Expulsée du Maroc la représentante de la Fondation Friedrich Naumann

La représentante de la Fondation Friedrich Naumann, Andrea Nusse, obligée de quitter le territoire marocain hier, après avoir été déclarée personne non grata par les autorités du Maroc. Elle a eu le tort de mener des activités culturelles avec des partenaires tels que Maâti Monjib, Ali Anouzla et l’AMDH, a rapporté le professeur Monjib dans sa page Facebook.
Selon la même source, Andrea Nusse parle couramment l’arabe et était en train d’apprendre le dialecte marocain. Son maro est né au Maroc et y a vécu longtemps.
Il y a quelques semaines, M. Nusse a été informée qu’elle était « personne non grata » suite á la visite qu’elle a rendu à Maati Monjib, historien et défenseur des droits de l’homme, en grève de la faim pour dénoncer un harcèlement à cause de ses opinions. 
La semaine dernière le Makhzen lui a clairement signifié que ses ennuis viennent de ses relations avec Ali Anouzla, Maati Monjib et l’Association Marocaine des Droits de l’Homme (AMDH)

Marruecos y Turquía no son confiables porque apoyan al terrorismo

“Se está demostrando que tanto Turquía como Marruecos están vinculados al terrorismo, por lo que no son países confiables al mostrar doble rasero y hacen mucho daño a Europa y al mundo, pero más irresponsables aún es el apoyo de Francia y España con Rabat y la OTAN con Turquía”, señala el analista internacional Ricardo Sánchez Serra.
¿Ve salida al conflicto sirio?
Con el ingreso de Rusia, solicitado por el gobierno de Siria, la situación se ha clarificado y los terroristas del Estado Islámico están en franco retroceso, eliminando a sus cabecillas y perdiendo ciudad tras ciudad. Si bien Rusia ha hecho más en pocos meses, que Estados Unidos y sus aliados en más de año y medio, hay que reconocer el esfuerzo de todos. Hay que también señalar que en la oposición siria hay muchos mercenarios. Ya han muerto más de 250 mil personas. Hay 7 millones de desplazados a nivel interno y a nivel externo 4 millones de refugiados. Siria es un simple peón de los intereses geopolíticos internacionales. De otro lado, la piedra en el zapato es Turquía.
Rusia la puso en evidencia…
El odio del mandatario turco Recep Erdogan al presidente Al Assad es tan irracional que llega a la locura. Solo hay que recordar que retrasó el permiso de las milicias kurdas para salvar a la ciudad siria de Kobani. Lo más grave es que derribó un avión ruso, en espacio aéreo de Siria, que venía de combatir al Estado Islámico, abusando de ser miembro de la OTAN y escudándose tras ella. Rusia, demostró con fotos y videos, el apoyo de Turquía a los terroristas que comercializaban el petróleo en caravanas días tras días que ingresaba a suelo turco.
Erdogan es un islamista que se propone que su país resurja el Imperio Otomano y es muy agresivo en hechos y palabras. Un mono con metralleta. Ni siquiera pidió disculpas por el derribo del avión, ni a Rusia, ni a los familiares del piloto ruso que murió. Ahí se ve la prepotencia y la falta de humanidad del jefe de Estado turco, que también elimina sin piedad a la minoría kurda. Además de invadir Iraq y que solo por presión de Estados Unidos se retiró.
Erdogan ha señalado que no quiere combatir al Estado Islámico, es claro: no quiere combatir al terrorismo y el que no quiere combatir al terrorismo es su aliado.
– Cambiando de tema, acaba de realizarse el congreso del Frente Polisario. ¿Qué decisiones ha tomado?
No tengo todas las conclusiones, pero puedo señalarle que se va a modernizar al Ejército Saharaui, han solicitado a las Naciones Unidas ponga fecha para el referendo de autodeterminación, que la Minurso tenga atribuciones para defender los derechos humanos en el territorio invadido por Marruecos y que cese el expolio de recursos naturales saharauis. Se ha renovado la confianza a Mohamed Abdelaziz, como presidente de la República Saharaui y como secretario general del Frente Polisario. Abdelaziz no quería ser reelegido, pero los asambleístas señalaron que era el candidato de mayor consenso.
Asimismo, ha solicitado a España que “hoy más que nunca, debe jugar un papel positivo y valiente que garantice el respeto de la legalidad internacional y acelere la búsqueda de una solución a este conflicto que se ha prolongado demasiado, presionando al Reino de Marruecos para que respete los derechos humanos en las zonas ocupadas del Sahara Occidental y libere a todos los presos políticos saharauis en las cárceles marroquíes, encabezados por el ´Grupo de Gdeim Izik´”
¿Cree que fue un congreso más?
No. Fue muy importante, además que va a dejar la retórica para ir más a la acción. Del mismo modo, fue muy democrático con más de 2.500 congresistas delegados de la diáspora, los territorios ocupados, liberados y de los campamentos; y con la participación de veedores de todo el mundo. Hay acuerdos que tienen que ver con mayor impulso a la diplomacia, pues son 40 años que están invadidos por Marruecos y el próximo aniversario de la fundación de la República Saharaui el 27 de febrero, país que es reconocido por más de 80 naciones.
¿Por qué cree que Marruecos no quiere retirarse del territorio?
Marruecos es un país delincuente por el hecho de haber invadido un territorio que no es el suyo y cometer genocidio contra la población saharaui. El principal motivo para apoderarse del territorio es económico y explotar los recursos naturales, como el rico banco pesquero, los fosfatos (Bucraa tiene las reservas más grandes del mundo) u otros. Además hay gas, petróleo, uranio, zinc, entre otros.
Lo peor de todo es que se burla de las Naciones Unidas y engaña a muchos países con su propaganda y sobornos. Su política del “sobre” y su “diplomacia del fosfato” corrompe a periodistas, políticos, intelectuales y funcionarios de gobierno.
¿Puede explicarse mejor?
Sí, se ha demostrado con documentos oficiales marroquíes espionaje en la oficina del secretario general de la ONU, sobornos a funcionarios de la ONU en el Alto Comisionado para Refugiados y en el Alto Comisionado para Derechos Humanos. Asimismo, sobornos a periodistas, para que ataquen a Argelia y al Frente Polisario- y hasta a gobiernos regalándole toneladas de fosfato para que suspendan las relaciones diplomáticas con la República Saharaui, como ocurrió con el anterior gobierno de Panamá y el rey regaló 700 mil dólares a Paraguay. Igualmente, la embajada marroquí en Lima ha comprado a malos peruanos con cocteles, regalos y viajes a Marruecos; incluso con dinero para que acudan a Nueva York, al IV Comité de Descolonización de la ONU, para que hablen a favor de Marruecos, por 2,200 dólares, aparte que viajan en clase ejecutiva y los alojan en hoteles 5 estrellas. Deberían darles vergüenza. Creo haberme explicado mejor.
-Es duro con los marroquíes…
Con el pueblo marroquí no, sino con su rey feudal Mohamed VI y sus funcionarios corruptores. Han tenido la conchudez de apoderarse de documentos peruanos de la Cancillería y del Congreso peruanos configurando espionaje o entrometimiento en los asuntos internos y los burócratas del gobierno peruano no han hecho nada, parece que le tuvieran miedo a Marruecos o estarían siendo parte del lobby marroquí.
¿Algún interés habrá?
Serán intereses personales. Marruecos, con anuncios esporádicos, engaña a los congresistas, funcionarios de gobierno, periodistas, anunciando que va a invertir en el Perú y no lo hace. El año pasado se cumplió 50 años de relaciones y no han invertido nada. Solo invierten en sobornos. Solo tiene una gran embajada en el Perú para bloquear a los saharauis.
Sus palabras finales…
Agradecer por la entrevista y señalar que se está demostrando que tanto Turquía como Marruecos están vinculados al terrorismo, por lo que no son países confiables al mostrar doble rasero y hacen mucho daño a Europa y al mundo, pero más irresponsables aún es el apoyo de Francia y España con Rabat y la OTAN con Turquía.
Marruecos no es un país de fiar. Se han revelado documentos en los que Marruecos interviene con terrorismo en Libia, Túnez, Siria, Mali y el Yemén. Ha pretendido desestabilizar a muchos gobiernos de África.
En Túnez se difundió que Marruecos estuvo involucrado directamente en operaciones terroristas Rouhia particular, el Museo del Bardo y el hotel Sousse. 1500 marroquíes están luchando a favor del Estado Islámico, de los cuales ya murieron la mitad. Su rey feudal liberó a tres imanes extremistas, que ya están con el Estado Islámico. Detrás de muchos atentados en Europa -como en Francia recientemente- hay involucrados marroquíes, al igual que en el 11-M de Madrid. De acuerdo a los wikileaks, el ejército marroquí está involucrado en el contrabando de droga, el hachís, del que Marruecos es el primer productor y exportador mundial. Chantajea a Europa, con la inmigración ilegal y la introducción de droga. Marruecos ¿avanzado, modernista, tolerante? Expulsan a eurodiputados, políticos y defensores de derechos humanos. No hay libertad de expresión. Según cifras oficiales hay 10 millones de analfabetos, pero el rey Mohamed VI es uno de los más ricos del mundo. Este es el país que muchos peruanos “lentejeros” admiran. 
TWITTER: @sanchezserra
Ricardo Sánchez Serra, Analista internacional 

