorio del Sahara occidental en el año 1975, con la Ley 40/1975, de 19 de noviembre.
España reconoce al Sahara español como territorio no autónomo, reconoce asimismo que ha estado sometido a un régimen peculiar con analogías al régimen provincial, y que «nunca ha formado parte del territorio nacional». La Ley, solo contiene un único artículo mediante el cual:
«Se autoriza al Gobierno para que realice los actos y adopte las medidas que sean precisas para llevar acabo la descolonización del territorio no autónomo del Sahara, salvaguardando los intereses españoles».
El precepto tiene como objetivo llevar adelante el proceso de descolonización del territorio no autónomo del Sahara español.
El 26 de febrero del año 1976, España «cesa su participación en la administración temporal del Sahara». España comunicará al secretario general que a partir de dicha fecha daba por terminada su presencia en el territorio del Sahara y que estimaba necesario hacer constar que España se consideraba a partir de ese momento exenta de toda responsabilidad de carácter internacional en relación con la administración del territorio, en vista de que había cesado su participación en la administración «temporal» establecida para el territorio.
En el año 1990 la Asamblea General reafirmó que la cuestión del Sahara Occidental era un problema de descolonización que debía ser resuelto por el pueblo del Sahara Occidental.

El Presidente del congreso Colombiano, Luis Fernando Velasco Chávez recibió este martes en el congreso de Colombia una importante delegación compuesta por Suelma Beiruk, Vicepresidenta del Parlamento Panafricano

El Presidente del congreso Colombiano, Luis Fernando Velasco Chávez recibió este martes en el congreso de Colombia una importante delegación compuesta por Suelma Beiruk, Vicepresidenta del Parlamento Panafricano, el Ministro saharaui para las Relaciones con América Latina y el Caribe, Omar Mansur y el embajador Mojtar Labuehi.
El Presidente del Congreso Colombiano expresó en Bogotá su apoyo a la causa saharaui y a las resoluciones adoptadas por su congreso sobre el tema durante una recepción a la delegación saharaui. El encuentro fue una ocasión para hacer una revisión de las importantes decisiones tomadas, tanto por el Parlamento Panfricano, como por el Congreso de Colombia en apoyo a la autodeterminación del pueblo Saharaui.
Además de la conferencia celebrada en el senado bajo el título « la ultima colonia en Africa », se celebraron en el teatro principal de la universidad Externado de Colombia, conferencias en las que participaron como ponentes el profesor de Derecho Constitucional , Carlos Ruiz Miguel y Omar Mansur que versaron sobre la cuestión del Sahara Occidental y la reciente evolución del conflicto tras la visita del Secretario General de la ONU Ban Ki Moon. 

Carta del preso político saharaui Naama Asfari en el día 31 de la huelga de hambre

Muchas gracias, querida amiga;
Las cosas están bien pese a la degradación de nuestro estado de salud. Lo más importante es que nuestra lucha es justa. Es el combate de todo el pueblo, pero también de los pueblos de España, con quien tuvimos relación colonial en el pasado y hoy nos apoyan pese a la posición de sus diferentes gobiernos, en los cuales no tenemos confianza alguna. Hoy el pueblo está de nuestra parta porque ve en nosotros un ejemplo de resistencia ante todas las formas de injusticia.
El campamento de Gdeim Izik es la resistencia de este pueblo que es pequeño, pero grande como símbolo para todos los pueblos del planeta. Despues de Gdeim Izik varios pueblos nos imitaron pero el problema ha sido la mundialización capitalista e imperialista que ha creado dictaduras y ha convertido el mundo en un lugar donde la ONU, que debía asegurar la justicia, no hace nada ante un régimen torturador de ocupación como es Marruecos.
Agradecemos mucho vuestro apoyo. Nuestro combate es el vuestro. Nuestra liberación no tendrá sentido si nuestro pueblo permanece en el exilio y la ocupación.
Ban Ki-Moon es el primer responsable de la ONU, la organización de todos los pueblos y de todos los Estados.
Hoy, por fuerza de ley, nosotros no somos presos políticos, somos civiles secuestrados, condenados por un Tribunal militar.
