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  • « Los fines de Marruecos son seguir explotando las riquezas del Sáhara »

    Entrevista a Anselmo Fariña publicada en dos partes por el Diario de Avisos/Yurena Díaz

    (Parte I)

    La larga lucha del pueblo saharaui ha contado con el apoyo constante de centenares de Asociaciones y colectivos por todo el mundo, que no solo dan visibilidad y denuncian la situación de vulneración de los derechos humanos que padece este pueblo, sino que han coordinado la necesaria ayuda y solidaridad internacional hacia los territorios ocupados y los campamentos de refugiados en Tinduff, actuando también como altavoz de la justa aspiración de soberanía e independencia del pueblo saharaui.

    En Canarias conviven varios colectivos que llevan décadas apoyando esta causa. Charlamos hoy con Anselmo Fariña, un docente que ha estado vinculado desde su juventud con la solidaridad internacionalista y en particular con el pueblo saharaui, participando en el colectivo Saharacciones y en la Asociación Canaria de Amistad con el Pueblo Saharaui donde se ocupa especialmente de coordinar el trabajo relativo a la denuncia del expolio de recursos naturales del Sahara Occidental y colabora en la denuncia de la violación sistemática de los derechos humanos de la población saharaui.

    Licenciado en Geografía e Historia, Anselmo Fariña no solo ha ejercido como activista y defensor de los derechos del pueblo saharaui sino que ha estudiado y conoce en profundidad la historia pasada y reciente de este pueblo geográficamente tan próximo a las islas, pero tan desconocido y olvidado por otra parte.

    Resúmenos la larga historia que ha sufrido el pueblo saharaui
    El pueblo saharaui sufrió en 1884 la decisión arbitraria de las potencias europeas de repartirse el continente africano. A los saharauis les tocó caer bajo dominación española. Desde 1960 la ONU ha reconocido que este pueblo tiene derecho a constituirse en un estado independiente, pero la respuesta de la España franquista fue intentar negar la realidad colonial transformando el Sahara en una provincia, tan española como Ávila o Albacete, se decía.

    Cuando en 1974 España se vio obligada a reconocer la realidad de un pueblo que aspiraba a su independencia y se había fijado el mecanismo de un referéndum de autodeterminación para acceder a ella, la situación de guerra fría en la época, la falta de escrúpulos de unos gobernantes corruptos que solo veían en el Sahara una fuente de beneficios económicos y las ambiciones del monarca marroquí llevó a que el camino del pueblo saharaui se torciera.

    Fueron vendidos por la potencia colonial, España, a cambio de unas licencias de pesca y mantener una participación en el negocio de los fosfatos. Su país fue invadido y como ha reconocido la Audiencia Nacional española, aún bajo presencia de España se inició un plan genocida por parte de los nuevos colonizadores. La guerra fue inevitable y durante dieciseis años mantuvieron en jaque mediante una guerra de guerrillas a un ejército muy superior en efectivos y recursos.

    ¿Cuándo se aceptó al pueblo saharaui convocar un referendum de autodeterminación?

    En 1991 se firmó un plan auspiciado por la Organización para la Unidad Africana (OUA) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU). El plan era hacer un referéndum en 1992. Desde entonces los saharauis han visto como la ONU y grandes potencias le permiten a Marruecos incumplir los acuerdos, y pasados 27 años el referendum sigue sin celebrarse y el pueblo saharaui está dividido entre quienes sobreviven en libertad en unos campos de refugiados sometidos a grandes carencias y los que sobreviven sometidos a la brutalidad del ocupante marroquí en su propia tierra. También hay una diáspora a la que se ven obligados muchos de ellos para favorecer la supervivencia de sus familias.

    ¿Por qué Marruecos ha ejercido sobre la población saharaui una violencia constante?

    La invasión marroquí, hasta 1978 también mauritana, del Sahara Occidental, no consiguió ni la derrota militar de la resistencia saharaui, ni la asimilación de los saharauis que quedaron en las zonas bajo su control, ni que éstos acepten como un hecho irreversible la ocupación de su país por una potencia extranjera. Marruecos solo puede mantener su presencia en el Sahara Occidental mediante el ejercicio de una violación brutal y sistemática de los Derechos Humanos de la población saharaui.

    Recientemente se produjo un ataque a la población civil en medio de una celebración donde murió una joven y hubo muchos heridos

    Desde el pasado 19 de julio la situación se ha agravado. Ese día se jugó la final de la copa de África que enfrentó a Senegal y Argelia, terminando con el triunfo argelino por uno a cero. La población saharaui se lanzó a las calles de las ciudades en los territorios ocupados. Smara, Bojador, El Aaiún y Dajla fueron escenario del júbilo popular que rápidamente se transformó en manifestaciones exigiendo el derecho de autodeterminación. En su ciega y brutal respuesta, los ocupantes no dudaron en asesinar a la joven Sabah Mint Ozman, herir a decenas de personas y detener a numerosos manifestantes, de los que siguen en prisión nueve.

    Quien está protagonizando estas manifestaciones es la juventud saharaui, nacida bajo el régimen de terror que ha pretendido destruir su identidad nacional. Lo que sucede estos días es una muestra más de que el ocupante ha fracasado totalmente en sus planes de absorber y de diluir a la población saharaui en una marea de colonos.

    ¿Cómo se pueden parar estas constantes violaciones?

    El organismo llamado a velar por que se respeten los derechos humanos en el Sahara Occidental, la ONU, es incapaz de hacerlo pues Francia bloquea sistemáticamente la ampliación del mandato de la Misión de la ONU para el Referéndum en el Sahara y la vigilancia del respeto de los Derechos Humanos. Esta misión de la ONU es la única que no tiene esta función entre sus cometidos.

    Por esta razón es muy necesaria la presión de la sociedad y de las organizaciones políticas, sindicales y de todo tipo. No hacerlo es dejar al pueblo saharaui vendido ante la crueldad de un ocupante que no renuncia a ningún medio, sea este la tortura, los allanamientos de las viviendas, la violencia sexual, el asesinato…, para conseguir sus fines: Seguir explotando las riquezas del Sahara y que el tiempo haga irreversible su situación de ocupante.

