Mois : avril 2016

  • Des Iles Vierges vient la réponse à une question du roi Mohammed VI

    Dans son discours du trône du 30 juillet 2014, le roi Mohammed VI s’est montré critique vis-à-vis des réalisations du Maroc dans le domaine économique et sociale et s’est demandé « où est cette richesse » dont regorge son pays.
    La réponse à sa question lui vient de loin, de l’autre côté de l’Atlantique. Des îles Vierges, plus précisément et qui lui a valu une dépêche du journal Le Monde sous le titre « Le roi Mohammed VI aime les Iles Vierges ».
    En effet, pour transférer son argent vers le paradis fiscal des îles Vierges, le roi du Maroc s’est servi du cabinet panaméen Mossack Fonseca pour monter une société offshore qui masque les ayant droit véritables.
    Les révélations faites sous le nom de « Panama Papers » « permettent d’affirmer que le roi était bel et bien le bénéficiaire des montages ».
    Le souverain marocain a utilisé ces structures pour acheter un yacht de luxe, le Erga, rebaptisé El Boughaze, qu’il utilise pour ses déplacements privés.
    Les scandales royaux semblent s’accumuler à une vitesse étonnante. Il y a un an, au mois de février 2015 plus précisément, d’autres documents sous le nom de Swissleaks révélaient l’existence d’un compte bancaire dans la banque HSBC Private Bank sous le nom de code de 5090190103.
  • La República de Saharaui aún lucha por un referéndum de independencia

    La ubicación estratégica del territorio del Sahara mueve los intereses de las potencias del primer mundo, como España, y de Marruecos. Debido al conflicto, miles se refugian en Argelia. Redacción Mundo Fosfato, pesca, hierro y petróleo son algunas de las riquezas naturales del Sahara Occidental, la única colonia africana que no ha logrado su independencia. Su posición de “puente” de paso entre el océano Atlántico y África la convierte en un sitio geoestratégico que ha despertado históricamente el interés de las potencias del primer mundo. Yanara Llópiz, investigadora del Centro de Estudios sobre África y Medio Oriente de La Habana, explica que el interés de las grandes potencias directa o indirectamente han vulnerado la cultura y soberanía saharaui. 
    ¿Qué ocurre exactamente en Sahara Occidental? Se trata de un conflicto armado entre el grupo rebelde Polisario y las fuerzas de Marruecos. Esta guerrilla busca desde 1975 la descolonización y la independencia de la antigua colonia española. La guerra se generó tras la retirada del Gobierno español y la firma de los Acuerdos Tripartitos sin consentimiento del Polisario. Con el convenio se originó un reparto del territorio de Sahara Occidental entre Marruecos (en elnorte) y Mauritania (en el sur), España solo mantenía el derecho a la explotación de recursos (principalmente de fosfato, elemento clave de los fertilizantes). 
    En 1978 Mauritania reconoció el estado saharaui y se retiró del país. Tras la invasión de las fuerzas del Rabat se genera el éxodo de la población saharaui a Tiduf (Argelia) lo cual dura hasta la actualidad. Fuera de Marruecos hay otros países y organizaciones internacionales que también colaboraron en el desarrollo del conflicto. España se ha desenvuelto como una expotencia colonizadora; Francia y Estados Unidos por intereses geoestratégicos y económicos; Argelia, vecino hasta ahora irreconciliable de Marruecos; Libia, cuyo apoyo al Polisario fue fundamental; y en menor medida Rusia, incluso China. 
    La Organización para la Unidad Africana (OUA) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) han tratado de mediar en el conflicto. En 1989 intentaron llegar a un plan de arreglo, a través de la resolución 1514 (XV) de la Asamblea General de la ONU 1960 que se refiere a la Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales. Polisario y Marruecos firmaron un compromiso, pero luego de seis meses lo incumplió el Rabat. Ali Salem Sidi Zein, embajador de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) en Ecuador, dijo a EL TELÉGRAFO que el incumplimiento es porque Marruecos no tiene la voluntad para que se efectué el referéndum de autodeterminación. Esta consulta propone que la población decida entre ser agregada a Marruecos o tener su independencia. La RASD era miembro de la OUA y es parte fundadora de la Unión Africana (sucesora de la OUA). 
    La República Saharaui es reconocida como estado soberano por 85 países, la mayoría es de africanos o latinoamericanos, entre ellos Ecuador. Otros estados, como los europeos, no reconocen la RASD, pero sí al Polisario como representante legítimo de los saharauis. Las crisis de los refugiados en Europa y el terrorismo yihadista convirtieron a Marruecos en un aliado vital de Europa, de Francia y España especialmente, y Estados Unidos, lo que dificulta más el reconocimiento de los saharauis. Marruecos no cede Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, visitó el 5 de marzo los campos de refugiados saharauis en Argelia. 
    Esto no fue visto con agrado por Marruecos y como respuesta el rey Mohamed VI, a quien pretendía visitar días después, se declaró “no disponible”. Tras comprobar el estado de los campos, el secretario se refirió a las condiciones de los refugiados como “inaceptables” y habló de los terrenos “ocupados” por Marruecos en el Sahara Occidental. La palabra “ocupados” es considerada como una ofensa por el Rabad. Luego de estos comentarios, el 20 de marzo, Marruecos expulsó a 73 empleados civiles de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sahara Occidental (Minurso) y retiró la partida económica para financiarlos. Finalmente ordenó el cierre de la oficina militar de la ONU en Dajla. 
    El portavoz de la ONU, Stephane Dujarric, advirtió que la salida de esos empleados haría difícil completar la misión, cuyo fin es realizar el referéndum. El embajador Sidi Zein explicó que “a pesar del empeño de la ONU, Marruecos siempre bloqueó el proceso. A nivel internacional nadie reconoce la soberanía de este país sobre nuestro territorio”. La ONU no es el único organismo internacional que ha velado para que el Rabat desista de obtener el poder en este territorio, la Unión Europea también aplicó sanciones para invalidar el acuerdo agrícola que aceptaba que Marruecos venda los recursos del Sahara Occidental. 
    El analista Diego Hidalgo Morgado manifestó que la monarquía marroquí desplegó una campaña de presión en la Unión Europea e incluye “mecanismos menos democráticos, más bien antidemocráticos, para anular estas sanciones aunque no ha tenido éxito alguno”. La Oficina de Asuntos Jurídicos de las Naciones Unidas dictaminó la ilegalidad de la explotación de recursos por parte de Marruecos en el territorio saharaui. 
    La investigadora Llópiz indicó que el conflicto seguirá condicionado por los intereses de las oligarquías políticas y financieras de varias potencias que persiguen explotar la zona saharaui, poniendo a Marruecos de punto geoestratégico en el control del Sahara. 
    Por su parte el embajador de la República Saharaui, Sidi Zein, es optimista y dijo que confía en que con el respaldo internacional se podrá llegar a una resolución que concluya con el anhelado referéndum. 
    EL TELÉGRAFO consultó la opinión del delegado del Consulado de Marruecos en Quito, pero hasta el cierre de la edición no contestó el correo enviado. (I) 
  • Maroc : une superficie déclarée mais non reconnue