Mi mensaje hoy que quiero que tu difundas en todo el Estado Español es que nosotros estamos determinados a continuar nuestro combate por todos los medios justos. Hoy la huelga de hambre es nuestra arma. Es el arma sin armas que puede mostrar la debilidad e incoherencia del ocupante marroquí.
Muchas gracias.
Este es un mensaje que era la respuesta a una amiga y se ha convertido en un agradecimiento a todos los amigos de toda Europa.
Naama Asfari,
31 de marzo de 2016.
Prisión de Salé, Rabat.
En la misma celda nº3 que Mohamed Mbark Lafkir

El esfuerzo de las Naciones Unidas en el contencioso del Sahara Occidental

INTRODUCCIÓN
Este mes de febrero, se han cumplido 40 años desde que un 26 de febrero del año 1976, España comunicara al secretario general de la ONU que, a partir de dicha fecha, daba por terminada su presencia en el territorio del Sahara Occidental después de noventa y tres años de permanencia.
España, como potencia administradora en virtud del artículo 73 de la Carta de las Naciones Unidas, cedía, en el año 1976, según lo establecido en los acuerdos tripartitos de Madrid, el territorio del Sahara Occidental a Marruecos y a Mauritania, que se convertían en potencias ocupantes, dejando un proceso de descolonización inconcluso.
Analizamos en este documento el trabajo de las Naciones Unidas que, a través de distintos mecanismos jurídicos, ha intentado dar una respuesta efectiva al contencioso del Sahara Occidental, una controversia que desde el año 1976 ocupa los esfuerzos de la comunidad internacional.
LAS NACIONES UNIDAS Y EL MANTENIMIENTO DE LA PAZ
La comunidad internacional ha establecido una serie de mecanismos jurídicos con el objetivo de dar solución a los conflictos internacionales a través de un principio básico: «el arreglo de las controversias internacionales por medios pacíficos». Será en la propia Carta de las Naciones Unidas del año 1945, donde se consagrarán este principio establecido en su artículo 2.3 respecto a la resolución de controversias:
«Los miembros de la Organización arreglarán sus controversias internacionales por medios pacíficos de tal manera que no se pongan en peligro ni la paz y la seguridad internacionales ni la justicia».
El Sahara Occidental es un territorio no autónomo (TNA) y como tal, figura desde el año 1960 en la lista de TNA de la ONU y en la agenda de la Cuarta Comisión (Política Especial y de Descolonización) de octubre del año 2014 donde la Asamblea General aprueba el programa de trabajo y calendario de la Comisión Política Especial y de Descolonización (Cuarta Comisión) para el sexagésimo noveno período de sesiones de la Asamblea General .
La Resolución 2625 (XXV) de la Asamblea General de las Naciones Unidas, del 24 de octubre del año 1970, afirma que:
«El territorio de una colonia u otro TNA tiene, en virtud de la Carta, una condición jurídica distinta y separada de la del territorio del Estado que lo administra; y esa condición jurídica distinta y separada conforme a la Carta existirá hasta que el pueblo de la colonia o el territorio no autónomo haya ejercido su derecho de libre determinación de conformidad con la Carta y en particular, con sus propósitos y principios» .
El objetivo de esta resolución, que declara que la condición jurídica de un TNA es distinta y separada de la del territorio del Estado que lo administra, es impedir la asimilación jurídica del territorio colonial al de este, y tiene un doble destinatario: en el territorio mismo y en sus habitantes.
En el año 1945, la Carta de las Naciones Unidas proclamó como uno de los propósitos y principios de las Naciones Unidas, «el respeto por el principio de la igualdad de derechos y por la libre determinación de los pueblos, , cuyo significado implica que el pueblo de una colonia o territorio dependiente, decide sobre la futura condición de su país.
En las décadas siguientes, más de 80 territorios coloniales se independizaron como resultado de la libre determinación y otros Territorios eligieron la libre asociación o la integración con un Estado independiente.
En el año 1960, se adoptó la Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales, que definió algunos de los principios de la descolonización.