    ¿Cómo valora el papel de España en este conflicto?

    El Estado Español no se siente interpelado por esta realidad, todo lo contrario, impulsa medidas para favorecer la desaparición del pueblo saharaui. El papel de la diplomacia española, de los eurodiputados del Partido Socialista, Popular y Ciudadanos, ha sido imprescindible para forzar al Parlamento Europeo a aprobar la ampliación a las aguas saharauis del acuerdo pesquero con Marruecos y a todos los productos saqueados por Marruecos al Sahara Occidental. No hay que olvidar las preferencias aduaneras que se dan a los productos de Marruecos.

    Para comprender el grado de respaldo que el Gobierno Español da a esta práctica de violación sistemática de los derechos humanos, basta con fijarse en el silencio que ha mantenido ante estos hechos, cuando, en lo que llevamos de año, ha emitido 122 declaraciones relativas a violacines de derechos humanos en otros lugares del mundo. Más grave aún, el pasado mes de enero el Gobierno Español entregó a la policía marroquí al activista saharaui Husein Bashir, que había llegado en patera a Lanzarote y había explicado ante el juez su situación y la necesidad de que España le concediese asilo político. Actualmente en prisión y sometido a todo tipo de vejaciones.

    ¿Todavía puede el Estado español ejercer el papel de potencia descolonizadora que tenía asignado?

    Aunque España pretende que la declaración de 1976, por la que se desentendía de cualquier responsabilidad sobre el Sahara Occidental y traspasaba la administración del Sahara a Marruecos y Mauritania la sitúa al margen del conflicto, eso no es cierto. Esa declaración es una de las muestras de los vínculos que España sigue teniendo con su pasado franquista. Fue emitida por el gobierno de Arias Navarro, en plena dictadura, y no tiene ninguna validez, no solo ante los organismos internacionales que siguen considerando a España como la potencia administradora del territorio, sino que la propia Audiencia Nacional estableció en un Auto de 15 de abril de 2014 que “La descolonización efectuada unilateralmente por España y sin tener en cuenta a los habitantes del territorio era además contraria a la Resolución 3458, de la Asamblea General de la ONU, de 10 de diciembre de 1975, que no tuvo en cuenta el anterior acuerdo trilateral y reafirmaba la responsabilidad de la Potencia Administradora (España) y de las Naciones Unidas con respecto a la descolonización del Territorio y a la garantía de la libre expresión de los deseos del pueblo del Sáhara Español”. Por lo tanto, el Estado Español debe jugar un papel destinado a que se cumpla la legalidad internacional y se pueda completar el proceso de autodeterminación que abortó con la venta del Sáhara a Marruecos y Mauritania.

    ENTREVISTA A ANSELMO FARIÑA (II)

    TEXTO: Yurena Díaz

    “Lo que pase en El Sahara no es algo ajeno a Canarias. Nuestro futuro está en juego”

    El apoyo a la lucha que el pueblo saharaui viene manteniendo desde hace 44 años tiene muchas vertientes. Posiblemente Canarias sea una de las regiones donde el apoyo, fundamentalmente social, de colectivos y asociaciones, ha sido más constante y activo.

    La cara más visible, y quizás más amable de la solidaridad canaria con el Sháhara, es el programa “Vacaciones en paz”, que viene desarrollándose desde hace muchos años y que ha permitido a varias generaciones de niños saharauis convivir con familias canarias los meses más duros del verano argelino, pero sobre todo hacer de embajadores de la causa saharaui en el exterior.

    Hemos vuelto a conversar con Anselmo Fariña, quizás una de las personas que más se ha ocupado y mejor conoce los orígenes y la historia de la lucha de este pueblo.

    Precisamente empezamos hablando de la campaña “Vacaciones en Paz” de este verano, que Anselmo Fariña reconoce que es el programa que hace más visible esa solidaridad. Tras la pasada crisis económica que obligó a algunas familias a renunciar a acoger a niñas y niños saharauis durante el verano, en estos momentos las Asociaciones que promueven el programa están tratando de que se consolide y se amplíe. En este sentido nos recuerda que desde hace unos años se ha añadido el proyecto “Madrasa” (Escuela) por el que las familias canarias acogen durante todo el curso escolar a jóvenes saharauis que completan sus estudios de secundaria y bachillerato, y posiblemente de estudios superiores en el futuro.

    Un tema sin duda polémico es la permisividad internacional para que Marruecos siga comerciando con los recursos saharauis a pesar del fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

    Fariña nos comenta que el Tribunal de Justicia de la UE ha establecido que, en aplicación del derecho internacional, cualquier actividad económica que se desarrolle en el Sahara Occidental tiene que ser autorizada expresamente por el representante del pueblo saharaui, el Frente Polisario. Y en lugar de obedecer a su máximo tribunal, los principales grupos del Parlamento Europeo, la Comisión y el Consejo de la UE, han pretendido torcer el inequívoco contenido de la sentencia y han extendido al Sahara Occidental los efectos de los tratados de pesca y de libre comercio suscritos con Marruecos, sin contar con el Polisario. “Cualquier observador sabe que esta arriesgada decisión lo único que hace es continuar el camino errado de complacer al rey de Marruecos, que tiene un recorrido muy corto”, añade.
    Pero también nos señala que junto a esta situación, nos encontramos a una serie de empresas sin escrúpulos que nos pretenden convencer de que lo de ellos es simplemente realizar negocios, e incluso se justifican diciendo que en algunos casos es con saharauis que colaboran con Marruecos. “Esas empresas saben que sus negocios son viables solamente porque se tortura, viola, encarcela arbitrariamente o asesina a los saharauis que reclaman su derecho a decidir libremente su futuro. Todos esos negocios están manchados con la sangre del pueblo saharaui”, sentencia.