    Le Maroc a une situation géographique stratégique . Il présente des frontières (souvent en litige) avec l’ Europe, avec l’ océan atlantique et avec l’Afrique . Pour le gouvernement marocain, le pays fait 713 mille Km², mais le Maroc reconnu internationalement occupe seulement une superficie de 446 mille Km². Et bien, toute la différence n’est rien d’autre que le Sahara Occidental qui fait 260 mille Km² et sur lequel le Maroc se considère souverain . En effet, dans aucun pays au monde on n’a pu relever une différence aussi flagrante entre la superficie déclarée et celle reconnue.
    Comment est – on arrivé à cette situation ? En 1884, l’ Espagne prend le contrôle de la région qui s’appelait à l’époque Rio De Oro (de l’ espagnol , rivière de l’or) car les sources d’or de l’Afrique de l’ Ouest utilisent souvent ce pays comme voie de passage . Pendant la décolonisation du 20e siècle, la souveraineté de l’Espagne sur ce territoire est contestée de toute part : par les bédouins Sahraouis, par la Mauritanie qui estime que ce territoire est peuplé par des nomades de mêmes origines ethniques que les Mauritaniens et par le Maroc qui juge que ce territoire fait partie du « Grand Maroc » historique qui date de la dynastie berbéro-arabe des Almoravides du 11e siècle et qui comprend en plus une bonne partie de l’Ouest algérien . De plus, les terres du Sahara Occidental sont très riches en ressources minières, tels que le cuivre , le fer et le phosphate , ce qui permet au Maroc d’être la deuxième source de phosphate au monde . Aussi, les côtes Sahraouies qui donnent sur l’océan atlantique sont parmi les régions les plus poissonneuses au monde, d’où l’intérêt économique de ce pays.
    Qui sont finalement ces Sahraouis ? Les Sahraouis sont des nomades d’origines berbères , arabes et africaines . Les Sahraouis revendiquent leur autonomie auprès du colonisateur espagnol et obtiennent l’indépendance du Sahara en 1976. Aussitôt , après le départ des espagnols le Maroc prend le contrôle du pays et l’annexe comme province . Le Maroc semble avoir oublié que depuis des siècles un peuple, une histoire et une culture dans le Sahara Occidental ont toujours existé. Depuis, les Sahraouis se sont soulevés de nouveau contre l’occupant marocain en créant le Front Polisario, de l’ abréviation espagnole de « Frente Popular de Liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro » ( Front populaire de Libération de la Saguia el Hamra et du Rio de Oro). Le Polisario proclame son pays : République Arabe Sahraouie Démocratique.
    L’Algérie soutient le Front Polisario comme tous les mouvements qui revendiquent leur indépendance (comme c’était le cas pour l’Algérie avant 1962). C’est cette position politique pro-sahraouie qui bloque les relations algéro- marocaines et la construction de l’Union du Maghreb Arabe (UMA). L’ ONU, elle aussi, condamne cette occupation marocaine et se prononce pour l’autodétermination du Sahara Occidental avec un référendum. Mais, jusqu’à présent , les deux parties ne parviennent pas à se mettre d’ accord sur la composition du corps électoral . En effet, le Front Polisario estime que les populations ayant immigré récemment au Sahara et sous l’influence du gouvernement marocain, ne doivent pas participer au vote.
  • UE-MAROC : L’eurodéputée Paloma Lopez demande la révision des relations privilégiées

    L’ eurodéputée espagnole, Paloma Lopez-Bermejo, a demandé à l’Union européenne (UE) de revoir ses relations privilégiées avec le Maroc à la lumière des derniers développements dans la région, notamment après l’expulsion du personnel civil de la Minurso des territoires occupés du Sahara occidental. 
    Dans une question écrite adressée à la Commission européenne, Paloma Lopez a interpellé les responsables européens sur l’avenir des relations UE- Maroc, estimant nécessaire de révoquer tous les accords commerciaux conclus» avec ce pays jusqu’à «remettre en cause le statut privilé- gié» qui lui a été accordé, jusqu’à le considérant «comme un partenaire straté- gique» pour l’UE. 
    Le 20 mars dernier, plus de 80 membres du personnel civil de la Minurso ont quitté les territoires occupés du Sahara occidental sur injonction du Maroc qui entendait protester contre des propos du Secrétaire général de l’ONU, Ban Ki- moon, lors de sa récente visite dans la région. Deux jours plus tard, le Maroc fait monter la tension d’un cran, en fermant le bureau de liaison situé à la ville de Dakhla occupée. 
    Considérant que ce précédent marocain «viole le Droit international», l’eurodéputée a demandé à la Commission européenne des explications sur le dialogue entre l’UE et le Maroc, au sujet de l’expulsion des membres de la Minurso, regrettant le refus opposé par les autorités marocaines à la visite de Ban Kimoon dans les territoires du Sahara occidental occupés. 
    Dans une question écrite adressée à la chef de la diplomatie de l’UE, Paloma Lopez a interpellé Federica Mogherini sur l’assassinat, le 27 février dernier, d’un citoyen sahraoui par les forces d’occupation marocaines dans une zone démilitarisée du Sahara occidental. Elle a exigé également de la Commission européenne des réponses concernant la situation des prisonniers politiques sahraouis, notamment celle de YahiaMohamed El-Hafed incarcéré depuis 2008 à Marrakech, et d’autres prisonniers du groupe de Gdiem-Izik, et les mesures à prendre pour leur garantir l’accès aux soins, à la suite de leur grève de la faim.
  • Sensibilisation au problème des mines : L’ONU souligne l’importance de l’action humanitaire