En el año 1975, mediante los Acuerdos Tripartitos de Madrid se decidirá el abandono por parte de España del territorio del Sahara, siendo ocupado por Marruecos y Mauritania. Dichos acuerdos, no supondrán una transferencia de soberanía sobre el territorio, ni el estatus de potencia administradora a los firmantes de los mismos.
Las Naciones Unidas han realizado a lo largo de estos años un trabajo de acompañamiento y de intensa actividad normativa. Un trabajo normativo a través de 179 instrumentos jurídicos entre resoluciones e informes que no han permitido aún una solución efectiva del conflicto, y a su vez, un acompañamiento a través de la MINURSO en la operación de mantenimiento de la paz más antigua del continente.
EL SAHARA OCCIDENTAL COMO TERRITORIO NO AUTÓNOMO (TNA)
En el año 1945, la Carta de las Naciones Unidas proclamó «el respeto por el principio de la igualdad de derechos y por la libre determinación de los pueblos». En la Carta se define un territorio no autónomo (TNA) como el territorio «cuyo pueblo todavía no ha alcanzado un nivel pleno de autogobierno». En el año 1946, varios Estados miembros de la ONU identificaron una serie de territorios bajo su administración que no eran autónomos y los incluyeron en una lista de la ONU.
Con el ingreso de España en el año 1955 en la Organización de las Naciones Unidas, después de una larga época de aislamiento del régimen franquista, nuestro país se comprometía a aceptar y cumplir con la Carta de las Naciones Unidas, con los documentos y principios que se habían establecido en relación con los procesos de descolonización.
El capítulo XI de la Carta de Naciones Unidas del año 1945 contiene una Declaración sobre los territorios no autónomos, que se definen como aquellos «territorios cuyos pueblos no hayan alcanzado todavía la plenitud del gobierno propio».
Los títulos XI, XII y XIII de la Carta se ocupan de los territorios no autónomos y de las relaciones de estos con las metrópolis y las potencias fiduciarias; artículos 73 a 91; en el artículo 73, se destaca lo siguiente:
«Los miembros de las Naciones Unidas que tengan o asuman la responsabilidad de administrar territorios cuyos pueblos no hayan alcanzado todavía la plenitud del gobierno propio, reconocen el principio de que los intereses de los habitantes de esos territorios están por encima de todo, aceptan como un encargo sagrado la obligación de promover en todo lo posible, dentro del sistema de paz y de seguridad internacionales establecido por esta Carta, el bienestar de los habitantes de esos territorios, y asimismo se obligan:
a. a asegurar, con el debido respeto, la cultura de los pueblos respectivos, su adelanto político, económico, social y educativo, el justo tratamiento de dichos pueblos y su protección contra todo abuso; […]
b. a transmitir regularmente al secretario general, a título informativo y dentro de los límites que la seguridad y consideraciones de orden constitucional requieran, la información estadística y de cualquier otra naturaleza técnica que verse sobre las condiciones económicas, sociales y educativas de los territorios por los cuales son respectivamente responsables, que no sean de los territorios a que se refieren los capítulos XII y XIII de esta Carta».
Con esta petición de información, por parte de la ONU a España sobre sus territorios no autónomos (TNA), se inician los apuros para la diplomacia del general Franco.
Se consulta a nuestro país si administra territorios no autónomos. La respuesta española fue negativa; «no se administran territorios no autónomos», y esto es así, ya que el Estado español había «provincializado» el África Occidental española. Aduciendo que los territorios de los que se pedía información eran provincias y que España no se sentía concernido por el artículo 73.
El Decreto de Presidencia de 10 de enero de 1958 determinaba que tanto Ifni como el Sahara Occidental no eran colonias sino «provincias ultramarinas» (Martínez Millán, 1991: 193).
En el año 1960 y ante la presión internacional, el gobierno español reconocerá que Ifni, el Sahara Occidental, Río Muni y Guinea eran territorios no autónomos y no provincias. Para España, un país recién incorporado a la esfera internacional, no era lo más adecuado iniciar un enfrenamiento con los organismos de la ONU en un proceso de descolonización (Martínez Millán, 1991: 193). España quedará obligada, contra su parecer, a reconocer que estaba en posesión de TNA y que debía transmitir información sobre ellos.