    Fundamental sin duda es el papel que ha jugado y sigue desempeñando la ONU

    “La ONU es un organismo internacional con una capacidad muy limitada para conseguir que sus principios se apliquen a las relaciones internacionales. Emite resoluciones de gran trascendencia a través de la Asamblea General donde todos los estados están representados en pie de igualdad, pero después quien puede adoptar mecanismos de coerción es el Consejo de Seguridad en el que cinco países siguen teniendo derecho de veto. En el caso del Sahara Occidental, Francia es la potencia con derecho a veto en el Consejo de Seguridad, que ha bloqueado cualquier solución que permita ejercer el derecho de autodeterminación al pueblo saharaui, e incluso que la MINURSO (la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental), vele por el respeto a los Derechos Humanos o que se ejerza presión sobre Marruecos para que cumpla con lo que ha firmado, como es el caso de los compromisos del Plan de Arreglo, que establecía un período de transición para preparar la celebración de un referéndum en el que el pueblo del Sáhara Occidental eligiera entre la independencia o la integración con Marruecos. Francia puede actuar de esa manera porque España no actúa como potencia Administradora y no expresa su voluntad de completar el proceso de descolonización.
    La ONU está cada vez más desprestigiada ante el pueblo saharaui y especialmente entre la juventud, que ve como incluso los sucesivos enviados especiales del Secretario General – personalidades todas ellas de gran prestigio, como el caso último de Kohler, expresidente alemán – que acaban dimitiendo cansados de la intransigencia e impunidad marroquí”.

    ¿Cuál fue el verdadero motivo de la Marcha Verde?

    Mas allá de ensoñaciones imperialistas de un Gran Marruecos, hubo dos motivos por los que el Departamento de Estado de EE.UU. diseñó la Marcha Verde. Por un lado evitar a toda costa que se creara un corredor de países independientes desde Libia hasta el Atlántico, y por otro, garantizarse el control de las riquezas naturales ya en explotación en ese momento en el Sahara Occidental -pesca y fosfatos – más las que potencialmente pudiera tener.

    Terminada la guerra fría, el primer motivo pierde importancia, aunque subsisten las tensiones interimperialistas entre los EE.UU. y Francia, pero lo que si sigue siendo clave es el peso de los intereses económicos.

    ¿Qué planteamientos tienen los sectores progresistas marroquíes respecto al tema saharaui?

    “En Marruecos están cambiando las cosas, aunque sea imposible verlo si nuestra única fuente de información son los grandes medios de comunicación internacionales. Siempre se nos ha dicho que la cuestión del Sahara es un asunto que unifica al pueblo marroquí tras su rey. Pues bien, desde 2011, y especialmente tras los amplios y profundos movimientos de protesta que existen actualmente en Marruecos, esos dos consensos están en entredicho. Muchas personas que han dado voz al movimiento conocido como Hirak, han manifestado que el asunto de la independencia del Sahara es de la incumbencia de los saharauis. España, Europa, ese espacio político y económico que llamamos Occidente, está cometiendo el error fatal de asociar estabilidad de Marruecos con apoyo a una monarquía feudal, corrupta y expansionista. No han aprendido nada de anteriores experiencias como fue el caso de Irán. El pueblo marroquí ha perdido el miedo al Estado porque su situación de miseria no mejora. Para cada vez más personas en Marruecos la opresión del Sahara es otra cara de la opresión que sufren ellos cotidianamente”.

    Respecto al apoyo de Canarias, Anselmo Fariña entiende que para Canarias lo que pase en el Sahara no es algo ajeno. En este sentido recuerda que nuestro propio futuro está en juego si el Noroeste africano no se convierte en una zona de estabilidad que permita abordar el desarrollo de nuestros vecinos, lo que a su vez repercutiría positivamente para Canarias. Y el principal obstáculo a esta estabilidad es el régimen imperante en Marruecos, que con sus ansias expansionistas amenaza la paz en la zona.
    “Cuando se produjo la venta del Sahara por España en 1975, coincidiendo con los últimos balbuceos del dictador y el comienzo del fin de la dictadura, Canarias se sintió amenazada en cuanto a su propio futuro y vivió la traición al pueblo saharaui como un aviso de lo que un día podía pasarnos a nosotros. El compromiso del pueblo canario con la causa saharaui es ampliamente mayoritario y se expresa tanto en términos de apoyo a sus justas demandas como en ayuda humanitaria. Desde las Asociaciones de Amistad y Solidaridad trabajamos para que las nuevas generaciones canarias conozcan la historia de nuestros lazos con el pueblo saharaui, de manera que se mantenga esta solidaridad, convencidos de que sus frutos serán una colaboración futura mutuamente útil”.

    Ha habido épocas en las que el pueblo saharaui pensaba volver a la guerra como única manera de lograr la libertad.

    “La pasividad de la ONU y la llamada comunidad internacional ante los desmanes de Marruecos, la prolongación por más de cuarenta años del exilio en la dura Hamada argelina y de la ocupación, el saqueo de sus recursos… hace que cada vez sectores más amplios del pueblo saharaui, especialmente entre la juventud, estén planteando la conveniencia de volver a la guerra. Es nuestra responsabilidad presionar a nuestros gobernantes para que este conflicto se resuelva de una vez mediante el ejercicio del derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui, tal y como ha señalado la ONU desde 1963. Volver a la guerra sería una tragedia terrible en términos humanos y una catástrofe para nuestras islas que pasarían a ser fronterizas con un conflicto que no se limitaría al territorio del Sahara Occidental. La guerra tiene que ser despejada del horizonte mediante la aplicación de las resoluciones de Naciones Unidas”.