Fuente : Perú Informa, 31/12/2015

El mensaje subliminal de Bouteflika

La prensa marroquí cercana a los servicios secretos del palacio parece haber querido aprovecharse de unos errores desafortunados del desgraciado Secretario General del FLN argelino.
Amar Saidani tenía unos mensajes que envió de una manera demasiado torpe con el propósito de darse un protagonismo en la escena política argelina.
El conflicto del Sáhara Occidental es uno de los temas que quiso utilizar en su propio interés. Pero la respuesta no tardó en llegarle del presidente argelino en persona. Inmediatamente después de los ambiguas delirios de Saidani sobre el Sáhara Occidental, el Sr. Bouteflika recibió al presidente saharaui Mohamed Abdelaziz para dar un categórico desmentido a ciertos medios de comunicación marroquíes siempre al acecho de cualquier migaja que caiga. Y como las fieras carroñeras no vacilan en alimentarse de la carne que lleva días en estado de putrefacción.
Días más tarde, el presidente argelino envió una carta de felicitación al líder saharaui con motivo de su reelección a la cabeza del Frente Polisario reafirmándole la posición inalienable de Argelia con respecto a la causa saharaui.
« Su reelección a la cabeza del Frente Polisario me da la oportunidad de presentarle mis calurosas felicitaciones y sinceros deseos de éxito en el cumplimiento de su noble misión », escribió Abdelaziz Bouteflika en su carta.
« Su reelección es una muestra de una renovación de la confianza que el pueblo saharaui hermano pone en su persona, una consideración a su rica experiencia y un reconocimiento por parte de su pueblo a los esfuerzos que despliega sin cesar al servicio de su causa justa », añadió el Presidente Buteflika.
« Quisiera presentar mis sinceras felicitaciones al Frente Polisario por los resultados cuanto importantes de su 14 Congreso y al pueblo saharaui por su unidad y su unión en torno a su legítimo representante para la recuperación de su derecho a la autodeterminación » , subrayó.
« También aproveché esta oportunidad para recordar la posición inquebrantable de Argelia y su apoyo incondicional a los movimientos de liberación en todo el mundo. Reitero a usted, también, nuestro continuo apoyo al pueblo saharaui que mantiene con el pueblo argelino estrechas relaciones de fraternidad y solidaridad « , dijo el jefe del Estado argelino.
« Insisto, señor Presidente, en reafirmarle que el pueblo y el gobierno argelinos están convencidos de la justeza de su causa y decididos a continuar sus esfuerzos para permitir al hermano pueblo saharaui disfrutar de todos sus derechos reconocidos por las instancias internacionales en particular su legítimo derecho a la autodeterminación « , escribió el presidente en este mensaje.
« Le deseo buena salud y bienestar y más éxito en el cumplimiento de su noble misión hasta llegar a las metas del pueblo saharaui militante », concluyó Bouteflika en su carta.

Expulsée du Maroc la représentante de la Fondation Friedrich Naumann

La représentante de la Fondation Friedrich Naumann, Andrea Nusse, obligée de quitter le territoire marocain hier, après avoir été déclarée personne non grata par les autorités du Maroc. Elle a eu le tort de mener des activités culturelles avec des partenaires tels que Maâti Monjib, Ali Anouzla et l’AMDH, a rapporté le professeur Monjib dans sa page Facebook.
Selon la même source, Andrea Nusse parle couramment l’arabe et était en train d’apprendre le dialecte marocain. Son maro est né au Maroc et y a vécu longtemps.
Il y a quelques semaines, M. Nusse a été informée qu’elle était « personne non grata » suite á la visite qu’elle a rendu à Maati Monjib, historien et défenseur des droits de l’homme, en grève de la faim pour dénoncer un harcèlement à cause de ses opinions. 
La semaine dernière le Makhzen lui a clairement signifié que ses ennuis viennent de ses relations avec Ali Anouzla, Maati Monjib et l’Association Marocaine des Droits de l’Homme (AMDH)

Le message subliminal de Bouteflika

La presse marocaine proches des services secrets du palais semble avoir voulu profiter de quelques errements du malheureux secrétaire général du FLN algérien.
Amar Saidani avait des messages qu’il a beaucoup trop maladroitement transmis dans un but de se donner un rôle principal dans la scène politique algérienne.
Le conflit du Sahara Occidental fait partie des sujets qu’il a voulu exploiter dans son propre intérêt. Mais la réponse à ses déclarationsest venu du président algérien en personne. Immédiatement après les délires ambiguës de Saidani sur le Sahara Occidental, M. Bouteflika a reçu le président sahraoui Mohamed Abdelaziz pour lancer un démenti catégorique aux médias marocains.
Quelques jours après, le président algérien a adressé une lettre de félicitations au leader sahraoui à l’occasion de sa réélection à la tête du Front Polisario lui réaffirmant la position inaliénable de l’Algérie à l’égard de la cause sahraouie.
« Votre réélection à la tête du Front Polisario m’offre l’opportunité de vous présenter mes chaleureuses félicitations et mes vœux sincères de succès dans l’accomplissement de votre noble mission », a écrit Abdelaziz Bouteflika dans sa lettre.
« Votre réélection se veut un renouvellement de confiance que le peuple sahraoui frère place en votre personne, une considération à votre riche expérience et une reconnaissance par votre peuple des efforts que vous déployez sans cesse au service de sa cause juste », a ajouté le Président Bouteflika.
« Je voudrais présenter mes sincères félicitations au Front Polisario pour les résultats, ô combien importants, de son 14ème congrès ainsi qu’au peuple sahraoui pour son unité et son union autour de son représentant légitime pour le recouvrement de son droit à l’autodétermination », a-t-il souligné.
« Je saisi aussi cette occasion pour rappeler la position inébranlable de l’Algérie et son soutien indéfectible aux mouvements de libération à travers le monde. Je vous réaffirme, également, notre soutien constant au peuple sahraoui qui entretient avec le peuple algérien des relations étroites de fraternité et de solidarité », a poursuivi le chef de l’Etat algérien.
« Je tiens, Monsieur le président, à vous réaffirmer que le peuple et le gouvernement algériens, sont convaincus de la justesse de votre cause et déterminés à poursuivre leurs efforts pour permettre au peuple sahraoui frère de jouir de tous ses droits reconnus par les instances internationales, particulièrement son droit légitime à l’autodétermination », a écrit le président dans ce message.
« Je vous souhaite santé et bien-être et davantage de succès dans l’accomplissement de votre noble mission jusqu’à ce que vous atteignez les objectifs du peuple sahraoui militant », a conclu Bouteflika dans sa lettre.