    Lundi 4 Avril 2016
    L’Organisation des Nations unies a choisi à l’occasion de la journée internationale de sensibilisation au problème des mines et de l’assistance à la lutte anti-mines, célébrée le 04 avril de chaque année, de mettre l’accent sur l’action humanitaire engagée dans ce sens et qui contribue à sauver la vie des millions de victimes.Les mines terrestres ne sont pas les seuls dangers explosifs présentant une menace pour les civils vivant dans des zones de conflits ou d’après-conflit car les armes de guerre, les munitions non explosées et les engins explosifs improvisés sont un danger potentiel qui empêche les civils de bénéficier d’une couverture sanitaire et de l’enseignement et entrave le processus de développement. La nature des conflits a également changé, avec un rôle accru d’acteurs non étatiques et une diminution d’accords de paix stables, créant un environnement dangereux et complexe pour les travailleurs humanitaires. 
    L’ONU a choisi cette année d’axer son action sur la nécessité de détruire ces engins dans les régions déchirées par les guerres pour permettre l’acheminement des aides humanitaires aux populations nécessiteuses. Les Nations unies coordonnent les actions anti-mines des équipes chargées du déminage des routes et assurent l’initiation des populations locales au déminage et à la destruction de ces engins de la mort. 
    Le Sahara occidental, l’une des régions les plus minées dans le monde 
    Les grandes quantités de mines implantées au Sahara occidental occupé par le Maroc constitue une véritable problématique et un grand défi pour les Sahraouis. Le Sahara occidental est classé parmi les régions les plus minées dans le monde. En effet, plusieurs types de mines antipersonnel ont été posés par les forces d’occupation marocaines depuis 1975 sur une superficie de 266.000 km. Il s’agit notamment de mines terrestres, de mines antichars, de bombes à fragmentation et d’obus non explosés. Bien que les deux pays soient parvenus à un cessez-le-feu en 1991, les forces marocaines continuent de miner de larges parties des territoires sahraouis, notamment le long du mur de séparation (mur de la honte) érigé par l’occupant dans les années 80. Les mines antipersonnel posées par l’occupant marocain constituent un réel danger pour la population civile sahraouie alors que le Maroc continue de fuir ses responsabilités et refuse de donner des estimations précises sur le nombre des victimes de ces mines. 
  • Amnesty appelle les autorités marocaines à libérer les détenus politiques sahraouis