    Finalmente le preguntamos por la posición actual de los países africanos de la UA

    “Lo primero que hay que recordar es que la República Saharaui es miembro fundador de la Unión Africana y que Marruecos, que no participó en su creación, se incorporó a este organismo en enero de 2017, sin plantear ningún tipo de reservas, es decir, aceptando plenamente su acta constitutiva del 2000, en la que se afirma taxativamente que los estados miembros se comprometen a respetar la integridad territorial de los restantes estados y que las fronteras heredadas del colonialismo son intangibles. Con esto pareciera que Marruecos, a pesar de lo que dice su propaganda, se ha obligado a respetar a la República Saharaui. En realidad desde entonces ha intentado por todos los medios modificar la posición de la UA, favorable a jugar un papel activo en la solución del conflicto del Sahara Occidental sobre la base del respeto al derecho de autodeterminación del pueblo saharaui, sin que hasta el momento haya conseguido torcer esta voluntad. Es más, la UA creó en su 31ª cumbre celebrada en 2018 en Nuackchot (Mauritania) un mecanismo africano para el Sahara Occidental con el fin de contribuir a la búsqueda de una solución pacífica, justa y permanente al conflicto. Esperemos que estos esfuerzos tengan éxito, por nuestro propio interés y porque termine de una vez el sufrimiento del pueblo saharaui”.

    San Borondón, 12 ago 2019

    Tags : Sahara Occidental, Marruecos, Frente Polisario, ONU, MINURSO,

  • La présidente du Conseil mondial de la paix condamne l’assassinat d’une jeune sahraouie

    La présidente du Conseil mondial de la paix, Socorro Gomes, a condamné mardi la répression des forces d’occupation marocaines contre les manifestants sahraouis pacifiques qui s’est soldée par l’assassinat, dans la nuit de vendredi à samedi, de la jeune sahraouie Sabah Othman Hmeida et faisant des dizaines de blessés.
    «Les rapports et les vidéos qui nous sont parvenus montrent la violente répression qu’ont subie les Sahraouis et qui s’est soldée par l’assassinat de l’étudiante sahraouie Sabah Othman, écrasée par un véhicule» qui a foncé sur la foule, a précisé Mme Socorro Gomes dans une déclaration à la presse».
    Selon elle, la négation des souffrances des Sahraouis par la communauté internationale a commencé avec la négation du droit du peuple sahraoui à l’autodétermination et des violations flagrantes des droits de l’homme.
    La présidente du Conseil mondial de la paix a, par ailleurs, dénoncé «la connivence de la France avec le Maroc», rappelant que Paris s’est opposée, au Conseil de sécurité, à l’inclusion de la surveillance des droits de l’homme dans le mandat de la MINURSO.
    La responsable a affirmé que son organisation «appuie la mise en œuvre immédiate du Référendum d’autodétermination au Sahara occidental (…) et soutient toutes les organisations qui sont en faveur du droit du peuple sahraoui à l’autodétermination».
    APS
  • Urge nombrar a un enviado para el Sáhara Occidental

    Foco : Emergencia

    Las acciones represivas repetitivas de Marruecos contra civiles saharauis y las atrocidades cometidas por las fuerzas de seguridad marroquíes, como las del viernes, contra cientos de civiles saharauis que han salido a las calles de El-Aaiún para celebrar, al igual que todos los amadores del fútbol y los hinchas de los verdes, la victoria de la selección nacional argelina contra Senegal en la final de la Copa Africana de Naciones 2019 en El Cairo, son condenables por múltiples razones.

    Las acciones represivas repetitivas de Marruecos contra civiles saharauis y las atrocidades cometidas por las fuerzas de seguridad marroquíes, como las del viernes, contra cientos de civiles saharauis que han salido a las calles de El-Aaiún, al igual que todos los amantes del fútbol y los hinchas de los verdes, la victoria de la selección nacional argelina contra Senegal en la final de la Copa Africana de Naciones 2019 en El Cairo, son condenables por múltiples razones.

    Pero estas acciones son ante todo la prueba de que esta ocupación, que ha durado más de lo debido, deben detenerse y que ya es hora de que los saharauis puedan acceder a su independencia a través de la organización de un referéndum de autodeterminación de acuerdo con las Resoluciones de la ONU. Porque, no se engañe nadie, lo que pasó este viernes volverá a pasar. Las fuerzas de represión marroquíes están buscando la menor oportunidad de reprimir a los saharauis.

    Este peligro constante para los civiles saharauis subraya la urgente necesidad de que la organización de las Naciones Unidas designe al sucesor del Sr. Horst Köhler, quien ha renunciado desde mayo de 2019 a su cargo de Enviado Especial del Secretario General de la ONU. Y sobre todo porque los avances logrados dieron esperanzas de una solución. De hecho, el Sr. Horst Köhler, llegó en el plazo de dos años, fue nombrado en agosto de 2017 para llevar a Marruecos y a los saharauis a la mesa de negociaciones.

    Para los observadores, Horst Köhler había logrado « sentar las bases para un proceso de negociación después de más de una década de estancamiento ». Pero la nueva reunión que propuso celebrar a principios de junio no tendrá lugar. Tiró la toalla un mes antes. Sin embargo, no es menos cierto que las Naciones Unidas, cuya responsabilidad total sigue en este expediente, están obligadas a designar un sustituto de inmediato.

    Si bien la dificultad de encontrar el « perfil » correcto permanece intacta y la lista que el SG de la ONU pueda proponer no desborda de candidatos, especialmente porque deben tener en cuenta las razones reales que llevaron a la dimisión del primer enviado especial para el Sahara Occidental que tuvo que nombrar. De hecho, es seguro que habrá que esperar hasta el final del verano para ver emerger algunos nombres que puedan ocupar el puesto.

    La reapertura de las sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas a mediados de septiembre de 2019 debería revelar más sobre la identidad del sucesor de Köhler. Pero de todos modos, Antonio Guterres estará obligado a nombrar un nuevo enviado especial antes de octubre, fecha de la renovación del mandato de Minurso.

    Nadia k.

    El Moudjahid

    Tags : Sahara Occidental, Marruecos, ONU, MINURSO, Horst Kohler, Antonio Guterres,

  • La violencia es el arma de los débiles

    Reprimiendo, matando y encarcelando a los saharauis que festejaron la victoria argelina en la final del campeonato de naciones de fútbol, Marruecos ha cometido un grave error.

    Una de sus víctimas, Sabah Athman Hmeida, tenía tan sólo 24 años. Daba clases nocturnas de inglés y tenía toda una vida por delante. Sus sueños fueron pulverizados por dos vehículos de las Fuerzas Auxiliares en la Avenida de Smara, una de las mayores calles del Aaiún, capital ocupada y martirizada por el invasor.