Marruecos y Turquía no son confiables porque apoyan al terrorismo

“Se está demostrando que tanto Turquía como Marruecos están vinculados al terrorismo, por lo que no son países confiables al mostrar doble rasero y hacen mucho daño a Europa y al mundo, pero más irresponsables aún es el apoyo de Francia y España con Rabat y la OTAN con Turquía”, señala el analista internacional Ricardo Sánchez Serra.
¿Ve salida al conflicto sirio?
Con el ingreso de Rusia, solicitado por el gobierno de Siria, la situación se ha clarificado y los terroristas del Estado Islámico están en franco retroceso, eliminando a sus cabecillas y perdiendo ciudad tras ciudad. Si bien Rusia ha hecho más en pocos meses, que Estados Unidos y sus aliados en más de año y medio, hay que reconocer el esfuerzo de todos. Hay que también señalar que en la oposición siria hay muchos mercenarios. Ya han muerto más de 250 mil personas. Hay 7 millones de desplazados a nivel interno y a nivel externo 4 millones de refugiados. Siria es un simple peón de los intereses geopolíticos internacionales. De otro lado, la piedra en el zapato es Turquía.
Rusia la puso en evidencia…
El odio del mandatario turco Recep Erdogan al presidente Al Assad es tan irracional que llega a la locura. Solo hay que recordar que retrasó el permiso de las milicias kurdas para salvar a la ciudad siria de Kobani. Lo más grave es que derribó un avión ruso, en espacio aéreo de Siria, que venía de combatir al Estado Islámico, abusando de ser miembro de la OTAN y escudándose tras ella. Rusia, demostró con fotos y videos, el apoyo de Turquía a los terroristas que comercializaban el petróleo en caravanas días tras días que ingresaba a suelo turco.
Erdogan es un islamista que se propone que su país resurja el Imperio Otomano y es muy agresivo en hechos y palabras. Un mono con metralleta. Ni siquiera pidió disculpas por el derribo del avión, ni a Rusia, ni a los familiares del piloto ruso que murió. Ahí se ve la prepotencia y la falta de humanidad del jefe de Estado turco, que también elimina sin piedad a la minoría kurda. Además de invadir Iraq y que solo por presión de Estados Unidos se retiró.
Erdogan ha señalado que no quiere combatir al Estado Islámico, es claro: no quiere combatir al terrorismo y el que no quiere combatir al terrorismo es su aliado.
– Cambiando de tema, acaba de realizarse el congreso del Frente Polisario. ¿Qué decisiones ha tomado?
No tengo todas las conclusiones, pero puedo señalarle que se va a modernizar al Ejército Saharaui, han solicitado a las Naciones Unidas ponga fecha para el referendo de autodeterminación, que la Minurso tenga atribuciones para defender los derechos humanos en el territorio invadido por Marruecos y que cese el expolio de recursos naturales saharauis. Se ha renovado la confianza a Mohamed Abdelaziz, como presidente de la República Saharaui y como secretario general del Frente Polisario. Abdelaziz no quería ser reelegido, pero los asambleístas señalaron que era el candidato de mayor consenso.
Asimismo, ha solicitado a España que “hoy más que nunca, debe jugar un papel positivo y valiente que garantice el respeto de la legalidad internacional y acelere la búsqueda de una solución a este conflicto que se ha prolongado demasiado, presionando al Reino de Marruecos para que respete los derechos humanos en las zonas ocupadas del Sahara Occidental y libere a todos los presos políticos saharauis en las cárceles marroquíes, encabezados por el ´Grupo de Gdeim Izik´”
¿Cree que fue un congreso más?
No. Fue muy importante, además que va a dejar la retórica para ir más a la acción. Del mismo modo, fue muy democrático con más de 2.500 congresistas delegados de la diáspora, los territorios ocupados, liberados y de los campamentos; y con la participación de veedores de todo el mundo. Hay acuerdos que tienen que ver con mayor impulso a la diplomacia, pues son 40 años que están invadidos por Marruecos y el próximo aniversario de la fundación de la República Saharaui el 27 de febrero, país que es reconocido por más de 80 naciones.
¿Por qué cree que Marruecos no quiere retirarse del territorio?
Marruecos es un país delincuente por el hecho de haber invadido un territorio que no es el suyo y cometer genocidio contra la población saharaui. El principal motivo para apoderarse del territorio es económico y explotar los recursos naturales, como el rico banco pesquero, los fosfatos (Bucraa tiene las reservas más grandes del mundo) u otros. Además hay gas, petróleo, uranio, zinc, entre otros.
Lo peor de todo es que se burla de las Naciones Unidas y engaña a muchos países con su propaganda y sobornos. Su política del “sobre” y su “diplomacia del fosfato” corrompe a periodistas, políticos, intelectuales y funcionarios de gobierno.
¿Puede explicarse mejor?
Sí, se ha demostrado con documentos oficiales marroquíes espionaje en la oficina del secretario general de la ONU, sobornos a funcionarios de la ONU en el Alto Comisionado para Refugiados y en el Alto Comisionado para Derechos Humanos. Asimismo, sobornos a periodistas, para que ataquen a Argelia y al Frente Polisario- y hasta a gobiernos regalándole toneladas de fosfato para que suspendan las relaciones diplomáticas con la República Saharaui, como ocurrió con el anterior gobierno de Panamá y el rey regaló 700 mil dólares a Paraguay. Igualmente, la embajada marroquí en Lima ha comprado a malos peruanos con cocteles, regalos y viajes a Marruecos; incluso con dinero para que acudan a Nueva York, al IV Comité de Descolonización de la ONU, para que hablen a favor de Marruecos, por 2,200 dólares, aparte que viajan en clase ejecutiva y los alojan en hoteles 5 estrellas. Deberían darles vergüenza. Creo haberme explicado mejor.
-Es duro con los marroquíes…
Con el pueblo marroquí no, sino con su rey feudal Mohamed VI y sus funcionarios corruptores. Han tenido la conchudez de apoderarse de documentos peruanos de la Cancillería y del Congreso peruanos configurando espionaje o entrometimiento en los asuntos internos y los burócratas del gobierno peruano no han hecho nada, parece que le tuvieran miedo a Marruecos o estarían siendo parte del lobby marroquí.
¿Algún interés habrá?
Serán intereses personales. Marruecos, con anuncios esporádicos, engaña a los congresistas, funcionarios de gobierno, periodistas, anunciando que va a invertir en el Perú y no lo hace. El año pasado se cumplió 50 años de relaciones y no han invertido nada. Solo invierten en sobornos. Solo tiene una gran embajada en el Perú para bloquear a los saharauis.
Sus palabras finales…
Agradecer por la entrevista y señalar que se está demostrando que tanto Turquía como Marruecos están vinculados al terrorismo, por lo que no son países confiables al mostrar doble rasero y hacen mucho daño a Europa y al mundo, pero más irresponsables aún es el apoyo de Francia y España con Rabat y la OTAN con Turquía.
Marruecos no es un país de fiar. Se han revelado documentos en los que Marruecos interviene con terrorismo en Libia, Túnez, Siria, Mali y el Yemén. Ha pretendido desestabilizar a muchos gobiernos de África.
En Túnez se difundió que Marruecos estuvo involucrado directamente en operaciones terroristas Rouhia particular, el Museo del Bardo y el hotel Sousse. 1500 marroquíes están luchando a favor del Estado Islámico, de los cuales ya murieron la mitad. Su rey feudal liberó a tres imanes extremistas, que ya están con el Estado Islámico. Detrás de muchos atentados en Europa -como en Francia recientemente- hay involucrados marroquíes, al igual que en el 11-M de Madrid. De acuerdo a los wikileaks, el ejército marroquí está involucrado en el contrabando de droga, el hachís, del que Marruecos es el primer productor y exportador mundial. Chantajea a Europa, con la inmigración ilegal y la introducción de droga. Marruecos ¿avanzado, modernista, tolerante? Expulsan a eurodiputados, políticos y defensores de derechos humanos. No hay libertad de expresión. Según cifras oficiales hay 10 millones de analfabetos, pero el rey Mohamed VI es uno de los más ricos del mundo. Este es el país que muchos peruanos “lentejeros” admiran. 
TWITTER: @sanchezserra
Ricardo Sánchez Serra, Analista internacional 

Fuente : Perú Informa, 31/12/2015

El mensaje subliminal de Bouteflika

La prensa marroquí cercana a los servicios secretos del palacio parece haber querido aprovecharse de unos errores desafortunados del desgraciado Secretario General del FLN argelino.
Amar Saidani tenía unos mensajes que envió de una manera demasiado torpe con el propósito de darse un protagonismo en la escena política argelina.
El conflicto del Sáhara Occidental es uno de los temas que quiso utilizar en su propio interés. Pero la respuesta no tardó en llegarle del presidente argelino en persona. Inmediatamente después de los ambiguas delirios de Saidani sobre el Sáhara Occidental, el Sr. Bouteflika recibió al presidente saharaui Mohamed Abdelaziz para dar un categórico desmentido a ciertos medios de comunicación marroquíes siempre al acecho de cualquier migaja que caiga. Y como las fieras carroñeras no vacilan en alimentarse de la carne que lleva días en estado de putrefacción.
Días más tarde, el presidente argelino envió una carta de felicitación al líder saharaui con motivo de su reelección a la cabeza del Frente Polisario reafirmándole la posición inalienable de Argelia con respecto a la causa saharaui.
« Su reelección a la cabeza del Frente Polisario me da la oportunidad de presentarle mis calurosas felicitaciones y sinceros deseos de éxito en el cumplimiento de su noble misión », escribió Abdelaziz Bouteflika en su carta.
« Su reelección es una muestra de una renovación de la confianza que el pueblo saharaui hermano pone en su persona, una consideración a su rica experiencia y un reconocimiento por parte de su pueblo a los esfuerzos que despliega sin cesar al servicio de su causa justa », añadió el Presidente Buteflika.
« Quisiera presentar mis sinceras felicitaciones al Frente Polisario por los resultados cuanto importantes de su 14 Congreso y al pueblo saharaui por su unidad y su unión en torno a su legítimo representante para la recuperación de su derecho a la autodeterminación » , subrayó.
« También aproveché esta oportunidad para recordar la posición inquebrantable de Argelia y su apoyo incondicional a los movimientos de liberación en todo el mundo. Reitero a usted, también, nuestro continuo apoyo al pueblo saharaui que mantiene con el pueblo argelino estrechas relaciones de fraternidad y solidaridad « , dijo el jefe del Estado argelino.
« Insisto, señor Presidente, en reafirmarle que el pueblo y el gobierno argelinos están convencidos de la justeza de su causa y decididos a continuar sus esfuerzos para permitir al hermano pueblo saharaui disfrutar de todos sus derechos reconocidos por las instancias internacionales en particular su legítimo derecho a la autodeterminación « , escribió el presidente en este mensaje.
« Le deseo buena salud y bienestar y más éxito en el cumplimiento de su noble misión hasta llegar a las metas del pueblo saharaui militante », concluyó Bouteflika en su carta.

Le message subliminal de Bouteflika

La presse marocaine proches des services secrets du palais semble avoir voulu profiter de quelques errements du malheureux secrétaire général du FLN algérien.
Amar Saidani avait des messages qu’il a beaucoup trop maladroitement transmis dans un but de se donner un rôle principal dans la scène politique algérienne.
Le conflit du Sahara Occidental fait partie des sujets qu’il a voulu exploiter dans son propre intérêt. Mais la réponse à ses déclarationsest venu du président algérien en personne. Immédiatement après les délires ambiguës de Saidani sur le Sahara Occidental, M. Bouteflika a reçu le président sahraoui Mohamed Abdelaziz pour lancer un démenti catégorique aux médias marocains.
Quelques jours après, le président algérien a adressé une lettre de félicitations au leader sahraoui à l’occasion de sa réélection à la tête du Front Polisario lui réaffirmant la position inaliénable de l’Algérie à l’égard de la cause sahraouie.
« Votre réélection à la tête du Front Polisario m’offre l’opportunité de vous présenter mes chaleureuses félicitations et mes vœux sincères de succès dans l’accomplissement de votre noble mission », a écrit Abdelaziz Bouteflika dans sa lettre.
« Votre réélection se veut un renouvellement de confiance que le peuple sahraoui frère place en votre personne, une considération à votre riche expérience et une reconnaissance par votre peuple des efforts que vous déployez sans cesse au service de sa cause juste », a ajouté le Président Bouteflika.
« Je voudrais présenter mes sincères félicitations au Front Polisario pour les résultats, ô combien importants, de son 14ème congrès ainsi qu’au peuple sahraoui pour son unité et son union autour de son représentant légitime pour le recouvrement de son droit à l’autodétermination », a-t-il souligné.
« Je saisi aussi cette occasion pour rappeler la position inébranlable de l’Algérie et son soutien indéfectible aux mouvements de libération à travers le monde. Je vous réaffirme, également, notre soutien constant au peuple sahraoui qui entretient avec le peuple algérien des relations étroites de fraternité et de solidarité », a poursuivi le chef de l’Etat algérien.
« Je tiens, Monsieur le président, à vous réaffirmer que le peuple et le gouvernement algériens, sont convaincus de la justesse de votre cause et déterminés à poursuivre leurs efforts pour permettre au peuple sahraoui frère de jouir de tous ses droits reconnus par les instances internationales, particulièrement son droit légitime à l’autodétermination », a écrit le président dans ce message.
« Je vous souhaite santé et bien-être et davantage de succès dans l’accomplissement de votre noble mission jusqu’à ce que vous atteignez les objectifs du peuple sahraoui militant », a conclu Bouteflika dans sa lettre.