    L’organisation Amnesty International a lancé samedi un appel urgent aux autorités marocaines à libérer les treize Sahraouis militants des droits de l’homme, détenus dans la prison de Salé au Maroc, et qui observent une grève de la faim depuis le début mars, inscrivant cette question sur la liste de ses actions urgentes.
    L’ ONG a dénoncé encore une fois le jugement des 13 militants sahraouis des droits de l’homme en grève, après un procès «inique» par un tribunal militaire en 2013, exhortant les autorités marocaines à les libérer après cinq ans de détention «arbitraire». Les 13 détenus sahraouis, Sidahmed Lemjayed, Ahmed Sbai, Mohamed Bachir Boutanguiza, Naâma Asfari, Hassan Dah, Cheikh Banga, Mohamed Bani, Sidi Abdallah Abhah, Mohamed Bourial, Mohamed Embarek Lefkir, Bachir Khadda, Abdallah Toubali et Brahim Ismaili, ont été condamnés à 20 ans de prison pour leur militantisme pacifique, lors des manifestations de Gdeim Izik, en novembre 2010. 
    Au total, 25 manifestants et militants sahraouis avaient été arbitrairement arrêtés et jugés. Le 1er mars dernier, 13 parmi eux ont entamé une grève de la faim pour protester contre leur détention arbitraire, ainsi que celle de huit autres, après un procès inéquitable. Amnesty International tire la sonnette d’alarme quant à leur état de santé, soulignant qu’outre l’importante perte de poids ils souffrent, à ce stade de leur grève, de «fatigue extrême, maux de tête intenses, douleurs abdominales et perte de conscience». L’ONG réaffirme que le procès avait été «entaché d’irrégularités», d’«injustice» et d’«aveux sous la torture», rappelant qu’aucune enquête n’avait été faite par le tribunal militaire avant le procès. 
    Amnesty International interpelle la communauté internationale à faire pression sur les autorités marocaines pour qu’ils libè- rent les détenus sahraouis, ou qu’ils les rejugent dans le cadre d’un procès équitable, avec respect du principe de présomption de libération dans l’attente du procès, comme défini par le droit international relatif aux droits humains. Il est également demandé de réclamer aux autorités marocaines, de veiller à ce que les 13 grévistes de la faim bénéficient de tous les soins médicaux dont ils pourraient avoir besoin, et qu’ils diligentent une enquête «indépendante» et «impartiale» sur leurs allégations de torture et d’autres mauvais traitements. 
    Détenus politiques sahraouis : le congrès des syndicats britanniques interpellé 
    Le congrès des syndicats britanniques (TUC : Trades Union Congress) a été interpellé par le Front Polisario afin qu’il exhorte le gouvernement britannique d’intervenir auprès des autorités marocaines au sujet des détenus politiques sahraouis dans la prison de Salé (Maroc), a-t-on appris samedi auprès de la représentation du Front à Londres. L’officier international au TUC, Bandula Kothalawala, a été sollicité par la représentation du Polisario à Londres, afin de soutenir et d’interpeller, à son tour, le gouvernement britannique sur le cas des 13 détenus politiques sahraouis au Maroc, ayant entamé une grève de la faim le 1er mars 2016. Le TUC est une confédération des syndicats des travailleurs. Elle est la plus grande et la plus importante organisation des travailleurs au Royaume-Uni, rassemblant quelque 7 millions d’adhérents. 
    Le Polisario a attiré l’attention sur l’urgence des derniers développements de la question du Sahara occidental depuis la visite du Secrétaire général de l’ONU aux territoires sahraouis libérés, à Bir Lahlou, et aux camps des réfugiés, sahraouis ainsi que la situation «alarmante» des activistes civils sahraouis, connus sous le nom du groupe de Gdeim Izik, détenus par l’occupant marocain. Il est demandé au TUC de soutenir les détenus politiques sahraouis, de «condamner fermement les peines cruelles et sévères» prononcées contre les 24 activistes sahraouis civils et d’exhorter le gouvernement britannique à «intervenir immédiatement pour demander l’annulation des décisions arbitraires du tribunal militaire marocain, et la libération de tous les prisonniers politiques sahraouis dans les prisons du Maroc», a précisé la même source. 
    Le représentant du Polisario à Londres, Mohamed Ali Mohamed Limam, a soutenu que les autorités marocaines «doivent recevoir un message clair et fort sur leurs transgressions constantes des droits fondamentaux des Sahraouis dans les territoires occupés du Sahara occidental qui ne peuvent plus être tolérées et qui doivent cesser». Il a relevé avoir rappelé, dans un message adressé au TUC, les promesses faites par M. Ban Ki Moon aux Sahraouis, afin d’accélérer le processus politique sur le Sahara occidental, et qu’il était maintenant «essentiel» que ces promesses se concrétisent. M. Limam a relevé que la condamnation des détenus du groupe Gdeim Izik était «la plus cruelle des sentences prononcées par le tribunal militaire marocain». «Le procès en question avait été reporté à trois reprises, les accusés étaient en détention provisoire, sans inculpation pendant plus de deux ans, ce qui est illégal en vertu du code criminel marocain», a-t-il expliqué. 
    Les prisonniers politiques sahraouis avaient observé quatre grèves de la faim afin d’alerter l’opinion publique et réclamer des améliorations dans leurs conditions de détention et leur libération inconditionnelle, rappelle M. Limam. Ils avaient également contesté la légitimité du tribunal militaire, et exprimé leur attachement au droit inaliénable du peuple sahraoui à l’autodétermination, tout en condamnant les crimes perpétrés par le Maroc contre les citoyens sahraouis. En 2013, le tribunal militaire marocain avait prononcé 9 peines d’emprisonnement à vie et condamné 14 autres accusés entre 20-30 ans de prison chacun. Deux autres accusés ont été libérés après avoir purgé leur peine de deux ans en détention provisoire. Ils avaient été arbitrairement accusés notamment, de «porter atteinte à la sécurité intérieure et extérieure de l’Etat, la formation ‘’d’un groupe criminel’’ et d’attaquer les agents publics dans l’exercice de leurs fonctions régulières». 
    Les prisonniers politiques sahraouis du groupe Gdeim Izik, incarcérés dans la prison de Salé au Maroc, ont commencé le 1er mars une grève de la faim ouverte pour protester contre leur détention arbitraire qui dure depuis plus de 5 ans. Ils exigent, en premier lieu, la reconnaissance de leur statut de prisonniers politiques, leur transfert à la prison d’El Aâyoun pour se rapprocher de leurs familles, qui se trouvent actuellement à plus de 1 200 km. Ils exigent, en outre, un nouveau procès plus équitable, leur libération immédiate et l’annulation du procès de 2013. M. Limam a affirmé que la détermination des 13 détenus est «grande» et que le Polisario «craint que leur grève de la faim va conduire à une dégradation irrémédiable de leur santé»
  • Nanna y el mar, de Manuel Rivas