    El único delito de Sabah fue el ser hincha del equipo argelino de fútbol. No tienes antecedentes judiciales, ni tenía la intención de hacer daño a nadie. Eso no impidió que se salvara de la violencia del Estado marroquí. Una violencia que es el signo de debilidad, de la derrota y la desesperación. No sin razón se dice que la violencia es el arma de los más débiles.

    En efecto, Marruecos se encuentra hoy en posición de debilidad en el conflicto del Sáhara Occidental. Pour una parte, atraviesa una situación interna explosiva. Desde hace años, la crisis social no hace más que agravarse, pero las arcas del país están vacías. Las autoridades sólo tienen palos para ofrecer a los millones de ciudadanos marroquíes que viven en una situación precaria. El Fondo Monetario Internacional ya no oculta su pesimismo en cuanto a la situación de la deuda externa marroquí así como las condiciones socio-económicas desastrosas en las que se desarrolla la población marroquí.

    Hablando de bomba de relojería susceptible de explotar en cualquier momento, el FMI evoca un crecimiento económico indigente y una inquietante agravación de las desigualdades sociales. El informe de la institucion financiera internacional también hace alusión al alarmante nivel al que ha llegado la corrupción y su influencia negativa sobre las inversiones.

    En el Sáhara Occidental, la estrategia de Marruecos se volvió contra él. Aunque los barcos de pesca europeos vuelven a las costas saharauis, el último acuerdo de pesca constituye un verdadero varapalo para Rabat ya que su firma consta sobre unos párrafos que indican claramente que el territorio saharaui no forma parte de Marruecos.

    En El Gargarat, lo menos que se puede decir es que a Marruecos le salió el tiro por la culata. En lugar de echar al Polisario de la llamada zona « Kandahar », ésta se convirtió en un frente más contra la ocupación. El pescado que atraviesa el territorio saharaui y Marruecos para para ser comercializado en Andalucía se está pudriendo en espera de poder pasar por El Gargarat.

    En Nueva York, el contencioso del Sáhara está paralizado por la dimisión del alemán Horst Köhler para protestar contra la hipocresía de Francia y Estados Unidos que alegan respetar el derecho de los saharauis a la autodeterminación al mismo tiempo que apoyan una solución favorable a Marruecos aunque sea mediante la violación de los derechos más fundamentales de la población saharaui.

    Ante el rechazo de sus potentes aliados a imponer la supuesta solución autonómica, Marruecos recurre a la violencia como único credo para seguir ocupando el territorio del Sáhara Occidental. Sin embargo, parece ser que las autoridades marroquíes olvidan que la violencia sólo engendra violencia.

    Photo : El Gargarat bloqueada por los saharauis para protestar contra la ocupación marroquí

    Tags : Sahara Occidental, Marruecos, Frente Polisario, violencia, ONU, MINURSO,

  • Sahara Occidental : « Un pays converti en prison »

    Eugenio García Delgado

    Le Maroc a construit le plus long mur militaire du monde au Sahara occidental.

    Tindouf, Algérie – Avec 2720 kilomètres, la barrière qui sépare au Sahara Occidental les zones occupées par le Maroc et celles libérées par le Front Polisario, représente la plus longue muraille militaire en fonction dans le monde et la deuxième de toutes celles existantes, derrière la muraille de Chine.

    Depuis la distance de sécurité obligatoire de cinq kilomètres imposée par un champ de mines, le mur séparant les zones libérées des zones occupées du Sahara occidental – seul territoire d’Afrique non encore décolonisé et dont la puissance administratrice internationalement reconnue reste l’Espagne – ne ressemble qu’à un grand monticule de sable en plein désert. Cependant, avec des jumelles ou un téléobjectif, vous pouvez voir les soldats marocains et leurs postes de garde.

    Ce mur militaire, inconnu et objet de silence, est le plus long du monde en service, avec 2 720 kilomètres, et le deuxième plus long de la planète, juste derrière la Grande Muraille de Chine (21 196 km).

    À une époque où l’actuel président des USA, Donald Trump, a remis les murs si en vogue avec son désir de continuer celui qui existe déjà entre son pays et le Mexique -avec une longueur de 1.123 km-, il faut signaler, pour comparer et situer à sa juste mesure celui qui divise le Sahara occidental, que la barrière israélienne en Cisjordanie palestinienne mesure 819 kilomètres ; le mur qui se dresse entre le Pakistan et l’Inde est de 750 kilomètres ; celui qui divise les deux Corée mesure 248 kilomètres ; la clôture de Melilla en fait 12 et celle de Ceuta 8 . Le mur historique de Berlin faisait 155 kilomètres.

    Le mur du Sahara occidental n’est pas une construction linéaire, mais une succession de six barrières construites entre 1980 et 1987, en pleine guerre entre le Front Polisario et le Maroc, après l’occupation alaouite – avec la Marche verte, en 1975-, et le retrait définitif de l’Espagne de sa 53ème province, un an plus tard.

    Une idée israélienne

    « Lorsque la Mauritanie a abandonné le conflit en 1979, le Front Polisario avait réussi à récupérer 80% du territoire sahraoui et nous avons dû nous concentrer sur un seul ennemi : le Maroc. En 1980, seul ce qu’Hassan II appelait  » le triangle utile  » était sous son contrôle, formé par El Ayoun, pour la pêche , Bou Crâa, pour les phosphates, et Smara, plus la pointe de Dakhla, au sud, également très riche en poisson. Par ailleurs, l’armée sahraouie effectuait des incursions dans le sud du Maroc. Voyant qu’ils allaient perdre cette guerre d’usure de guérilla, les conseillers militaires israéliens ont conseillé à Hassan II de passer de la tactique offensive à la tactique défensive et de construire le mur. Le régime marocain est le régime arabe le plus proche d’Israël dans l’histoire, et de nombreux Juifs marocains vivent dans ce pays, ce qui explique cette relation étroite. Par exemple, le promoteur des accords de paix entre l’Egypte et Israël après la guerre de 1973 a été Hassan II » – Casablanca a accueilli en mars 1979 la signature de cet accord, qui a mis fin à l’état de guerre dans lequel ils vivaient depuis plus de 30 ans -, assure Mohamed Ouleida, militaire et actuellement directeur du Musée national de la Résistance, situé dans les camps de réfugiés sahraouis de Tindouf (Algérie).