En el año 1965, la XX Asamblea General de las Naciones Unidas trató la cuestión del Sahara Occidental, adoptándose la resolución 2072 en la que pide a España el cese de la «dominación colonial»:
«Pide encarecidamente al Gobierno de España, como potencia administradora, que adopte inmediatamente todas las medidas necesarias para la liberación de los territorios de Ifni y del Sahara español de la dominación colonial y que, con ese fin, emprenda negociaciones sobre los problemas relativos a la soberanía presentados por estos dos territorios» .
Así, la Asamblea General de Naciones Unidas en base al «deseo de la comunidad internacional de poner fin al colonialismo en todas partes y en todas sus formas» (Resolución AN ONU 1514 XV, de 14 de diciembre de 1960), urgía al gobierno español como potencia administradora a mostrar su intención de descolonizar el Sahara.
Como hemos visto, el régimen franquista va a esclarecer la realidad jurídica del territorio del Sahara occidental en el año 1975, con la Ley 40/1975, de 19 de noviembre.
España reconoce al Sahara español como territorio no autónomo, reconoce asimismo que ha estado sometido a un régimen peculiar con analogías al régimen provincial, y que «nunca ha formado parte del territorio nacional». La Ley, solo contiene un único artículo mediante el cual:
«Se autoriza al Gobierno para que realice los actos y adopte las medidas que sean precisas para llevar acabo la descolonización del territorio no autónomo del Sahara, salvaguardando los intereses españoles».
El precepto tiene como objetivo llevar adelante el proceso de descolonización del territorio no autónomo del Sahara español.
El 26 de febrero del año 1976, España «cesa su participación en la administración temporal del Sahara». España comunicará al secretario general que a partir de dicha fecha daba por terminada su presencia en el territorio del Sahara y que estimaba necesario hacer constar que España se consideraba a partir de ese momento exenta de toda responsabilidad de carácter internacional en relación con la administración del territorio, en vista de que había cesado su participación en la administración «temporal» establecida para el territorio.
En el año 1990 la Asamblea General reafirmó que la cuestión del Sahara Occidental era un problema de descolonización que debía ser resuelto por el pueblo del Sahara Occidental.

L’Algérie espère que la France va aider à régler la question sahraouie dans le cadre de la légalité internationale

ALGER – L’Algérie « garde toujours de bons espoirs » que la France va « véritablement » aider la région à régler la question sahraouie dans le cadre de la légalité internationale, a indiqué mardi à Alger le ministre d’Etat, ministre des Affaires étrangères et de la Coopération internationale, Ramtane Lamamra.
« Nous avons toujours de bons espoirs que l’administration du président François Hollande va véritablement aider la région à régler cette question dans le cadre de la légalité internationale et dans la satisfaction de la doctrine des Nations unies en matière de décolonisation », a déclaré M. Lamamra lors d’une conférence de presse animée conjointement avec son homologue français, Jean-Marc Ayrault, à l’issue de leurs entretiens.
Le ministre a tenu à préciser que M. Ayrault est a la tête du ministère français des Affaires étrangères depuis quelques semaines et que le conflit du Sahara Occidental « dure depuis plus de 40 ans et revient épisodiquement dans notre dialogue politique ».
« Je ne suis pas historien, mais je ne vous cacherai pas que c’est l’un (conflit sahraoui) des principaux désaccords entre la politique extérieure de l’Algérie et celle de la France », a-t-il relevé.
Pour le chef de la diplomatie algérienne, les Nations unies sont à un « tournant crucial, peut être décisif » à l’occasion de la présentation du rapport du secrétaire général sur la question sahraouie.
Lamamra a exprimé, à cette occasion, le souhait de l’Algérie de voir les Nations unies « prendre les décisions qui s’imposent afin que la communauté internationale puisse, enfin, s’acquitter de ses responsabilités historiques pour l’autodétermination du peuple du Sahara Occidental ».
« Nous pensons que la France trouverait absolument un rôle à la mesure de son histoire, de son pouvoir et de ses responsabilités dans le soutien et la conduite d’un processus qui permettra au Maghreb arabe d’aller vers un destin collectif et unitaire avec la satisfaction du droit naturel du peuple sahraoui à l’autodétermination », a-t-il soutenu.