La décadence du monde musulman- Pensée de Malek Bennabi

Par Nour-Eddine Boukrouh

noureddineboukrouh@yahoo.fr
La plupart des historiens conviennent que les déboires de la civilisation islamique ont commencé trente ans environ après la mort du Prophète avec la remise en cause de la légitimité du calife Ali par le clan des Banu Omayya et la bataille de Siffin sur laquelle elle a débouché. C’est là qu’est survenue la grande «fitna» qui a mis fin à l’ordre moral, social et politique instauré par les quatre califes qui ont succédé au Prophète. 
Le coup d’Etat de Moawiya a provoqué la division des musulmans en courants rivaux (les sunnites qui ont suivi Moawiya, les chiites qui ont suivi Ali, et les kharidjites qui renvoyèrent dos à dos l’un et l’autre), division qui prévaut à ce jour. Il les a divisés collectivement et individuellement entre la reconnaissance du fait du prince et la fidélité à la fraîche tradition de dévolution du pouvoir, il a provoqué dans leur esprit une séparation entre le principe coranique et la vie politique, entre la morale et les intérêts, entre la mosquée où l’on célèbre le culte du despote et ce qu’on pense au fond de soi. La bataille de Siffin s’est soldée par la mort de plus de 40 000 musulmans, chiffre énorme quand on sait qu’à la mort du Prophète la communauté musulmane comptait quelque 124 000 personnes(1). 
Ce n’est pas sans raison que Bennabi a vu dans cette crise une rupture qui allait affecter à jamais l’inconscient collectif musulman : «La cité musulmane a été pervertie par les tyrans qui se sont emparé du pouvoir après les quatre premiers khalifes. Le citoyen qui avait voix au chapitre dans tous les intérêts de la communauté a fait place au “sujet” qui plie devant l’arbitraire et au courtisan qui le flatte. La chute de la cité musulmane a été la chute du musulman dépouillé désormais de sa mission de “faire le bien et de réprimer le mal”. Le ressort de sa conscience a été brisé et la société musulmane est entrée ainsi progressivement dans l’ère post-almohadienne où la colonisabilité appelait le colonialisme» (préface de 1970 à la réédition de Vocation de l’islam). 
L’événement était comme on l’a vu colossal : les descendants directs du Prophète, la plus célèbre de ses épouses et ses plus proches compagnons se sont dressés les uns contre les autres dans des affrontements impitoyables, des membres d’une même famille s’entretuaient sur les champs de bataille, le clanisme et le tribalisme combattus par l’islam avaient resurgi, brisant la communauté qu’il avait instaurée entre eux. C’était une guerre civile aux proportions dramatiques car elle intervenait alors que le souvenir du Prophète et de la révélation coranique étaient encore frais dans les mémoires : «Le Coran, en tant que système philosophique, était une science qui dépassait singulièrement l’horizon de la conscience djahilienne. Il en est résulté une rupture entre ceux qui avaient assimilé la nouvelle pensée, la pensée coranique, et ceux qui demeuraient attachés à la tradition, à des conceptions sociales, à des conditions de vie que le Coran venait précisément abolir. Ce phénomène est le fond même de l’histoire musulmane depuis treize siècles ; il disparaît sous des vêtements historiques mais des luttes intestines le font périodiquement resurgir d’une crise à l’autre» (Vocation de l’islam).
La nouvelle civilisation était frappée alors qu’elle était en phase ascensionnelle, période que Bennabi désigne par l’expression phase de l’âme, car la tension spirituelle qui anime les acteurs est à son comble. C’est le moment où l’idée-force est tendue à l’extrême. Après Siffin, l’ère de la décompression commence, marquée par un mouvement non plus vertical, mais horizontal. La civilisation n’étant plus propulsée par sa «vitesse d’échappement» décline peu à peu jusqu’à l’arrêt final : «Cette date qui semble avoir été peu remarquée sinon pour l’histoire des idées schismatiques dans le monde musulman est cependant une date capitale car elle marque le tournant temporel de l’islam et à peu près la fin de son épopée spirituelle, c’est-à-dire à certain égard le commencement de la décadence ou, tout au moins, son signe précurseur… La civilisation n’évolue plus en profondeur dans l’âme humaine mais à la surface de la terre qui exercera sur elle désormais sa terrible pesanteur depuis les confins de la Chine jusqu’à l’Atlantique. A partir de Siffin, c’est la phase expansive en quelque sorte marquée tout au long des noms illustres des al-Kindi, al-Farabi, Ibn Sina, Abou-l-Wafa, al-Battani, Ibn Rochd, etc., jusqu’à Ibn Khaldoun dont le génie mélancolique éclairera le crépuscule de la civilisation musulmane… C’est ainsi qu’après avoir été le moteur d’une brillante civilisation, le musulman s’est trouvé, par une phase de querelles de toutes sortes, de guerres de tawaïfs, de razzias, ramené à son stade actuel…» (Vocation de l’islam). 
Sous les quatre premiers califes et les Omeyades la civilisation musulmane réalise l’essentiel des conquêtes territoriales. 
Pendant les trois premiers siècles du règne abbasside elle connaît sa plus forte période de créativité intellectuelle (du VIIIe au XIIe siècle) : les sciences se développent, la littérature brille de ses plus belles productions, la traduction des œuvres grecques donne une impulsion à la philosophie… Le mouvement de traduction des chefs-d’œuvre de la pensée grecque (Hippocrate, Galien, Platon, Aristote…) en arabe a pris son élan à Baghdad sous le règne d’al-Ma’moun(2), d’al-Mu’taçim et d’al-Wathiq, entre 813 et 842, c’est-à-dire la période où les califes étaient eux-mêmes des partisans de l’école «mu’tazilite» (rationaliste). Bennabi résume cette période : «On peut dire qu’à l’époque de Farabi la société musulmane créait des idées, qu’à l’époque d’Ibn Khaldoun elle les transmettait à l’Europe, et qu’après Ibn Khaldoun elle n’était plus capable ni d’en créer ni d’en transmettre» (Le problème de la culture). A partir du XIe siècle, il n’y a plus une mais des civilisations musulmanes : arabe, persane, turque, maghrébine… Cette brillante civilisation n’est plus que la pâle copie d’un modèle conçu pour être éternel et Bennabi lui accorde à peine le titre de civilisation. Mieux encore, il ne va même pas inclure dans cette dénomination l’empire mongol, l’empire perse safavide, l’épopée timouride ou l’ère ottomane. 
Au plan intellectuel et mental la décadence est présentée par lui comme «l’impuissance à dépasser le donné, à aller au-delà du connu, à franchir de nouvelles étapes historiques, à créer et assimiler du nouveau» (Vocation de l’islam). Les portes de l’ijtihad ont été fermées à l’époque d’al-Achaâri et d’ al-Ghazali. C’est de là que va découler la psychologie fataliste, le repli de la société sur elle-même, la fin de la recherche et de l’innovation qui n’existent que si elles sont portées par l’esprit critique. Les idées semées par al-Achaâari, al-Ghazali et leurs continuateurs vont dégénérer en fatalisme, en maraboutisme, en culte des saints, en «sauve-qui-peut social». 
Visant cette époque, Bennabi note dans Majaliss Dimashq : «Ainsi, nous avons unanimement décidé de mettre à l’arrêt notre raison dans nos activités intellectuelle, terrestres et célestes». 
Quoiqu’il en soit, Siffin n’était pas un accident de parcours mais un précédent qui allait se perpétuer systématiquement sous forme de dynasties héréditaires, de dictatures civiles ou militaires, c’est-à-dire de despotisme. Le premier crime de Moawiya a été le coup d’Etat qu’il a fomenté contre Ali par la ruse et la corruption. Son second crime est d’avoir, avant sa mort, introduit la dynastie, c’est-à-dire le pouvoir familial et despotique dans l’histoire de l’islam en obligeant la communauté à faire allégeance (bay’a) à son fils Yazid. Mais il faut dire que ni les Abbassides ni les pouvoirs musulmans qui ont surgi par la suite n’ont cherché à corriger cette hérésie ou voulu adopter des formes de «gouvernement démocratique». Il peut même paraître que Moawiya soit exemplaire à cet égard car lui au moins a évité toute prétention à l’autorité religieuse quand ses successeurs se voudront qui «ombre de Dieu sur le terre» qui «imam infaillible». 