    Tiba Chagaf, cofondateur de la plateforme de jeunes Cris contre le mur marocain, ajoute un autre détail : « L’ancienne ministre française de la Culture et actuelle directrice générale de l’UNESCO, Audrey Azoulay, est une juive marocaine, sa famille vient d’Essaouira et son père, André Azoulay, a été conseiller des rois du Maroc Hassan II et Mohammed VI. C’est pourquoi l’UNESCO ne reconnaît pas la culture sahraouie et ne la protège pas de l’extermination dans les territoires occupés. L’idée de construire le mur était, bien sûr, celle d’Israël, mais soutenue par la technologie et l’ingénierie françaises et usaméricaine, et financièrement soutenue par les Émirats arabes unis, l’Arabie saoudite et le reste des monarchies du Golfe. Nous ne savons pas combien sa construction a coûté, mais nous savons que pendant la guerre, le Maroc dépensait près d’un million d’euros par jour rien que pour son entretien ».

    Cette plateforme organise des visites au mur tous les deux mois, plus deux grands rassemblements à Pâques et à Noël. Ils y dressent une gigantesque tente face à sa partie nord, y mènent des activités culturelles et informatives et, en somme, ils sont ceux qui approchent le plus près du « mur de la honte », comme ils l’appellent. Leur objectif est de le rendre visible au niveau international, de sensibiliser les jeunes Sahraouis à son existence, et de « rappeler aux soldats marocains qu’il y a des gens qui possèdent cette terre et qui continuent à la revendiquer, que la flamme de la lutte ne doit pas s’éteindre ».

    Comment est le mur ?

    Chagaf décrit physiquement le mur marocain : « Devant lui s’étend une large bande minée. Puis, une clôture en fil de fer. Ensuite, il y a les tranchées, suivies d’un mur qui, selon l’endroit, est fait de pierre, d’adobe ou de sable, mesurant entre un et trois mètres, où il y a plus de 150 000 soldats marocains. Derrière cette armée, il y a une tranchée de deux mètres, car le Front Polisario possède des chars qui peuvent franchir des obstacles de 1,5 mètre. Au-dessus de la construction se trouvent des radars et des mitrailleuses. Et enfin, à l’arrière, ils ont des unités lourdes : chars, blindés ou mortiers ».

    « Entretenir tout cela aujourd’hui coûte 3,5 millions d’euros par jour, puisque tous les cinq kilomètres il y a une base avec deux postes de surveillance, à droite et à gauche, avec des radars couvrant 60 kilomètres autour, et entre chacune de ces bases, une autre base militaire, ainsi que 240 batteries d’artillerie lourde et 20 000 kilomètres de fil barbelé. L’argent que les Marocains dépensent sur le mur provient de trois sources principales : la première, de l’aide généreuse des Saoudiens et des monarchies du Golfe ; la deuxième, de ce qui est pillé du territoire sahraoui, puisque les revenus générés par le phosphate utilisé par les USA et le poisson mangé par les Européens se retrouvent dans ce mur ; et la troisième, les millions que l’UE donne au Maroc, sous le couvert de combattre l’immigration illégale », souligne le soldat Mohamed Ouleida.

    Ni l’ambassade du Maroc en Espagne, ni le Conseil Royal Consultatif des Affaires Sahariennes, contactés pour connaître leur avis sur le mur, n’ont donné de réponse sur cette installation.

    Selon la Campagne internationale pour l’interdiction des mines terrestres (ICBL), un réseau mondial de 70 pays travaillant à l’interdiction des mines terrestres et des bombes à fragmentation, le Sahara occidental est l’une des dix régions les plus minées du monde.

    L’initiative internationale Together to Remove the Wall (Ensemble pour enlever le Mur) estime qu’il y a plus de 7 millions de mines le long de cette fortification. « Le nombre total de mines ne peut pas être calculé exactement, car il y en a aussi beaucoup dans les zones occupées et le Maroc n’autorise pas les organisations internationales à y pénétrer. On ne peut qu’en estimer le nombre sur le mur, qui se situe entre 7 et 10 millions de mines de différents types : antichars, antipersonnel, restes d’obus non explosés et de bombes à fragmentation, ces dernières résultant de bombardements aériens. Dans le reste du territoire, il n’est pas possible de déterminer avec précision, mais il existe des estimations qui portent ce chiffre à 40 millions », explique Malainin Mohamed Brahim, directeur du Saharawi Mine Action Coordination Office (SMACO). Début 2019, le Front Polisario a détruit 2 500 mines antipersonnel et antichar collectées dans les territoires remis en présence de représentants de l’ONU.

    2 500 victimes

    ICBL estime que plus de 2 500 personnes sont mortes depuis 1975 au Sahara occidental à cause de ces armes. Les victimes ne sont pas limitées à la période du conflit ouvert entre cette année-là et 1991, puisqu’en 2018, par exemple, 22 personnes sont mortes. L’équipe de lutte antimines des Nations Unies (UNMAS) signale que 80 % des victimes sont des civils.

    « Nous avons fait un recensement, mais il n’inclut que les survivants, et nous avons atteint 1 700 personnes. Nous n’avons pas de chiffres sur les décès, mais nous estimons que le chiffre indiqué par ICBL est exact et qu’il atteint 2 500 morts « , dit Aziz Haidar, président d’ASAVIM, l’Association Sahraouie des Victimes des Mines, qui a lui-même été touché par l’une d’elles en 1979, suite à quoi ses deux jambes ont été amputées. Aziz ajoute : « Dans l’association, nous avons aidé plus de 600 personnes. Qu’il s’agisse de leur fournir des béquilles, des prothèses, des fauteuils roulants, des médicaments, des lits pour personnes paralysées ou de l’aide économique pour créer de petites coopératives ou des entreprises ». Les gens qui souffrent le plus des mines sont les Bédouins, parce qu’ils sont nomades, et leurs troupeaux de chameaux. En outre, les victimes augmentent pendant la saison des pluies parce qu’il y a beaucoup de pâturages à proximité du mur. Il n’y a pas que les Sahraouis qui viennent faire paître leurs troupeaux dans les territoires libérés. Également de la Mauritanie voisine, parce qu’il y a là de bons pâturages qu’ils n’ont pas chez eux », dit Malainin, le directeur du SMACO.