« Nous sommes à un moment où il faut savoir dire que le pire n’est pas sûr et que le pire n’est pas le destin de notre région », a conclu M. Lamamra.
L’Algérie et la France pour la stabilité et la construction de la paix durable dans la région— 30 mars 2016
L’Algérie et la France partagent « le même objectif », celui de « la stabilité et la construction d’une paix durable » dans la région, a indiqué mardi à Alger, le ministre français des Affaires étrangères et du Développement international, Jean-Marc Ayrault.
« Nous partageons un même objectif, celui de la stabilité de toute cette région et aussi de la construction d’une paix durable », a-t-il déclaré lors d’une conférence de presse conjointement animée avec son homologue algérien, Ramtane Lamamra.
Il a ajouté que les deux pays avaient aussi « la même préoccupation de lutter avec acharnement contre le terrorisme », mais également de présenter à la jeunesse des deux pays « des perspectives d’avenir et d’espoir et c’est ce que nous voulons construire ensemble et je viens ici en tant qu’ami de l’Algérie et en tant partenaire de la relation franco-algérienne ».
Ayrault a relevé qu’il était en Algérie pour renouveler un message « d’amitié » et d’une coopération « de plus en plus étroite et confiante » dans le cadre du partenariat d’exception, décidé par les présidents François Hollande et Abdelaziz Bouteflika et « qui nous appartient de mettre en oeuvre ».
Le chef de la diplomatie française a indiqué que la réunion prochainement du Comité intergouvernemental de haut niveau algéro-français (CIHN) sera l’occasion d’aborder plusieurs sujets économiques, notamment le rôle des groupes français comme PSA Peugeot Citroën, Renault et Alstom.
Il a dit espérer qu’à cette occasion seront annoncées d’importantes décisions qui seront « à la fois utiles pour l’Algérie et la France, puisqu’il s’agit d’une véritable coopération économique », relevant que des accords en matière de santé, d’éducation seront notamment signés.
« Nous pouvons parfaitement amplifié notre coopération mutuelle, au moment ou l’Algérie est engagée dans un processus important de diversification de son économie. C’est dans ce sens qu’il faut aller et c’est dans ce sens que nous allons depuis plusieurs années », a-t-il souligné .
Interrogé sur la montée de l’islamophobie en France, notamment dans le sillage des attentas de Paris et de Bruxelles, M. Ayrault a rétorqué que « nous sommes attachés à la liberté de conscience, la liberté religieuse et de culte, et nous veillons pour qu’il en soit ainsi pour tous les croyants et les non-croyants, qui doivent être respectés, c’est le rôle de l’Etat, le rôle de la République d’y veiller ».
« Nous faisons en sorte que nous n’entrions pas dans une forme de spirale absurde, qui consisterait: parce qu’il y a des attentats et que certains, qui les pratiquent se réclament de l’Islam pour que tous les musulmans soient mis dans cet opprobre, et c’est pour ça que nous voulons en permanence rappeler que l’immense majorité des français musulmans qui sont croyants et pratiquants n’adhèrent absolument pas à cette radicalité et doivent être respectés », a-t-il souligné.
Il a soutenu, dans ce cadre, que les premières victimes en nombre des attentats étaient souvent des personnes de confession musulmane, « nous ne devons pas l’oublier ».
L’ancien Premier ministre français a assuré, dans ce sillage, que « nous devons nous défendre pour assurer la sécurité de nos concitoyens, chacun dans son pays » et coopérer pour lutter contre le terrorisme.
« Nous l’avons évoqué pour des dossiers régionaux mais ça vaut aussi pour la coopération franco-algérienne, en matière de renseignement que nous pouvons renforcer et échanger nos expériences en matière de lutte contre la radicalisation d’une petite partie de la jeunesse qui est tentée par cette aventure et qui conduit à la pire des horreurs », a-t-il dit.
Concernant le processus de paix au Proche-Orient, M. Ayrault a indiqué que la France « est engagée pour que nous n’acceptions pas le statu quo qui prévaut dans cette région et qui conduit à la désespérance et à la violence ».