    He conocido gente que nació con escamas, que se ahoga lejos del agua como quien respira por branquias.
    HE conocido mucha gente que ama el mar como una matria.
    Gente que nació con escamas, llevada por la madre en el canastro del pescado después de dar a luz en un camino solitario. Gente para quien la misma barca fue cuna y ataúd. Gente que naufragaba al pisar la tierra. Que se ahogaba cuando estaba lejos del agua como quien respira por branquias.
    Mis héroes son navegantes solitarios, de la estirpe de ­Joshua Slocum, que eligió el hogar universal de una balandra para olvidar el desamor; el enigmático Bas Jan Ader, que hizo de su adiós oceánico una obra de arte, o la muchacha Laura Dekker, nacida en un barco, que dio la vuelta al mundo a los 16 años, y que llevaban un pasaporte no impreso por ninguna burocracia, la proclama de Baudelaire: “¡Para siempre, si eres ser libre, amarás a la mar!”.
    Y aún entre ellos, Ánxel Vila, patrón del Xurelo, que en 1981 se jugó vida y barco para impedir el vertido de residuos radiactivos en la Fosa Atlántica.
    Conozco gente que sabe los nombres del mapa submarino, el poema infinito de la talasonimia, con sus valles, colinas, abismos, grutas, senderos, prados de luminarias, santuarios nupciales, almeiros de cría, paraísos de cardume, pecios y naufragios, y las marcas del miedo, los infiernos del esquilme, la dinamita y las pestes químicas.
    Sí, he conocido, conozco, mucha gente fascinada por el mar.
    He leído noticias y he sido también testigo como periodista de algún primer encuentro. De gente muy mayor o muy joven que vivía esa experiencia por vez primera: la de poder ver el mar. Ese esperar a ver qué decían, cómo reaccionaban. Al acecho de la frase histórica que casi nunca se daba. Y echabas mano de un recuerdo de Galeano, la del niño que le dijo al padre delante del océano: “¡Ayúdame a mirar!”. A veces, el momento cósmico se hacía cómico, cuando un pícaro del grupo rompía el encanto: “¿Cuándo podemos tomar el helado, profe?”.
    Pero ahora mismo, en la memoria, 20 años después, nada comparable a lo que ocurrió con Nanna Hatari. Tenía ocho años en el verano de 1996. Venía de los campamentos del exilio saharaui en el pedregal inhóspito de Tinduf, al igual que otros miles de niños acogidos por familias españolas. Ella ya había nacido en la diáspora de un pueblo expulsado de sus hogares, de su país, en 1975, en aquella operación infame en la que se permutó el dominio y la potencia marroquí ocupó el lugar de España, que se desentendió de aquellos que hasta entonces consideraba compatriotas y que tenían su propia representación en las Cortes franquistas. Los saharauis quedaron abandonados a su suerte. Mantuvieron la dignidad en ese tablero infernal. Bombardeados con napalm, perseguidos por la maquinaria bélica pesada, proclamaron la República Árabe Saharaui Democrática el 27 de febrero de 1976, en Bir Lehlu, todavía en el Sáhara Occidental. Se han cumplido 40 años. Y pese a todos los muros de cautiverio y silencio, sigue rechinando la injusticia en el calor del Sáhara. Y en la costa, una incesante declaración de libertad.
    En el éxodo participaron los abuelos y padres de Nanna Hatari, huidos de la costa, cerca de El Aaiún. En el desierto, en la inclemencia de Tinduf, a cientos de kilómetros, todas las noches Nanna oía hablar del mar. De alguna forma, oía al mar. El mar era el ser vivo, extraordinario, de un relato que iba más allá de la magia. Porque parte del hechizo del mar es que su realismo es mucho más potente que lo mágico. Habían ocupado su hogar, sus posesiones. Pero había algo indomable que no podrían capturar ni encerrar.
    Para Nanna el mar era un mito y, a la vez, algo muy personal. Una pertenencia. El mar era suyo. Era inmenso, inabarcable, pero podría abrazarlo.
    Cuando lo vio por vez primera, en la Costa da Morte, en Galicia, su reacción fue de una sorprendente serenidad. No sabía nadar, pero no parecía importarle. Su confianza en el mar era absoluta. Era frágil y flaca, pero ya con un aura que le permitía encararse con la línea del horizonte. Ella tomaba contacto por vez primera con lo imaginado. Y el mar parecía corresponderle: también la reconocía como parte de su imaginación. De su profundidad habitada.
    En los dos veranos que estuvo con nosotros, Nanna no se separó del mar. Todo lo demás era secundario, o pasaba a serlo cuando, al fin, tomábamos rumbo hacia la costa. No parecía necesitar nada más. La felicidad es una de esas palabras grandilocuentes que tanto engaño suelen causar. Pero hay momentos en la vida en que le ves el rostro y la encarnadura a esas palabras esquivas y puteadas.
    Recuerdo haber visto la felicidad hace 20 años. En aquella niña saharaui llamada Nanna y en el mar de espuma que la abrazaba. Y eso, la vuelta al mar, es un sueño del desierto que la infamia no podrá borrar.

    PORManuel Rivas

    Escritor, poeta y ensayista nacido en A Coruña en 1954. Ha compaginado su trayectoria periodística en radio, prensa y televisión con su faceta de escritor. En 2009 fue elegido miembro de la Real Academia Gallega y en octubre de 2011 distinguido con el título de doctor honoris causa por la Universidad de A Coruña.
  • Maroc – Sahara Occidental : La fièvre de l’échéance d’avril

    Le vent qui souffle depuis quelques jours de New York a créé la panique à Rabat. C’est un vent qui devient particulièrement fort à l’approche de l’échéance d’avril. Le nom de ce mois est devenu synonyme de malédiction pour les autorités du Maroc. Ses derniers jours sont connus pour être le rendez-vous du débat sur le Sahara Occidental au Conseil de Sécurité. Celui-ci avait demandé aux parties de négocier une « solution durable et mutuellement acceptable qui garantisse le droit à l’autodétermination du peuple du Sahara Occidental ». Or, le Maroc refuse cette négociation dans le but d’imposer sa pseudo-solution d’autonomie.
    Soutenu par la France, Rabat a voulu passer du statut d’accusé pour devenir l’accusateur en vue d’obtenir des concessions du Secrétaire Général dans son rapport sur le Sahara Occidental dont le contenu sera public le 8 avril.
    Après avoir refusé d’accueillir le chef de l’ONU à Rabat lors de sa dernière tournée en vue de relancer les négociations entre les deux parties béligérantes, le Maroc s’attend à une réaction sévère de la part de l’ONU. Rabat a même défié les résolutions du Conseil de Sécurité qui ont appelé à « des négociations de bonne foi et sérieuses, sans condition préalable, pour faire des progrès aussi vite que possible dans le dossier du Sahara Occidental ». Ce que Rabat refuse d’entendre, soutenu qu’il est par un membre du Conseil de sécurité, la France intéressée par le pillage des ressources naturelles sahraouies.
  • Vidéo d’un policier marocain donnant une gifle à une femme sahraouie

    El Aaiun, Sahara Occidental, 2 avril 2016 .- Encore une image qui prouve le traitement sauvage réservé par le Maroc, soutenu par la France, à la population sahraouie dans les territoires occupés du Sahara Occidental au vu et au su de la communauté internationale.

    Lors d’un sit-in de solidarité avec les prisonniers politiques sahroauis dans l’Avenue de Smara, a ville de El Aaiun, capitale du Sahara Occidental occupée par le Maroc, un policier marocain frappe une activiste sahraouie venue exprimer son soutien aux prisonniers du dit groupe de Gdeim Izik, qui mènent une grève de la faim depuis plus d’un mois. La gifle a lancé loin les lunettes de la pauvre femmme.
    La cruauté du régime et sa brutalité n’a pas de limites ni conscience. Ce traitement est inimaginable dans la société sahraouie où la femme est considéré le pillier de la communauté et de la famille.
    Le Maroc peut se permettre ce genre de comportement grâce à soutien de la France au Conseil de Sécurité qui empêche la MINURSO de surveiller la situation des droits de l’homme au Sahara Occidental. Grâce à ce soutien, Rabat se permet même de narguer le Secrétaire Général de l’ONU en toute impunité.
    Cette situation de martyre du peuple sahraoui se porsuit depuis plus de 40 ans et risque d’enflammer toute la région si les droits des sahraouis ne sont pas rétablis.