Alexis de Tocqueville a décrit les effets psychologiques et sociologiques du despotisme : «Il retire aux citoyens toute passion commune, tout besoin mutuel, toute nécessité de s’entendre, toute occasion d’agir ensemble ; il les mure, pour ainsi dire, dans la vie privée. Ils tendaient déjà à se mettre à part, il les isole ; ils se refroidissent les uns pour les autres, il les glace…»(3) Description frappante du phénomène de dislocation du réseau des relations sociales mis par Bennabi à l’origine de la décadence et de la colonisabilité : «Les complexes qu’une culture et une longue tradition ont déterminés deviennent impropres à produire et à entretenir le mouvement social normal, provoquant une espèce de paralysie dont les effets ne deviennent visibles qu’à travers les épreuves d’une société et les vicissitudes de ses institutions.» Comme certaines maladies, la décadence est héréditaire, elle est transmise d’une génération à l’autre par des germes qui sont les représentations mentales, les habitudes, les traditions… Bennabi écrit : «Toute modification d’un complexe psychologique a pour conséquence une modification sociale correspondante, en bien ou en mal(4)… Les idées sont les “microbes” qui transmettent et perpétuent à travers le temps les maladies sociales…»
C’est de l’an 1369 après J.-C. que Bennabi date le point d’inflexion de la civilisation musulmane. Cette date correspond à la fin d’un cycle de civilisation qui a commencé avec Abou Bakr et s’est terminé avec les Almohades. On peut dire en gros que la civilisation islamique a connu à l’intérieur de ce grand cycle un cycle proprement arabe (de la fondation de l’Etat musulman à l’avènement des Abbassides en 750), un cycle arabo-persan (de 750 à l’avènement des Mongols en 1258), un cycle arabo-berbère en Afrique du Nord et en Espagne avec les Almoravides et les Almohades, un cycle ottoman (de 1517 à 1924), ainsi que plusieurs cycles à vocation régionale en Inde et en Asie centrale dans l’intervalle. Ce qui va se passer, c’est une marche en arrière, une régression : l’homme civilisé, ayant perdu son élan civilisateur, devient incapable d’assimiler et de créer des idées ; il ne sait plus appliquer son génie au sol et au temps ; la vie sociale fait place à la vie végétative, la synthèse fondamentale (homme-sol-temps) se désagrège, l’homme post-almohadien va remplacer le musulman civilisé et incarner la colonisabilité. 
Contemporain et témoin de ce point d’inflexion, Ibn Khaldoun a dressé un tableau saisissant de ce coucher de civilisation : «Le Maghreb n’était pas un pays pauvre. Sous les Almohades il était dans de bonnes conditions avec un revenu important. Mais, aujourd’hui, la situation est mauvaise parce que le Maghreb est bien déchu de son faste d’antan… Le temps n’est plus où son rayonnement s’étendait entre la Méditerranée et le Soudan, et du Sousse marocain jusqu’à la Cyrénaïque. Aujourd’hui c’est presque partout un désert, sauf sur le littoral et les collines voisines… Alors, le déclin commence, la prospérité diminue, la population décroît, les techniques se ralentissent. En conséquence, on perd l’habitude de bâtir des édifices élégants et solides, la main-d’œuvre diminue avec le nombre des habitants ; on ne trouve presque plus de pierre, de marbre et d’autres matériaux, on utilise des pierres de réemploi… Après quoi, on revient à la mode bédouine, avec du pisé au lieu de pierres, et sans aucun ornement. Les villes retournent aux villages, aux hameaux, puis elles tombent peu à peu en ruine… On dit couramment d’un pays civilisé qui se dépeuple qu’il perd sa substance ; c’est au point que même les sources et les rivières cessent de couler. Car les sources ne jaillissent que lorsqu’on les creuse et qu’on en tire de l’eau : autrement dit, il faut y travailler. C’est la même chose qu’avec les bêtes laitières. Des sources qui ne sont plus utilisées et qu’on n’entretient plus se perdent sous terre, comme si elles n’avaient jamais existé… Lorsque le vent de la civilisation eut cessé de souffler sur le Maghreb et sur l’Espagne, les sciences y déclinèrent et toute activité scientifique y disparut, à l’exception de rares traces individuelles… 
Si l’argent est rare aujourd’hui au Maghreb et en Ifriqiya, ce n’est pas le cas chez les Slaves et les Francs. S’il est rare en Egypte et en Syrie, il ne l’est pas dans l’Inde, ni en Chine. 
Ce n’est qu’un instrument, qu’un capital. C’est la civilisation qui en cause l’abondance ou la rareté… Baghdad, Cordoue, Basra, Koufa… Au début de l’islam, c’étaient des villes très peuplées et policées. 
Les sciences y étaient à l’honneur et les habitants étaient versés dans la terminologie scientifique, dans les différentes branches du savoir ; ils se posaient des problèmes et inventaient de nouvelles spécialités. Ils étaient en avance sur les anciens, comme sur les modernes. Mais, quand vinrent la décadence et la dispersion, ce fut aussi la fin de la science et de l’enseignement dont la tradition fut transportée ailleurs»(5). 
Terrible moment de vide historique où tout se fige comme sous l’effet d’un sortilège. Mais tel un enchanteur qui se prépare à briser le sortilège, Bennabi nous éclaire sur les dessous du mystère et note dans Le problème de la culture : «Lorsque l’œuvre d’Ibn Khaldoun a vu le jour dans le monde musulman, elle ne pouvait plus contribuer ni à son progrès intellectuel ni social, parce que dans cette étape, elle représentait une idée isolée du milieu réel. D’ailleurs, dans une pareille étape, ce n’est pas seulement l’idée qui perd sa signification culturelle, sa faculté de créer des choses, mais réciproquement la chose elle-même ne peut plus engendrer des idées. Par exemple, à quoi aurait servi la fameuse pomme de Newton si, au lieu de tomber sur l’illustre mathématicien, elle était tombée sur son ancêtre de l’époque de Guillaume le Conquérant ? Il est évident qu’elle n’aurait pas créé l’idée de la gravitation, mais tout juste un petit tas de fumier parce que l’ancêtre de Newton l’aurait tout simplement mangée. Il est donc clair que l’idée et la chose n’acquièrent de valeur culturelle que dans certaines conditions. Elles ne deviennent créatrices de culture qu’à travers un intérêt supérieur sans lequel la vie dans le “monde des idées” et le “monde des choses” se fige comme dans de simples musées et perd toute efficacité sociale véritable. On peut interpréter cet intérêt supérieur par rapport à l’individu comme la liaison organique qui le lie au monde des idées et au monde des choses. Quand cette liaison fait défaut, l’individu n’a plus de prise ni sur les idées ni sur les choses. Il glisse seulement sur la surface des choses sans les pénétrer et passe à côté des idées sans les reconnaître. Et ce contact superficiel ne fait naître aucune interrogation, aucun problème. Newton a interrogé la pomme parce qu’il y était attaché par un intérêt supérieur. A une autre époque, mille ans plus tôt par exemple, il l’aurait simplement dévorée parce que “l’intérêt supérieur” faisait encore défaut dans la société anglaise qui elle-même n’était pas née encore. Inversement, personne dans la société musulmane jusqu’au XIXe siècle ne pouvait plus interroger l’idée d’Ibn Khaldoun parce que cette société n’avait déjà plus un intérêt supérieur à la base de son activité intellectuelle et sociale. A partir de cette époque, le musulman glissait à la surface des choses sans les pénétrer et passait à côté des idées sans les comprendre parce qu’il n’avait plus de liaisons avec les unes et les autres. Il ne résultait plus de sa rencontre avec les réalités sociales ce choc impétueux qui les transforme et le transforme lui-même». L’année 1492 qui marque la chute de Grenade, dernier émirat musulman en Europe, est aussi celle de la découverte de l’Amérique qui marque le début du monde moderne. Les musulmans ne sont plus en état de sommer les autres de s’islamiser. Au contraire, ce sont les autres qui les invitent à changer de foi. C’est ainsi qu’en 1461, Pie II appelle le sultan ottoman à se convertir au christianisme : «Tu es sans aucun doute le plus grand souverain du monde. Une seule chose te manque : le baptême. Accepte un peu d’eau et tu domineras tous ces couards qui portent des couronnes sacrées et s’assoient sur des trônes bénis. Sois mon nouveau Constantin et pour toi je serai un nouveau Sylvestre. Convertis-toi et, ensemble, nous fonderons avec ma Rome et avec Constantinople — qui à présent t’appartient — un nouvel ordre universel.»(6) 