« Nous avons besoin de toutes les forces qui sont prêtes à faire reculer cette situation dramatique et s’inscrire dans la perspective qui est la seule possible de deux Etats, Israël et la Palestine vivant en sécurité », a-t-il estimé.

Trop, c’est trop…

» L’entière responsabilité, en cas de reprise du conflit armé, incombera au sulfureux tandem Paris-Rabat « .
Par Ali Oussi :
Alger a bien fait de tancer, comme il se doit, ses vis-à-vis parisiens par rapport à leur criminel et condamnable soutien à la politique colonialiste du Maroc. Lamamra, dont la pondération diplomatique est quasi-légendaire, a donc sciemment eu un » écart » que n’importe quel esprit lucide et éclairé se devait de saluer avec toute la force voulue. 
Sans le soutien français, en effet, le Maroc n’avait aucune chance de remporter son bras de fer contre Ban Ki-Moon, le secrétaire général de l’ONU. Le droit international étant, comme de juste, du côté de celui-ci. Or, non seulement Ban s’est vu forcé de reculer piteusement, remettant en cause le peu de crédibilité qui restait encore à » ce machin « , mais en plus Rabat, gonflée de cette même arrogance qui avait fait la force du crapaud face au bœuf, a rejeté de manière cinglante et inélégante les » regrets » de Ban Ki-Moon. 
Il faut dire que le Maroc, renforcé dans sa démarche par l’attitude honteuse de la France, se sent désormais pousser des ailes dans l’accomplissement de sa politique colonialiste, basée sur le fait accompli, calquée sur celle opérée par l’entité sioniste dans les territoires occupés palestiniens. Non, le Maroc ne rappellera pas le personnel civil de la Minurso, trop heureux qu’il est d’avoir vidé cette structure onusienne de son caractère politique, basé sur la préparation d’un référendum d’autodétermination du peuple sahraoui. En revanche, il accepte très volontiers le maintien du personnel militaire, chargé du respect du cessez-le-feu. 
Aujourd’hui, la France assume l’entière responsabilité face à cette aggravation inédite de la question sahraouie. Les risques d’une reprise du conflit armé (maintes fois brandi par les dirigeants du front Polisario) ne sont désormais plus une simple vue de l’esprit. La menace devient tout aussi directe que réel. Les représentants légitimes du peuple sahraoui, face à l’épuisement de l’ensemble de leurs voies de recours pacifiques, ne peuvent que s’y résoudre en désespoir de cause. L’entière responsabilité, en cas de reprise du conflit armé, incombera au sulfureux tandem Paris-Rabat.
D’ores et déjà, l’organisation internationale, Oxfam, basée à Londres, s’inquiète en s’exclamant du fait que, je cite, » les développements récents au Sahara Occidental occupé marqués par l’expulsion des membres de la mission des Nations unies pour l’organisation d’un référendum au Sahara Occidental (MINURSO) et la fermeture de son bureau de liaison à Dakhla (territoires sahraouis occupés) par le Maroc, constituent une menace pour la stabilité régionale.
No comment…
A.O.

L’Algérie espère que la France va aider à régler la question sahraouie dans le cadre de la légalité internationale

ALGER – L’Algérie « garde toujours de bons espoirs » que la France va « véritablement » aider la région à régler la question sahraouie dans le cadre de la légalité internationale, a indiqué mardi à Alger le ministre d’Etat, ministre des Affaires étrangères et de la Coopération internationale, Ramtane Lamamra.
« Nous avons toujours de bons espoirs que l’administration du président François Hollande va véritablement aider la région à régler cette question dans le cadre de la légalité internationale et dans la satisfaction de la doctrine des Nations unies en matière de décolonisation », a déclaré M. Lamamra lors d’une conférence de presse animée conjointement avec son homologue français, Jean-Marc Ayrault, à l’issue de leurs entretiens.
Le ministre a tenu à préciser que M. Ayrault est a la tête du ministère français des Affaires étrangères depuis quelques semaines et que le conflit du Sahara Occidental « dure depuis plus de 40 ans et revient épisodiquement dans notre dialogue politique ».