    [youtube https://www.youtube.com/watch?v=MoBDZH-20Dg]

  • El conflicto del Sáhara Occidental: situación actual y perspectivas de solución

    Sidi M. Omar*
    El conflicto del Sáhara Occidental entre el Reino de Marruecos y el Frente POLISARIO, representante del pueblo saharaui, ha durado más de 40 años, 16 de los cuales fueron de guerra activa. Sin embargo, la solución al conflicto sigue siendo difícil de alcanzar, con todos los riesgos que puede suponer la continuación del conflicto para la estabilidad y la seguridad en toda la región del norte de África.
    El marco actual de las negociaciones dirigidas por la ONU y la diplomacia itinerante del enviado personal, Christopher Ross, no están dando resultados. El alto el fuego, que entró en vigor en septiembre de 1991 como un primer paso para la celebración del referéndum, como habían acordado las dos partes, corre gran peligro. En pocas palabras, todo el proceso político está en un punto muerto, y no hay perspectivas de que vaya a conducir a una solución rápida y sostenible en el futuro próximo.
    Contexto histórico, jurídico y político
    Hay tres elementos clave que, a mi juicio, constituyen el marco adecuado para comprender el conflicto del Sáhara Occidental en sus dimensiones históricas, jurídicas y políticas y que hay que tener en cuenta a la hora de examinar soluciones a este problema.
    1. La cuestión del Sáhara Occidental es básicamente un problema de descolonización, inscrito en la agenda de la ONU desde 1963 cuando el territorio era colonia española. Lo que significa esto es que el pueblo de este territorio no autónomo tiene un derecho inalienable a la libre determinación. Por esta razón, conforme al principio de la inadmisibilidad de la adquisición de territorios mediante el uso de la fuerza (res. 2625 de 1970), ni la ONU ni ningún país en el mundo han reconocido la legalidad de la anexión marroquí del Sáhara Occidental.
    2. El origen del conflicto está en la invasión militar y anexión forzada por parte de Marruecos del territorio del Sáhara Occidental en 1975. Las causas subyacentes del conflicto, no obstante, residen en la ideología expansionista del llamado “Gran Marruecos” impulsada por el líder del partido ultranacionalista, Istiqlal, poco después de que Marruecos lograse su independencia en marzo de 1956. Esta ideología enseguida fue utilizada por la monarquía marroquí como elemento central de su política nacional y regional. En el plano político, la invasión marroquí del Sáhara Occidental fue prácticamente una maniobra premeditada por el Rey Hassan II con el fin de desviar la atención de su pueblo de la creciente crisis de legitimidad interna a la que se enfrentaba la monarquía alauita en ese momento. También tenía como objetivo construir un consenso nacional en un período de inestabilidad interna y neutralizar la amenaza del ejército después de dos intentos de golpe de estado contra el Rey en julio de 1971 y agosto de 1972.
    3. La ocupación militar y anexión marroquí del territorio obligó al pueblo saharaui, bajo el liderazgo del Frente POLISARIO, a emprender una resistencia legítima primero por vía armada durante 16 años y posteriormente por vía pacífica y diplomática para ejercer su derecho a la libre determinación y la independencia. Además, después de más de 40 años de lucha y construcción nacional, la nación saharaui ya es un hecho tangible e irreversible. El estado saharaui, la RASD, proclamado el 27 de febrero de 1976, ha sido reconocido por más de 80 países y es Estado miembro y fundador de la Unión Africana, la organización continental que reúne a 54 Estados africanos, menos Marruecos. La RASD ejerce su plena soberanía sobre los territorios liberados del Sáhara Occidental donde sigue realizando grandes esfuerzos para proporcionar la infraestructura necesaria para la población saharaui que vive en esos territorios a la espera de recuperar su soberanía sobre el conjunto del territorio nacional.
    Los objetivos fundamentales de las dos partes en conflicto
    a. Marruecos
    En lo que se refiere a Marruecos, su recurso a la violencia (en forma de una invasión militar y anexión forzada del territorio en 1975) se justifica por la necesidad de recuperar una tierra “usurpada” que pertenecía a Marruecos desde tiempos inmemoriales. Obviamente, las reivindicaciones marroquíes sobre el Sáhara Occidental en particular fueron rotundamente refutadas por la Corte Internacional de Justicia en su opinión consultiva del 16 de octubre del 1975 en la que afirmó que nunca habían existido vínculos de soberanía entre Marruecos y el Sáhara Occidental. En concreto, su objetivo principal hoy en día consiste en mantener a toda costa (y ojalá legitimar internacionalmente) su control de facto sobre la mayor parte del Sáhara Occidental. Con el paso del tiempo, el control efectivo del territorio saharaui se ha convertido en un elemento esencial para la unidad nacional y para mantener a la propia Monarquía cuya legitimidad política y estabilidad han sido estrechamente vinculadas a este problema.
    En vista de los recursos disponibles en el territorio saharaui, otro objetivo relacionado consiste en salvaguardar los intereses individuales y colectivos de los demás actores que tienen mucho en juego en el conflicto. Éstos incluyen los altos mandos militares de los que una gran parte se encuentra estacionada en el Sáhara Occidental así como la clase política y el sector empresarial que forman parte del sistema del Majzen (o el poder detrás del trono) que es una forma típica de poder que está presente en todos los niveles de gobierno en Marruecos cuyo eje principal es el propio Rey. Teniendo en cuenta las realidades actuales sobre el terreno, la estrategia preferente de Marruecos hoy en día consiste simplemente en “ganar tiempo”, con la esperanza de que algún día a la comunidad internacional no le quede más remedio que resignarse al hecho consumado y termine por aceptar y reconocer la anexión definitiva del Sáhara Occidental.
    b. El Frente Polisario y el pueblo saharaui
    En cuanto al pueblo saharaui, recordemos que la invasión marroquí y la anexión del Sáhara Occidental, a pesar de sus motivos políticos y económicos, significaba una negación de la existencia de una identidad nacional saharaui distintiva con un derecho