    Aziz souligne également deux autres problèmes : « Quand il pleut, l’eau entraîne les mines déjà localisées vers des zones où il n’y en avait pas ou qui ont été déminées, et il n’est pas possible de savoir où elles sont. Le mur est une machine qui plante des mines partout. Il semble vivre pour tuer. D’autre part, la zone tampon s’étend le long du mur sur cinq kilomètres de large. En conséquence de l’accord de cessez-le-feu de 1991 entre le Maroc et le Polisario, ni le Polisario ni l’ONU ne peuvent entrer dans cette zone, mais c’est la zone la plus infectée par les mines et les restes de guerre. Les civils y ont accès, il y a donc beaucoup d’explosions et de victimes. Nous demandons à l’ONU d’y remédier et que les associations qui effectuent le déminage puissent y entrer ».

    Plus qu’une séparation physique

    La barrière physique représentée par le mur entraîne également d’autres types de séparations moins visibles. « Elle divise culturellement un peuple. La majorité vit sous occupation marocaine – 40 % de la population d’El Ayoun, et 20 % de Dakhla est sahraouie – et il existe une stratégie étudiée pour faire disparaître l’identité sahraouie. Par exemple, il n’y a pas une seule université dans les territoires occupés et les Sahraouis doivent aller étudier au Maroc. La hassanya est un dialecte qui disparaît, nos vêtements aussi disparaissent et un pillage culturel constant a lieu. Nous sommes les enfants des nuages. Nous avons une culture qui n’est pas écrite, qui est orale et qui va de la tête d’une personne à celle des autres. Si nous sommes physiquement divisés, elle est perdue et détériorée. Chaque grand-père qui nous quitte est une bibliothèque qui disparaît », déplore Tiba Chagaf.

    Malainin Mohamed Brahim, directeur de SMACO, insiste : « Le mur nous prive de nos richesses naturelles et d’un niveau de vie décent car, depuis 43 ans, nous vivons de l’aide internationale dans les camps de réfugiés, alors que notre territoire est parmi les plus riches du monde. Nous demandons l’aumône alors que nous avons tout. Nous sommes en territoire algérien, ce n’est pas chez nous, et nous ne voulons pas vivre éternellement chez le voisin. Nous avons enterré nos parents et nos grands-parents loin de chez nous. Nous et nos enfants voulons retourner vivre dans notre pays ».

    « Le mur sépare des familles entières. La mienne est à El Ayoun occupée. J’ai 14 frères : 11 sont dans les territoires occupés, moi dans les camps et deux autres en Espagne. Il entrave également l’agriculture, car il ne permet pas aux oueds de suivre leur cours naturel. Le mur les bloque et, d’un côté, on trouve des terres fertiles et de l’autre, le seul désert. Il empêche également la libre circulation des personnes. Le Sahara occidental est hermétiquement fermé par ce mur. C’est une grande prison qui enferme tout un pays. Le mur signifie que la guerre continue », conclut Aziz Haidar, le président de l’ASAVIM.

    Fuente : Tlaxcala

    Tags : Sahara Occidental, Marruecos, Front Polisario, mur de la honte, ONU, MINURSO,

  • « Una cárcel que tiene preso a un país entero »

    Marruecos construyó en Sahara Occidental el muro militar más grande del mundo. Por Eugenio G. Delgado desde Tinduf (Argelia) Con 2.720 kilómetros, la barrera que separa en Sahara Occidental las zonas ocupadas por Marruecos y las liberadas por el Frente Polisario, representa el muro militar en uso más largo del mundo y el segundo de todos los existentes, solo por detrás de la Muralla China. Desde la distancia de seguridad obligatoria de cinco kilómetros, impuesta por un campo repleto de minas, el muro que separa las zonas liberadas de las ocupadas de Sahara Occidental –el único territorio de África aún sin descolonizar, y cuya potencia administradora reconocida internacionalmente continúa siendo España– solo parece un gran montículo de arena en medio del desierto. Sin embargo, con unos prismáticos o un teleobjetivo se puede ver a los soldados marroquíes y sus puestos de vigilancia. Este muro militar, desconocido y silenciado, es el que cuenta con mayor longitud del mundo en uso, con 2.720 kilómetros, y es el segundo más largo del planeta, solo por detrás de la Gran Muralla china (21.196 km). En una época en la que el actual presidente de EE. UU., Donald Trump, ha puesto tan de moda los muros con su deseo de continuar el que ya existe entre su país y México –con una longitud de 1.123 km–, hay que señalar, por comparar y por situar en su justa medida el que divide Sahara Occidental, que la barrera israelí en la Cisjordania palestina mide 819 kilómetros; el muro que se levanta entre Pakistán e India es de unos 750; el que divide las dos Coreas mide 248 kilómetros; 12 tiene la valla de Melilla; y 8 la de Ceuta. El histórico Muro de Berlín alcanzó 155 kilómetros. El muro de Sahara Occidental no es una construcción lineal, sino una sucesión de seis barreras construidas entre 1980 y 1987, en plena guerra entre el Frente Polisario y Marruecos, después de la ocupación alauita –con la Marcha Verde, en 1975–, y de la retirada definitiva de España de su provincia número 53, un año después.