« Je ne suis pas historien, mais je ne vous cacherai pas que c’est l’un (conflit sahraoui) des principaux désaccords entre la politique extérieure de l’Algérie et celle de la France », a-t-il relevé.
Pour le chef de la diplomatie algérienne, les Nations unies sont à un « tournant crucial, peut être décisif » à l’occasion de la présentation du rapport du secrétaire général sur la question sahraouie.
Lamamra a exprimé, à cette occasion, le souhait de l’Algérie de voir les Nations unies « prendre les décisions qui s’imposent afin que la communauté internationale puisse, enfin, s’acquitter de ses responsabilités historiques pour l’autodétermination du peuple du Sahara Occidental ».
« Nous pensons que la France trouverait absolument un rôle à la mesure de son histoire, de son pouvoir et de ses responsabilités dans le soutien et la conduite d’un processus qui permettra au Maghreb arabe d’aller vers un destin collectif et unitaire avec la satisfaction du droit naturel du peuple sahraoui à l’autodétermination », a-t-il soutenu.
« Nous sommes à un moment où il faut savoir dire que le pire n’est pas sûr et que le pire n’est pas le destin de notre région », a conclu M. Lamamra.
L’Algérie et la France pour la stabilité et la construction de la paix durable dans la région— 30 mars 2016
L’Algérie et la France partagent « le même objectif », celui de « la stabilité et la construction d’une paix durable » dans la région, a indiqué mardi à Alger, le ministre français des Affaires étrangères et du Développement international, Jean-Marc Ayrault.
« Nous partageons un même objectif, celui de la stabilité de toute cette région et aussi de la construction d’une paix durable », a-t-il déclaré lors d’une conférence de presse conjointement animée avec son homologue algérien, Ramtane Lamamra.
Il a ajouté que les deux pays avaient aussi « la même préoccupation de lutter avec acharnement contre le terrorisme », mais également de présenter à la jeunesse des deux pays « des perspectives d’avenir et d’espoir et c’est ce que nous voulons construire ensemble et je viens ici en tant qu’ami de l’Algérie et en tant partenaire de la relation franco-algérienne ».
Ayrault a relevé qu’il était en Algérie pour renouveler un message « d’amitié » et d’une coopération « de plus en plus étroite et confiante » dans le cadre du partenariat d’exception, décidé par les présidents François Hollande et Abdelaziz Bouteflika et « qui nous appartient de mettre en oeuvre ».
Le chef de la diplomatie française a indiqué que la réunion prochainement du Comité intergouvernemental de haut niveau algéro-français (CIHN) sera l’occasion d’aborder plusieurs sujets économiques, notamment le rôle des groupes français comme PSA Peugeot Citroën, Renault et Alstom.
Il a dit espérer qu’à cette occasion seront annoncées d’importantes décisions qui seront « à la fois utiles pour l’Algérie et la France, puisqu’il s’agit d’une véritable coopération économique », relevant que des accords en matière de santé, d’éducation seront notamment signés.
« Nous pouvons parfaitement amplifié notre coopération mutuelle, au moment ou l’Algérie est engagée dans un processus important de diversification de son économie. C’est dans ce sens qu’il faut aller et c’est dans ce sens que nous allons depuis plusieurs années », a-t-il souligné .
Interrogé sur la montée de l’islamophobie en France, notamment dans le sillage des attentas de Paris et de Bruxelles, M. Ayrault a rétorqué que « nous sommes attachés à la liberté de conscience, la liberté religieuse et de culte, et nous veillons pour qu’il en soit ainsi pour tous les croyants et les non-croyants, qui doivent être respectés, c’est le rôle de l’Etat, le rôle de la République d’y veiller ».
« Nous faisons en sorte que nous n’entrions pas dans une forme de spirale absurde, qui consisterait: parce qu’il y a des attentats et que certains, qui les pratiquent se réclament de l’Islam pour que tous les musulmans soient mis dans cet opprobre, et c’est pour ça que nous voulons en permanence rappeler que l’immense majorité des français musulmans qui sont croyants et pratiquants n’adhèrent absolument pas à cette radicalité et doivent être respectés », a-t-il souligné.