    propio a la libre determinación y la independencia. La prueba de esta negación en el ámbito político fue el bombardeo de civiles saharauis con napalm y fósforo blanco, y la política de tierra quemada llevada a cabo por las fuerzas marroquíes en el Sáhara Occidental. También se refleja en las diversas formas de violencia practicadas hoy en día contra la población civil en los territorios bajo la ocupación de Marruecos, y la destrucción deliberada del patrimonio cultural saharaui.
    Fue entonces este intento de exterminio físico y cultural el que provocó la resistencia colectiva del pueblo saharaui, bajo el liderazgo del Frente POLISARIO, contra la agresión marroquí. En otras palabras, la lucha actual del pueblo saharaui es una lucha por la supervivencia y por el reconocimiento de su existencia nacional. Sin embargo, sería un error suponer que el nacionalismo saharaui surgió principalmente en oposición a la ocupación marroquí, porque es algo que se construyó y se consolidó como consecuencia de un proceso largo y complejo histórica y socio-políticamente. Ésta es la razón por la que reducir el conflicto del Sáhara Occidental a una simple lucha entre dos nacionalismos es una simplificación que deja al margen muchos elementos fundamentales para comprender este conflicto en toda su complejidad. En pocas palabras, el objetivo del pueblo saharaui es defender su independencia y su tierra contra la invasión militar de Marruecos y liberarla de la ocupación extranjera como requisito previo para que este pueblo pueda ejercer su derecho internacionalmente reconocido a la libre determinación.
    Iniciativas para la resolución del conflicto
    Tras 16 años de guerra, a finales de los años ochenta, la ONU y la Organización para la Unidad Africana (OUA) propusieron un Plan de Arreglo para el Sáhara Occidental que fue aceptado por ambas partes en conflicto, Marruecos y el Frente POLISARIO en 1988. Este plan se basaba en la celebración de un referéndum de autodeterminación en el que el pueblo saharaui elegiría entre la independencia o integración en Marruecos. Con este fin, la ONU desplegó su misión en el Sáhara Occidental (la MINURSO) para supervisar el alto el fuego, que entró en vigor en septiembre de 1991, y organizar el referéndum de autodeterminación. Sin embargo, la aplicación de este plan se enfrentó desde el primer momento con la intransigencia marroquí que llevó el proceso a un bloqueo total. Esta situación duró siete años hasta que interviniera James Baker, el antiguo secretario de estado norteamericano, quien logró celebrar una serie de conversaciones directas entre las dos partes que culminaron en la firma de los acuerdos de Houston en septiembre de 1997.
    Gracias a la intervención de Baker, en enero de 2000, la MINURSO logró publicar la lista provisional de los votantes con derecho a voto en el referéndum que contenía 86,386 personas. Fue exactamente en este momento en el que Marruecos decidió romper con el Plan de Arreglo al darse cuenta muy bien que cualquier referéndum libre y democrático, con los votantes ya determinados, llevaría seguramente a la independencia del Sáhara Occidental. Obviamente, la falta de una reacción decisiva por parte del Consejo de Seguridad para asegurar el cumplimiento de Marruecos con el plan acordado fue claramente responsable de permitir que Marruecos persistiera en su postura intransigente, que finalmente llevó el proceso a un punto muerto.
    En abril de 2004, Marruecos, bajo el reinado de Mohamed VI, finalmente declaró que solo apoyaría una solución política basada en una autonomía no negociable en el marco de la “soberanía marroquí”. Es decir, una solución que legitimara su ocupación y anexión del Sáhara Occidental. Marruecos persistió en su rechazo al Plan de Arreglo de la ONU y la idea de un referéndum de autodeterminación, que incluyese la opción de la independencia, pero el Consejo de Seguridad no hizo nada para detenerlo. Con el tiempo, el proceso político de la ONU en el Sáhara Occidental llegó a un punto muerto que Marruecos y sus aliados, especialmente Francia, pretendieron superar impulsando lo que llamaban “una solución realista.” Es decir, una solución consensual basada, por un lado, en la legalidad internacional simbolizada por el derecho a la autodeterminación y, por el otro lado, en la realidad política actual impuesta por el hecho consumado de la ocupación y anexión marroquí de la mayor parte del territorio saharaui.
    Sobre la base de esta lógica inspirada claramente en el realismo político, y detrás de la cual se esconde el generoso apoyo que recibía Marruecos de Francia y hasta cierto punto de los EE.UU. bajo la administración de Bush hijo, el Consejo de Seguridad adoptó su resolución 1754, el 30 de abril de 2007, en la que, en un párrafo operativo (2), exhortó a las partes a que entablasen “negociaciones de buena fe sin condiciones previas con miras a lograr una solución política justa, duradera y mutuamente aceptable que condujera a la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental”.
    Aunque esta resolución estableció la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental como la base y la finalidad de la solución política mutuamente aceptable a la que deberían llegar las dos partes, también señaló claramente un cambio fundamental en la actitud del Consejo de Seguridad con respecto a la cuestión del Sáhara Occidental. Del apoyo a una solución basada en el referéndum de autodeterminación, que había sido pactada por ambas partes y aprobada por el propio Consejo de Seguridad, el Consejo ha pasado a llamar simplemente a una “solución política mutuamente aceptable” a través de las negociaciones.
    En el marco de la resolución 1754 y las subsiguientes resoluciones del Consejo de Seguridad, entre junio de 2007 y marzo de 2012, cuatro rondas de negociaciones oficiales y nueve rondas de conversaciones informales tuvieron lugar entre ambas partes bajo los auspicios de la ONU. Sin embargo, las negociaciones no han logrado ningún avance sustantivo debido al hecho de que Marruecos sigue insistiendo en que su propuesta de autonomía, presentada en 2007, sea el punto de partida y llegada en las negociaciones. Por su parte, el Frente POLISARIO insiste en que la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental, conforme a la petición formulada por el Consejo de Seguridad, deba ser la base y la finalidad de cualquier solución política mutuamente aceptable a la que deberían llegar las partes.