Alors que la modernité pointe à l’horizon, le crépuscule étend son ombre sur le monde arabe. Le Moyen-Age finit pour l’Europe et commence pour le monde musulman. Les défaites et les pertes de territoires se succèdent depuis la reprise de Tolède en 1085, de Cordoue en 1236, de Valence en 1246, de Séville en 1248, de Gibraltar en 1462… 
Les premiers traités de capitulation sont signés par l’Empire ottoman avec la France dès 1535, suivis d’autres accords avec les Anglais et les Italiens qui concurrencent le commerce musulman en Méditerranée grâce à des navires plus performants. Des négociants et des comptoirs sont installés dans les principaux ports qui facilitent le transfert du contrôle des routes commerciales, surtout la fameuse route des Indes, vers les puissances européennes. Avec Souleiman le Magnifique (1520-1566) l’Empire ottoman arrive à son apogée. A sa mort au champ d’honneur le déclin commence. Son fils, Sélim II (1566-1574) était, comme Yazid le fils de Moawiya, surnommé «l’ivrogne». Sa flotte est battue à Lépante en 1571. Le commandant en chef de la marine ottomane donne dans son rapport une explication au désastre : «La flotte impériale affronta la flotte des misérables infidèles et la volonté d’Allah se détourna dans un autre sens.»(7) 
Tandis que les Occidentaux développent leur information et leur connaissance des pays musulmans, ces derniers ne voient aucune raison de s’intéresser à leurs modes de pensée, de vivre et de faire. L’orientaliste anglo-américain Bernard Lewis note : «Du côté musulman, les réticences à se rendre en Europe étaient grandes. Les juristes musulmans ont décrété qu’un musulman ne peut pas vivre en bon musulman dans une terre infidèle… La conquête de l’Espagne soulevait un problème plus délicat encore : quand une terre musulmane est conquise sur les chrétiens, les musulmans peuvent-ils rester sous domination chrétienne ? Là encore, de nombreux juristes répondent par la négative.» 
L’Occident émerge de la barbarie et, avec la Renaissance, se lance dans l’ère des découvertes et du progrès ; il s’affranchit de la tutelle intellectuelle musulmane après en avoir intégré ce qui pouvait l’intéresser et se fixe de nouveaux horizons ; la Réforme libère sa créativité philosophique et technique. Le monde musulman ne remarque pas les importantes transformations mentales, techniques et militaires survenues dans cette aire qu’il dédaigne et tient pour le territoire de la mécréance. L’Autriche, la Russie et la Pologne s’allient et battent les Turcs auxquels elles arrachent d’importantes possessions. L’expansion de l’islam dans le monde est définitivement stoppée.
C’est alors que les Ottomans prennent conscience de la puissance militaire et technique de l’Europe et envisagent les premières réformes. Bernard Lewis décrit les circonstances morales et psychologiques de cette prise de conscience : «Pendant des siècles, la réalité semble confirmer la vision que les musulmans avaient du monde et d’eux-mêmes. L’islam représentait la plus grande puissance militaire : au même moment, ses armées envahissaient l’Europe et l’Afrique, l’Inde et la Chine. C’était aussi la première puissance économique du monde, dominant le commerce d’un large éventail de produits grâce à un vaste réseau de communications en Asie, en Europe et en Afrique… Dans les arts et les sciences, l’islam pouvait s’enorgueillir d’un niveau jamais atteint dans l’histoire de l’humanité… Et puis, soudain, le rapport s’inversa… Pendant longtemps, les musulmans ne s’en rendirent pas compte… La Renaissance, la Réforme, la révolution technique passèrent pour ainsi dire inaperçues en terre d’islam… La confrontation militaire révéla la cause profonde du nouveau déséquilibre des forces… C’étaient l’inventivité et le dynamisme déployés par l’Europe qui creusaient l’écart entre les deux camps.» 
Le symposium international organisé à Bordeaux en juin 1956 pour étudier les causes du déclin culturel dans l’histoire de l’islam a établi qu’il n’y eut plus de savants musulmans après l’inventeur du principe logarithmique, le mathématicien algérien Ibn Hamza al-Maghribi, auteur de Tuhfat al-adâd fil-hisâb, qui parut en turc sous le règne de Mourad III (1574-1595)(8). 
En 1799, les Anglais signent un traité d’alliance avec Istanbul en contrepartie de nouvelles concessions. En 1802, la France reçoit les mêmes privilèges. En 1819, les Britanniques s’installent à Bahreïn. En 1830, l’Algérie est occupée par les Français et devient une colonie de peuplement. En 1839, la Grande-Bretagne s’empare de Aden et de la Côte des pirates (Emirats arabes). En 1856, au Congrès de Paris, les grandes puissances obtiennent la mainmise sur les ressources des territoires ottomans et un contrôle financier sur ses recettes. En 1859, la France occupe la Mauritanie. En 1864, les Espagnols pénètrent au Sahara occidental. En 1881, la France place la Tunisie sous protectorat. En 1882, l’Égypte, en difficulté financière, est à son tour mise sous protectorat par l’Angleterre. Cette dernière détache le Koweït de Basra, en 1899. En Perse, le Shah Nasr-Eddin est assassiné en 1896 pour avoir accordé des concessions de pétrole et de pêche aux Russes et de tabac aux Anglais. En 1912, le Maroc est placé sous protectorat par la France alors que la Libye est envahie par l’Italie. En 1916, les accords secrets de Sykes-Picot-Sazonow sont signés à Saint-Petersbourg entre la France, l’Angleterre et la Russie. En 1917, Balfour proclame les droits des juifs en Palestine. En 1919, la Grande-Bretagne signe avec l’Iran un pacte qui lui confie le contrôle de ses finances…
L’ensemble du monde arabo-musulman tombe sous la domination économique et financière occidentale. C’en était bel et bien fini de la civilisation musulmane, jusqu’à ce que le colonialisme vienne secouer par ses violences et ses défis la conscience musulmane : «Ce n’est pas sans raison que le monde musulman qui dormait profondément depuis six ou sept siècles s’est réveillé soudainement au début du XXe siècle. Qui lui a dit que c’était l’heure du réveil ? Peut-être avait-on fracturé la porte, ébranlé la maison, emporté pas mal de choses précieuses et des tapis moelleux sur lesquels nous eussions pieusement continué à dormir… Si c’est cela le fait colonial, il faut avouer que c’est lui qui nous a réveillés, plus ou moins brutalement, mais tant pis pour les délicats qui s’endorment après de plantureux repas…» (les «CR»). 
N. B.
Dimanche prochain : PENSÉE DE MALEK BENNABI : 21) La colonisabilité.
1) Selon Aboul Fedda, cité par G.H Bousquet in Classiques de l’islamologie. Par ailleurs, Mawdudi nous apprend dans son livre l’Etat idéologique que «les guerres menées par le Prophète en cinq ans pour la conquête de l’Arabie n’ont pas fait plus de 1 200 victimes de part et d’autre». 
2) Lorsqu’il reçut la capitulation de l’Empereur byzantin Michel II, Al-Ma’moun lui demanda au titre des dommages et intérêts de lui remettre les ouvrages des philosophes non encore traduits en arabe. 
3) Alexis de Tocqueville : L’ancien régime et la révolution, Ed. Mouyer, Paris 1967.
4) C’est Jung qui a découvert les «complexes» qu’il a définis comme étant des «images émotionnelles douées d’une forte cohésion intérieure». Bennabi a une définition propre du «complexe psychologique» qui est la fixation des habitudes, des traditions, des goûts dans les structures mentales et les comportements. Il est la traduction de tout ce qui est hérité de la société : «C’est le mobile qui transforme instantanément une habitude, bonne ou mauvaise, une tradition en usage, un acte concret, bon ou mauvais». C’est l’archétype, l’idée, qui s’intègre à notre éthique personnelle sous forme de canevas mental de notre comportement social (Cf. Le problème des idées, ébauche de 1960). 
5) Al- Muqaddima, trad. V. Monteil, Ed. UNESCO, Beyrouth, 1968.
6) Jacques Attali : 1492, Ed. Fayard, Paris 1991. 
7) Cité in Bernard Lewis : Que s’est-il passé ? L’Islam, l’Occident et la modernité, Ed. Gallimard, Paris 2002.
8) Cf. Actes du symposium publiés sous le titre Classicisme et déclin culturel dans l’histoire de l’islam, Ed. G.P Maisonneuve et Larose, Paris 1977.