Il a soutenu, dans ce cadre, que les premières victimes en nombre des attentats étaient souvent des personnes de confession musulmane, « nous ne devons pas l’oublier ».
L’ancien Premier ministre français a assuré, dans ce sillage, que « nous devons nous défendre pour assurer la sécurité de nos concitoyens, chacun dans son pays » et coopérer pour lutter contre le terrorisme.
« Nous l’avons évoqué pour des dossiers régionaux mais ça vaut aussi pour la coopération franco-algérienne, en matière de renseignement que nous pouvons renforcer et échanger nos expériences en matière de lutte contre la radicalisation d’une petite partie de la jeunesse qui est tentée par cette aventure et qui conduit à la pire des horreurs », a-t-il dit.
Concernant le processus de paix au Proche-Orient, M. Ayrault a indiqué que la France « est engagée pour que nous n’acceptions pas le statu quo qui prévaut dans cette région et qui conduit à la désespérance et à la violence ».
« Nous avons besoin de toutes les forces qui sont prêtes à faire reculer cette situation dramatique et s’inscrire dans la perspective qui est la seule possible de deux Etats, Israël et la Palestine vivant en sécurité », a-t-il estimé.

Trop, c’est trop…

» L’entière responsabilité, en cas de reprise du conflit armé, incombera au sulfureux tandem Paris-Rabat « .
Par Ali Oussi :
Alger a bien fait de tancer, comme il se doit, ses vis-à-vis parisiens par rapport à leur criminel et condamnable soutien à la politique colonialiste du Maroc. Lamamra, dont la pondération diplomatique est quasi-légendaire, a donc sciemment eu un » écart » que n’importe quel esprit lucide et éclairé se devait de saluer avec toute la force voulue. 
Sans le soutien français, en effet, le Maroc n’avait aucune chance de remporter son bras de fer contre Ban Ki-Moon, le secrétaire général de l’ONU. Le droit international étant, comme de juste, du côté de celui-ci. Or, non seulement Ban s’est vu forcé de reculer piteusement, remettant en cause le peu de crédibilité qui restait encore à » ce machin « , mais en plus Rabat, gonflée de cette même arrogance qui avait fait la force du crapaud face au bœuf, a rejeté de manière cinglante et inélégante les » regrets » de Ban Ki-Moon. 
Il faut dire que le Maroc, renforcé dans sa démarche par l’attitude honteuse de la France, se sent désormais pousser des ailes dans l’accomplissement de sa politique colonialiste, basée sur le fait accompli, calquée sur celle opérée par l’entité sioniste dans les territoires occupés palestiniens. Non, le Maroc ne rappellera pas le personnel civil de la Minurso, trop heureux qu’il est d’avoir vidé cette structure onusienne de son caractère politique, basé sur la préparation d’un référendum d’autodétermination du peuple sahraoui. En revanche, il accepte très volontiers le maintien du personnel militaire, chargé du respect du cessez-le-feu. 
Aujourd’hui, la France assume l’entière responsabilité face à cette aggravation inédite de la question sahraouie. Les risques d’une reprise du conflit armé (maintes fois brandi par les dirigeants du front Polisario) ne sont désormais plus une simple vue de l’esprit. La menace devient tout aussi directe que réel. Les représentants légitimes du peuple sahraoui, face à l’épuisement de l’ensemble de leurs voies de recours pacifiques, ne peuvent que s’y résoudre en désespoir de cause. L’entière responsabilité, en cas de reprise du conflit armé, incombera au sulfureux tandem Paris-Rabat.
D’ores et déjà, l’organisation internationale, Oxfam, basée à Londres, s’inquiète en s’exclamant du fait que, je cite, » les développements récents au Sahara Occidental occupé marqués par l’expulsion des membres de la mission des Nations unies pour l’organisation d’un référendum au Sahara Occidental (MINURSO) et la fermeture de son bureau de liaison à Dakhla (territoires sahraouis occupés) par le Maroc, constituent une menace pour la stabilité régionale.
No comment…
A.O.