    Además, el Frente POLISARIO considera que la soberanía sobre el Sáhara Occidental (y la consiguiente determinación del estatuto final del territorio) reside en el pueblo saharaui. Por lo tanto, corresponde al pueblo saharaui decidir sobre este asunto en un proceso libre y democrático, ya sea a través de un referéndum o cualquier otra fórmula que sea aceptable para él y compatible con las normas internacionales. Lo que pretende Marruecos con su propuesta de autonomía es precisamente determinar de antemano el estatuto final del territorio (convirtiéndolo en una región autónoma) y, en consecuencia, ejercer el derecho de decidir sobre este asunto fundamental en lugar del pueblo del territorio, lo que obviamente es inaceptable para el Frente POLISARIO.
    Tanto el Consejo de Seguridad como el Secretario-General de la ONU vienen reiteradamente exhortando a ambas partes a que vayan más allá de sus respectivas posiciones para buscar enfoques innovadores que puedan ayudar a avanzar hacia “una fase más intensiva y sustantiva de las negociaciones” que conduzcan a una solución mutuamente aceptable. Sin embargo, por mucho que insistan en que no puede justificarse el mantenimiento del statu quo, la ONU y la comunidad internacional siguen sin implicarse de modo constructivo en la búsqueda de una solución justa y sostenible a este conflicto, que muchos todavía consideran como un conflicto de baja intensidad. Ésta es una de las razones por la cual apenas se habla del conflicto en los medios de comunicación y en el mundo académico, lo que convierte este conflicto en uno de los conflictos más olvidados en África.
    La situación en los campamentos de refugiados saharauis y en las zonas ocupadas
    En los campamentos de refugiados saharauis cerca de Tinduf en el suroeste de Argelia, las condiciones de vida se están haciendo cada vez más difíciles. También existe un creciente sentimiento de frustración, especialmente entre los jóvenes saharauis, por la falta de progreso hacia un proceso de autodeterminación y por la inacción por parte de la ONU ante las transgresiones de Marruecos. En esta situación, no es de extrañar que las llamadas a retomar las armas estén aumentando.
    En los territorios ocupados, la población saharaui sigue siendo víctima de abusos graves y sistemáticos de los derechos humanos que incluyen violación de la libertad de expresión, la libertad de asociación y otros derechos políticos, sociales y económicos fundamentales. El territorio está bajo un bloqueo militar y mediático total, y las autoridades marroquíes continúan negando el acceso al territorio a los observadores internacionales y los medios de comunicación. El territorio se ha inundado de miles de colonos marroquíes, con lo cual la población indígena se ha convertido en una minoría en su propio país, además de la política de “marocanización” cuyo objetivo consiste en aniquilar y suplantar la cultura y el patrimonio cultural saharaui. Marruecos persiste en explorar y explotar de forma ilegal los recursos naturales del territorio a menudo en complicidad con terceros, incluyendo instituciones y países de la Unión Europea. Debido al clima de represión, en los últimos años ha aumentado la resistencia de la sociedad civil saharaui en los territorios ocupados. Este activismo popular culminó con el surgimiento en 2005 de un movimiento popular no violento (la intifada saharaui) como una expresión de la frustración por la falta de perspectivas de la celebración del tan esperado referéndum de autodeterminación.
    La situación regional sigue siendo inestable, y las consecuencias de la llamada “primavera árabe” todavía se viven en toda la región. La creciente presencia de elementos extremistas, terroristas y criminales en la zona del Sahel-Sáhara (involucrados en el tráfico de drogas y de armas, el crimen organizado transnacional, el secuestro y toma de rehenes, etc.) también supone un gran riesgo para la estabilidad y seguridad de la región del Magreb.
    Conclusiones
    La responsabilidad compartida para transformar el conflicto recae claramente sobre las dos partes más que nadie. Sin embargo, el Consejo de Seguridad puede jugar un papel fundamental, como lo que hizo en los casos de Namibia y Timor Oriental. El gran desafío realmente es cómo garantizar que el Consejo de Seguridad se dedique a este problema de manera constructiva y positiva que conduzca a una solución justa y duradera al conflicto.
    Debido al carácter centralista (o mejor dicho absolutista) del sistema político en Marruecos, el problema del Sáhara Occidental siempre ha sido monopolizado como dominio exclusivo del régimen monárquico y la clase política asociada con él. A pesar de la tímida apertura registrada en Marruecos en los últimos años, el manejo y la toma de decisiones sobre todos los aspectos de este dossier está todavía en manos del Rey y sus consejeros. El papel del gobierno en el poder se limita simplemente a cumplir con las instrucciones recibidas del palacio. Por lo tanto, la necesidad de involucrar a otros actores políticos y sociales en el proceso de transformación del conflicto sigue siendo de suma importancia.
    En conclusión, creo que una solución pacífica, justa y duradera al conflicto del Sáhara Occidental implica necesariamente el ejercicio por el pueblo saharaui de su derecho internacionalmente reconocido a la libre determinación mediante un proceso democrático y libre conforme al derecho y práctica internacionales. El principio de la libre determinación es la fuerza moral y jurídica que ha impulsado la realización de las aspiraciones nacionales de muchos pueblos en todo el mundo en su lucha por la libertad. En las últimas tres décadas, tres estados (Namibia, Timor Oriental y el Sur de Sudán) han sido admitidos en la ONU como estados libres gracias a un proceso de libre determinación.
    También pienso que el éxito del proceso de negociación supervisado por la ONU dependerá de la voluntad política de ambas partes no solo de buscar una solución mutuamente aceptable sino también de reflexionar seriamente sobre sus relaciones en el contexto de post-conflicto. Este proceso de pensar cooperativa y recíprocamente es esencial para lograr no solo una solución de la que todos salgan ganando (win-win solution) sino también para sentar las bases de unas relaciones con visión de futuro y mutuamente beneficiosas a largo plazo. Lo que se necesita, por tanto, no es solo una solución mutuamente aceptable, sino también una que aborde las causas fundamentales que han dado origen al conflicto violento en primer lugar con el fin de crear las condiciones necesarias para una paz sostenible en toda la región.
    * Diplomático e investigador del Sáhara Occidental especializado en estudios de paz y conflictos.