La décadence du monde musulman- Pensée de Malek Bennabi

Par Nour-Eddine Boukrouh

noureddineboukrouh@yahoo.fr
La plupart des historiens conviennent que les déboires de la civilisation islamique ont commencé trente ans environ après la mort du Prophète avec la remise en cause de la légitimité du calife Ali par le clan des Banu Omayya et la bataille de Siffin sur laquelle elle a débouché. C’est là qu’est survenue la grande «fitna» qui a mis fin à l’ordre moral, social et politique instauré par les quatre califes qui ont succédé au Prophète. 
Le coup d’Etat de Moawiya a provoqué la division des musulmans en courants rivaux (les sunnites qui ont suivi Moawiya, les chiites qui ont suivi Ali, et les kharidjites qui renvoyèrent dos à dos l’un et l’autre), division qui prévaut à ce jour. Il les a divisés collectivement et individuellement entre la reconnaissance du fait du prince et la fidélité à la fraîche tradition de dévolution du pouvoir, il a provoqué dans leur esprit une séparation entre le principe coranique et la vie politique, entre la morale et les intérêts, entre la mosquée où l’on célèbre le culte du despote et ce qu’on pense au fond de soi. La bataille de Siffin s’est soldée par la mort de plus de 40 000 musulmans, chiffre énorme quand on sait qu’à la mort du Prophète la communauté musulmane comptait quelque 124 000 personnes(1). 
Ce n’est pas sans raison que Bennabi a vu dans cette crise une rupture qui allait affecter à jamais l’inconscient collectif musulman : «La cité musulmane a été pervertie par les tyrans qui se sont emparé du pouvoir après les quatre premiers khalifes. Le citoyen qui avait voix au chapitre dans tous les intérêts de la communauté a fait place au “sujet” qui plie devant l’arbitraire et au courtisan qui le flatte. La chute de la cité musulmane a été la chute du musulman dépouillé désormais de sa mission de “faire le bien et de réprimer le mal”. Le ressort de sa conscience a été brisé et la société musulmane est entrée ainsi progressivement dans l’ère post-almohadienne où la colonisabilité appelait le colonialisme» (préface de 1970 à la réédition de Vocation de l’islam). 
L’événement était comme on l’a vu colossal : les descendants directs du Prophète, la plus célèbre de ses épouses et ses plus proches compagnons se sont dressés les uns contre les autres dans des affrontements impitoyables, des membres d’une même famille s’entretuaient sur les champs de bataille, le clanisme et le tribalisme combattus par l’islam avaient resurgi, brisant la communauté qu’il avait instaurée entre eux. C’était une guerre civile aux proportions dramatiques car elle intervenait alors que le souvenir du Prophète et de la révélation coranique étaient encore frais dans les mémoires : «Le Coran, en tant que système philosophique, était une science qui dépassait singulièrement l’horizon de la conscience djahilienne. Il en est résulté une rupture entre ceux qui avaient assimilé la nouvelle pensée, la pensée coranique, et ceux qui demeuraient attachés à la tradition, à des conceptions sociales, à des conditions de vie que le Coran venait précisément abolir. Ce phénomène est le fond même de l’histoire musulmane depuis treize siècles ; il disparaît sous des vêtements historiques mais des luttes intestines le font périodiquement resurgir d’une crise à l’autre» (Vocation de l’islam).
La nouvelle civilisation était frappée alors qu’elle était en phase ascensionnelle, période que Bennabi désigne par l’expression phase de l’âme, car la tension spirituelle qui anime les acteurs est à son comble. C’est le moment où l’idée-force est tendue à l’extrême. Après Siffin, l’ère de la décompression commence, marquée par un mouvement non plus vertical, mais horizontal. La civilisation n’étant plus propulsée par sa «vitesse d’échappement» décline peu à peu jusqu’à l’arrêt final : «Cette date qui semble avoir été peu remarquée sinon pour l’histoire des idées schismatiques dans le monde musulman est cependant une date capitale car elle marque le tournant temporel de l’islam et à peu près la fin de son épopée spirituelle, c’est-à-dire à certain égard le commencement de la décadence ou, tout au moins, son signe précurseur… La civilisation n’évolue plus en profondeur dans l’âme humaine mais à la surface de la terre qui exercera sur elle désormais sa terrible pesanteur depuis les confins de la Chine jusqu’à l’Atlantique. A partir de Siffin, c’est la phase expansive en quelque sorte marquée tout au long des noms illustres des al-Kindi, al-Farabi, Ibn Sina, Abou-l-Wafa, al-Battani, Ibn Rochd, etc., jusqu’à Ibn Khaldoun dont le génie mélancolique éclairera le crépuscule de la civilisation musulmane… C’est ainsi qu’après avoir été le moteur d’une brillante civilisation, le musulman s’est trouvé, par une phase de querelles de toutes sortes, de guerres de tawaïfs, de razzias, ramené à son stade actuel…» (Vocation de l’islam). 
Sous les quatre premiers califes et les Omeyades la civilisation musulmane réalise l’essentiel des conquêtes territoriales. 
Pendant les trois premiers siècles du règne abbasside elle connaît sa plus forte période de créativité intellectuelle (du VIIIe au XIIe siècle) : les sciences se développent, la littérature brille de ses plus belles productions, la traduction des œuvres grecques donne une impulsion à la philosophie… Le mouvement de traduction des chefs-d’œuvre de la pensée grecque (Hippocrate, Galien, Platon, Aristote…) en arabe a pris son élan à Baghdad sous le règne d’al-Ma’moun(2), d’al-Mu’taçim et d’al-Wathiq, entre 813 et 842, c’est-à-dire la période où les califes étaient eux-mêmes des partisans de l’école «mu’tazilite» (rationaliste). Bennabi résume cette période : «On peut dire qu’à l’époque de Farabi la société musulmane créait des idées, qu’à l’époque d’Ibn Khaldoun elle les transmettait à l’Europe, et qu’après Ibn Khaldoun elle n’était plus capable ni d’en créer ni d’en transmettre» (Le problème de la culture). A partir du XIe siècle, il n’y a plus une mais des civilisations musulmanes : arabe, persane, turque, maghrébine… Cette brillante civilisation n’est plus que la pâle copie d’un modèle conçu pour être éternel et Bennabi lui accorde à peine le titre de civilisation. Mieux encore, il ne va même pas inclure dans cette dénomination l’empire mongol, l’empire perse safavide, l’épopée timouride ou l’ère ottomane. 
Au plan intellectuel et mental la décadence est présentée par lui comme «l’impuissance à dépasser le donné, à aller au-delà du connu, à franchir de nouvelles étapes historiques, à créer et assimiler du nouveau» (Vocation de l’islam). Les portes de l’ijtihad ont été fermées à l’époque d’al-Achaâri et d’ al-Ghazali. C’est de là que va découler la psychologie fataliste, le repli de la société sur elle-même, la fin de la recherche et de l’innovation qui n’existent que si elles sont portées par l’esprit critique. Les idées semées par al-Achaâari, al-Ghazali et leurs continuateurs vont dégénérer en fatalisme, en maraboutisme, en culte des saints, en «sauve-qui-peut social». 
Visant cette époque, Bennabi note dans Majaliss Dimashq : «Ainsi, nous avons unanimement décidé de mettre à l’arrêt notre raison dans nos activités intellectuelle, terrestres et célestes». 
Quoiqu’il en soit, Siffin n’était pas un accident de parcours mais un précédent qui allait se perpétuer systématiquement sous forme de dynasties héréditaires, de dictatures civiles ou militaires, c’est-à-dire de despotisme. Le premier crime de Moawiya a été le coup d’Etat qu’il a fomenté contre Ali par la ruse et la corruption. Son second crime est d’avoir, avant sa mort, introduit la dynastie, c’est-à-dire le pouvoir familial et despotique dans l’histoire de l’islam en obligeant la communauté à faire allégeance (bay’a) à son fils Yazid. Mais il faut dire que ni les Abbassides ni les pouvoirs musulmans qui ont surgi par la suite n’ont cherché à corriger cette hérésie ou voulu adopter des formes de «gouvernement démocratique». Il peut même paraître que Moawiya soit exemplaire à cet égard car lui au moins a évité toute prétention à l’autorité religieuse quand ses successeurs se voudront qui «ombre de Dieu sur le terre» qui «imam infaillible». 
Alexis de Tocqueville a décrit les effets psychologiques et sociologiques du despotisme : «Il retire aux citoyens toute passion commune, tout besoin mutuel, toute nécessité de s’entendre, toute occasion d’agir ensemble ; il les mure, pour ainsi dire, dans la vie privée. Ils tendaient déjà à se mettre à part, il les isole ; ils se refroidissent les uns pour les autres, il les glace…»(3) Description frappante du phénomène de dislocation du réseau des relations sociales mis par Bennabi à l’origine de la décadence et de la colonisabilité : «Les complexes qu’une culture et une longue tradition ont déterminés deviennent impropres à produire et à entretenir le mouvement social normal, provoquant une espèce de paralysie dont les effets ne deviennent visibles qu’à travers les épreuves d’une société et les vicissitudes de ses institutions.» Comme certaines maladies, la décadence est héréditaire, elle est transmise d’une génération à l’autre par des germes qui sont les représentations mentales, les habitudes, les traditions… Bennabi écrit : «Toute modification d’un complexe psychologique a pour conséquence une modification sociale correspondante, en bien ou en mal(4)… Les idées sont les “microbes” qui transmettent et perpétuent à travers le temps les maladies sociales…»
C’est de l’an 1369 après J.-C. que Bennabi date le point d’inflexion de la civilisation musulmane. Cette date correspond à la fin d’un cycle de civilisation qui a commencé avec Abou Bakr et s’est terminé avec les Almohades. On peut dire en gros que la civilisation islamique a connu à l’intérieur de ce grand cycle un cycle proprement arabe (de la fondation de l’Etat musulman à l’avènement des Abbassides en 750), un cycle arabo-persan (de 750 à l’avènement des Mongols en 1258), un cycle arabo-berbère en Afrique du Nord et en Espagne avec les Almoravides et les Almohades, un cycle ottoman (de 1517 à 1924), ainsi que plusieurs cycles à vocation régionale en Inde et en Asie centrale dans l’intervalle. Ce qui va se passer, c’est une marche en arrière, une régression : l’homme civilisé, ayant perdu son élan civilisateur, devient incapable d’assimiler et de créer des idées ; il ne sait plus appliquer son génie au sol et au temps ; la vie sociale fait place à la vie végétative, la synthèse fondamentale (homme-sol-temps) se désagrège, l’homme post-almohadien va remplacer le musulman civilisé et incarner la colonisabilité. 
Contemporain et témoin de ce point d’inflexion, Ibn Khaldoun a dressé un tableau saisissant de ce coucher de civilisation : «Le Maghreb n’était pas un pays pauvre. Sous les Almohades il était dans de bonnes conditions avec un revenu important. Mais, aujourd’hui, la situation est mauvaise parce que le Maghreb est bien déchu de son faste d’antan… Le temps n’est plus où son rayonnement s’étendait entre la Méditerranée et le Soudan, et du Sousse marocain jusqu’à la Cyrénaïque. Aujourd’hui c’est presque partout un désert, sauf sur le littoral et les collines voisines… Alors, le déclin commence, la prospérité diminue, la population décroît, les techniques se ralentissent. En conséquence, on perd l’habitude de bâtir des édifices élégants et solides, la main-d’œuvre diminue avec le nombre des habitants ; on ne trouve presque plus de pierre, de marbre et d’autres matériaux, on utilise des pierres de réemploi… Après quoi, on revient à la mode bédouine, avec du pisé au lieu de pierres, et sans aucun ornement. Les villes retournent aux villages, aux hameaux, puis elles tombent peu à peu en ruine… On dit couramment d’un pays civilisé qui se dépeuple qu’il perd sa substance ; c’est au point que même les sources et les rivières cessent de couler. Car les sources ne jaillissent que lorsqu’on les creuse et qu’on en tire de l’eau : autrement dit, il faut y travailler. C’est la même chose qu’avec les bêtes laitières. Des sources qui ne sont plus utilisées et qu’on n’entretient plus se perdent sous terre, comme si elles n’avaient jamais existé… Lorsque le vent de la civilisation eut cessé de souffler sur le Maghreb et sur l’Espagne, les sciences y déclinèrent et toute activité scientifique y disparut, à l’exception de rares traces individuelles… 
Si l’argent est rare aujourd’hui au Maghreb et en Ifriqiya, ce n’est pas le cas chez les Slaves et les Francs. S’il est rare en Egypte et en Syrie, il ne l’est pas dans l’Inde, ni en Chine. 
Ce n’est qu’un instrument, qu’un capital. C’est la civilisation qui en cause l’abondance ou la rareté… Baghdad, Cordoue, Basra, Koufa… Au début de l’islam, c’étaient des villes très peuplées et policées. 
Les sciences y étaient à l’honneur et les habitants étaient versés dans la terminologie scientifique, dans les différentes branches du savoir ; ils se posaient des problèmes et inventaient de nouvelles spécialités. Ils étaient en avance sur les anciens, comme sur les modernes. Mais, quand vinrent la décadence et la dispersion, ce fut aussi la fin de la science et de l’enseignement dont la tradition fut transportée ailleurs»(5). 
Terrible moment de vide historique où tout se fige comme sous l’effet d’un sortilège. Mais tel un enchanteur qui se prépare à briser le sortilège, Bennabi nous éclaire sur les dessous du mystère et note dans Le problème de la culture : «Lorsque l’œuvre d’Ibn Khaldoun a vu le jour dans le monde musulman, elle ne pouvait plus contribuer ni à son progrès intellectuel ni social, parce que dans cette étape, elle représentait une idée isolée du milieu réel. D’ailleurs, dans une pareille étape, ce n’est pas seulement l’idée qui perd sa signification culturelle, sa faculté de créer des choses, mais réciproquement la chose elle-même ne peut plus engendrer des idées. Par exemple, à quoi aurait servi la fameuse pomme de Newton si, au lieu de tomber sur l’illustre mathématicien, elle était tombée sur son ancêtre de l’époque de Guillaume le Conquérant ? Il est évident qu’elle n’aurait pas créé l’idée de la gravitation, mais tout juste un petit tas de fumier parce que l’ancêtre de Newton l’aurait tout simplement mangée. Il est donc clair que l’idée et la chose n’acquièrent de valeur culturelle que dans certaines conditions. Elles ne deviennent créatrices de culture qu’à travers un intérêt supérieur sans lequel la vie dans le “monde des idées” et le “monde des choses” se fige comme dans de simples musées et perd toute efficacité sociale véritable. On peut interpréter cet intérêt supérieur par rapport à l’individu comme la liaison organique qui le lie au monde des idées et au monde des choses. Quand cette liaison fait défaut, l’individu n’a plus de prise ni sur les idées ni sur les choses. Il glisse seulement sur la surface des choses sans les pénétrer et passe à côté des idées sans les reconnaître. Et ce contact superficiel ne fait naître aucune interrogation, aucun problème. Newton a interrogé la pomme parce qu’il y était attaché par un intérêt supérieur. A une autre époque, mille ans plus tôt par exemple, il l’aurait simplement dévorée parce que “l’intérêt supérieur” faisait encore défaut dans la société anglaise qui elle-même n’était pas née encore. Inversement, personne dans la société musulmane jusqu’au XIXe siècle ne pouvait plus interroger l’idée d’Ibn Khaldoun parce que cette société n’avait déjà plus un intérêt supérieur à la base de son activité intellectuelle et sociale. A partir de cette époque, le musulman glissait à la surface des choses sans les pénétrer et passait à côté des idées sans les comprendre parce qu’il n’avait plus de liaisons avec les unes et les autres. Il ne résultait plus de sa rencontre avec les réalités sociales ce choc impétueux qui les transforme et le transforme lui-même». L’année 1492 qui marque la chute de Grenade, dernier émirat musulman en Europe, est aussi celle de la découverte de l’Amérique qui marque le début du monde moderne. Les musulmans ne sont plus en état de sommer les autres de s’islamiser. Au contraire, ce sont les autres qui les invitent à changer de foi. C’est ainsi qu’en 1461, Pie II appelle le sultan ottoman à se convertir au christianisme : «Tu es sans aucun doute le plus grand souverain du monde. Une seule chose te manque : le baptême. Accepte un peu d’eau et tu domineras tous ces couards qui portent des couronnes sacrées et s’assoient sur des trônes bénis. Sois mon nouveau Constantin et pour toi je serai un nouveau Sylvestre. Convertis-toi et, ensemble, nous fonderons avec ma Rome et avec Constantinople — qui à présent t’appartient — un nouvel ordre universel.»(6) 
Alors que la modernité pointe à l’horizon, le crépuscule étend son ombre sur le monde arabe. Le Moyen-Age finit pour l’Europe et commence pour le monde musulman. Les défaites et les pertes de territoires se succèdent depuis la reprise de Tolède en 1085, de Cordoue en 1236, de Valence en 1246, de Séville en 1248, de Gibraltar en 1462… 
Les premiers traités de capitulation sont signés par l’Empire ottoman avec la France dès 1535, suivis d’autres accords avec les Anglais et les Italiens qui concurrencent le commerce musulman en Méditerranée grâce à des navires plus performants. Des négociants et des comptoirs sont installés dans les principaux ports qui facilitent le transfert du contrôle des routes commerciales, surtout la fameuse route des Indes, vers les puissances européennes. Avec Souleiman le Magnifique (1520-1566) l’Empire ottoman arrive à son apogée. A sa mort au champ d’honneur le déclin commence. Son fils, Sélim II (1566-1574) était, comme Yazid le fils de Moawiya, surnommé «l’ivrogne». Sa flotte est battue à Lépante en 1571. Le commandant en chef de la marine ottomane donne dans son rapport une explication au désastre : «La flotte impériale affronta la flotte des misérables infidèles et la volonté d’Allah se détourna dans un autre sens.»(7) 
Tandis que les Occidentaux développent leur information et leur connaissance des pays musulmans, ces derniers ne voient aucune raison de s’intéresser à leurs modes de pensée, de vivre et de faire. L’orientaliste anglo-américain Bernard Lewis note : «Du côté musulman, les réticences à se rendre en Europe étaient grandes. Les juristes musulmans ont décrété qu’un musulman ne peut pas vivre en bon musulman dans une terre infidèle… La conquête de l’Espagne soulevait un problème plus délicat encore : quand une terre musulmane est conquise sur les chrétiens, les musulmans peuvent-ils rester sous domination chrétienne ? Là encore, de nombreux juristes répondent par la négative.» 
L’Occident émerge de la barbarie et, avec la Renaissance, se lance dans l’ère des découvertes et du progrès ; il s’affranchit de la tutelle intellectuelle musulmane après en avoir intégré ce qui pouvait l’intéresser et se fixe de nouveaux horizons ; la Réforme libère sa créativité philosophique et technique. Le monde musulman ne remarque pas les importantes transformations mentales, techniques et militaires survenues dans cette aire qu’il dédaigne et tient pour le territoire de la mécréance. L’Autriche, la Russie et la Pologne s’allient et battent les Turcs auxquels elles arrachent d’importantes possessions. L’expansion de l’islam dans le monde est définitivement stoppée.
C’est alors que les Ottomans prennent conscience de la puissance militaire et technique de l’Europe et envisagent les premières réformes. Bernard Lewis décrit les circonstances morales et psychologiques de cette prise de conscience : «Pendant des siècles, la réalité semble confirmer la vision que les musulmans avaient du monde et d’eux-mêmes. L’islam représentait la plus grande puissance militaire : au même moment, ses armées envahissaient l’Europe et l’Afrique, l’Inde et la Chine. C’était aussi la première puissance économique du monde, dominant le commerce d’un large éventail de produits grâce à un vaste réseau de communications en Asie, en Europe et en Afrique… Dans les arts et les sciences, l’islam pouvait s’enorgueillir d’un niveau jamais atteint dans l’histoire de l’humanité… Et puis, soudain, le rapport s’inversa… Pendant longtemps, les musulmans ne s’en rendirent pas compte… La Renaissance, la Réforme, la révolution technique passèrent pour ainsi dire inaperçues en terre d’islam… La confrontation militaire révéla la cause profonde du nouveau déséquilibre des forces… C’étaient l’inventivité et le dynamisme déployés par l’Europe qui creusaient l’écart entre les deux camps.» 
Le symposium international organisé à Bordeaux en juin 1956 pour étudier les causes du déclin culturel dans l’histoire de l’islam a établi qu’il n’y eut plus de savants musulmans après l’inventeur du principe logarithmique, le mathématicien algérien Ibn Hamza al-Maghribi, auteur de Tuhfat al-adâd fil-hisâb, qui parut en turc sous le règne de Mourad III (1574-1595)(8). 
En 1799, les Anglais signent un traité d’alliance avec Istanbul en contrepartie de nouvelles concessions. En 1802, la France reçoit les mêmes privilèges. En 1819, les Britanniques s’installent à Bahreïn. En 1830, l’Algérie est occupée par les Français et devient une colonie de peuplement. En 1839, la Grande-Bretagne s’empare de Aden et de la Côte des pirates (Emirats arabes). En 1856, au Congrès de Paris, les grandes puissances obtiennent la mainmise sur les ressources des territoires ottomans et un contrôle financier sur ses recettes. En 1859, la France occupe la Mauritanie. En 1864, les Espagnols pénètrent au Sahara occidental. En 1881, la France place la Tunisie sous protectorat. En 1882, l’Égypte, en difficulté financière, est à son tour mise sous protectorat par l’Angleterre. Cette dernière détache le Koweït de Basra, en 1899. En Perse, le Shah Nasr-Eddin est assassiné en 1896 pour avoir accordé des concessions de pétrole et de pêche aux Russes et de tabac aux Anglais. En 1912, le Maroc est placé sous protectorat par la France alors que la Libye est envahie par l’Italie. En 1916, les accords secrets de Sykes-Picot-Sazonow sont signés à Saint-Petersbourg entre la France, l’Angleterre et la Russie. En 1917, Balfour proclame les droits des juifs en Palestine. En 1919, la Grande-Bretagne signe avec l’Iran un pacte qui lui confie le contrôle de ses finances…
L’ensemble du monde arabo-musulman tombe sous la domination économique et financière occidentale. C’en était bel et bien fini de la civilisation musulmane, jusqu’à ce que le colonialisme vienne secouer par ses violences et ses défis la conscience musulmane : «Ce n’est pas sans raison que le monde musulman qui dormait profondément depuis six ou sept siècles s’est réveillé soudainement au début du XXe siècle. Qui lui a dit que c’était l’heure du réveil ? Peut-être avait-on fracturé la porte, ébranlé la maison, emporté pas mal de choses précieuses et des tapis moelleux sur lesquels nous eussions pieusement continué à dormir… Si c’est cela le fait colonial, il faut avouer que c’est lui qui nous a réveillés, plus ou moins brutalement, mais tant pis pour les délicats qui s’endorment après de plantureux repas…» (les «CR»). 
N. B.
Dimanche prochain : PENSÉE DE MALEK BENNABI : 21) La colonisabilité.
1) Selon Aboul Fedda, cité par G.H Bousquet in Classiques de l’islamologie. Par ailleurs, Mawdudi nous apprend dans son livre l’Etat idéologique que «les guerres menées par le Prophète en cinq ans pour la conquête de l’Arabie n’ont pas fait plus de 1 200 victimes de part et d’autre». 
2) Lorsqu’il reçut la capitulation de l’Empereur byzantin Michel II, Al-Ma’moun lui demanda au titre des dommages et intérêts de lui remettre les ouvrages des philosophes non encore traduits en arabe. 
3) Alexis de Tocqueville : L’ancien régime et la révolution, Ed. Mouyer, Paris 1967.
4) C’est Jung qui a découvert les «complexes» qu’il a définis comme étant des «images émotionnelles douées d’une forte cohésion intérieure». Bennabi a une définition propre du «complexe psychologique» qui est la fixation des habitudes, des traditions, des goûts dans les structures mentales et les comportements. Il est la traduction de tout ce qui est hérité de la société : «C’est le mobile qui transforme instantanément une habitude, bonne ou mauvaise, une tradition en usage, un acte concret, bon ou mauvais». C’est l’archétype, l’idée, qui s’intègre à notre éthique personnelle sous forme de canevas mental de notre comportement social (Cf. Le problème des idées, ébauche de 1960). 
5) Al- Muqaddima, trad. V. Monteil, Ed. UNESCO, Beyrouth, 1968.
6) Jacques Attali : 1492, Ed. Fayard, Paris 1991. 
7) Cité in Bernard Lewis : Que s’est-il passé ? L’Islam, l’Occident et la modernité, Ed. Gallimard, Paris 2002.
8) Cf. Actes du symposium publiés sous le titre Classicisme et déclin culturel dans l’histoire de l’islam, Ed. G.P Maisonneuve et Larose, Paris 1977.