    Una idea de Israel
    «Cuando Mauritania abandonó el conflicto en 1979, el Frente Polisario había conseguido recuperar el 80 % del territorio saharaui y teníamos que concentrarnos únicamente en un enemigo: Marruecos. En 1980 solo estaba bajo su dominio lo que Hassan II llamaba «el triángulo útil», formado por El Aaiún, por la pesca; Bu Craa, por los fosfatos, y Esmara, más el punto de Dajla, al sur, también de una riqueza pesquera enorme. Además, el Ejército saharaui realizaba incursiones en el sur de Marruecos. Como veían que iban a perder esta guerra de guerrillas de desgaste, unos asesores militares israelíes aconsejaron a Hassan II que pasara de la táctica ofensiva a la defensiva y que construyera el muro. El régimen marroquí es el régimen árabe más cercano a Israel de toda la historia, y muchos judíos marroquíes viven en este país, lo que explica esta relación tan cercana. Por ejemplo, el promotor de los acuerdos de paz entre Egipto e Israel en la guerra de los 70 fue ­Hassan II» –Casablanca acogió en marzo de 1979 la firma de dicho acuerdo, que puso fin al estado de guerra en el que vivieron ambos durante más de 30 años–, asegura Mohamed Uleida, militar y ahora director del Museo Nacional de la Resistencia, situado en los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf ­(Argelia).

    Tiba Chagaf, cofundador de la plataforma juvenil Gritos contra el muro marroquí, añade otro detalle: «La ex ministra de Cultura francesa, y ahora directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, es judía marroquí, su familia proviene de ­Essaouira y su padre, André Azoulay, ha sido consejero de los reyes de Marruecos Hassan II y Mohammed VI. Por eso, la UNESCO no reconoce la cultura saharaui ni la protege del exterminio en los territorios ocupados. La idea de construir el muro fue de Israel, desde luego, pero apoyada por la técnica e ingeniería francesa y estadounidense, y económicamente sustentada por Emiratos Árabes, Arabia Saudí y el resto de monarquías del Golfo. No se sabe cuánto costó construirlo, pero sí que durante la guerra, Marruecos se gastaba casi un millón de euros diario solamente en mantenerlo».

    Esta plataforma organiza visitas al muro cada dos meses, más dos grandes concentraciones en Semana Santa y Navidad. Instalan una jaima gigantesca enfrente de él en su parte norte, realizan actividades culturales e informativas y, en definitiva, son los que más se acercan al «muro de la vergüenza», como ellos lo definen. Su objetivo es visibilizarlo internacionalmente, concienciar a los jóvenes saharauis sobre su existencia, y «recordar a los soldados marroquíes que hay gente dueña de esta tierra que sigue reclamándola, que no se apague la llama de la lucha».

    ¿Cómo es el muro?

    Chagaf describe físicamente el muro marroquí: «Delante de él se extiende una amplia franja minada. Luego, una alambrada. A continuación unas trincheras, seguidas de una pared que, dependiendo del lugar, es de piedra, adobe o arena, y que mide entre uno y tres metros, donde se encuentran más de 150.000 soldados marroquíes. Detrás de este ejército, hay una trinchera de dos metros, porque el Frente Polisario tiene unos tanques que pueden superar obstáculos de 1,5 metros. Encima de la construcción están los radares y las ametralladoras. Y, por último, en la retaguardia disponen de unidades pesadas como tanques, carros de combate blindados o ­morteros».

    «Mantener todo eso cuesta hoy 3,5 millones de euros diarios, ya que cada cinco kilómetros hay una base con dos puestos de vigilancia, a derecha e izquierda, con radares que tienen una cobertura de 60 kilómetros a la redonda, y entre cada una de estas bases, otra sub-base militar, además de 240 baterías de artillería pesada y 20.000 kilómetros de alambrada de espino. El dinero que se gastan los marroquíes en el muro viene de tres fuentes principales: la primera, de la ayuda generosa de los saudíes y las monarquías del Golfo; la segunda, de lo que se está expoliando de territorio saharaui, ya que los ingresos que genera el fosfato que utiliza EE. UU. y el pescado que comen los europeos acaban en este muro; y la tercera, los millones de euros que da la UE a Marruecos, bajo el pretexto de combatir la inmigración ilegal», subraya el soldado Mohamed Uleida.

    Ni la embajada de Marruecos en España, ni el Consejo Real Consultivo para los Asuntos de Sahara, contactados para conocer su opinión sobre el muro, han ofrecido respuesta alguna sobre esta instalación.

    Según la Campaña Internacional para la Prohibición de la Minas Antipersona (ICBL, por sus siglas en inglés), red mundial que engloba a 70 países y que trabaja para la prohibición de este tipo de explosivo y de las bombas de racimo, Sahara Occidental es una de las diez zonas más minadas del mundo.

    La iniciativa internacional Together to Remove the Wall (Juntos para retirar el muro) estima que, a lo largo de esta fortificación, hay más de 7 millones de minas. «No se puede calcular con exactitud el número total de minas que hay, porque también existen muchas en las zonas ocupadas y Marruecos no deja entrar allí a los organismos internacionales. Únicamente se puede estimar el número que hay en el muro, que se sitúa entre 7 y 10 millones de minas de diferentes tipos: ­antitanque, antipersona, restos de obuses sin explotar y bombas de racimo, de fragmentación, resultado estas últimas, de los bombardeos aéreos. En el resto del territorio no se puede concretar con exactitud, pero hay estimaciones que elevan la cifra hasta los 40 millones», comenta ­Malainin Mohamed Brahim, director de la Oficina Saharaui de Acción contra las Minas (SMACO, por sus siglas en inglés). A principios de 2019, el Frente Polisario destruyó 2.500 minas antipersona y antitanque recogidas en los territorios liberados ante representantes de la ONU.

    2.500 personas fallecidas

    Desde ICBL calculan que más de 2.500 personas han muerto desde 1975 en Sahara Occidental debido a este armamento. Las víctimas no se limitan al período del conflicto abierto entre ese año y 1991, ya que en 2018, por ejemplo, hubo 22 fallecidos. El equipo de Acción contra las Minas de Naciones Unidas (UNMAS, por sus siglas en inglés) señala que el 80 % de las víctimas son civiles.

    «Hemos realizado un censo, aunque solamente incluye a los ­supervivientes, y hemos llegado a 1.700 personas. No tenemos números ­sobre las víctimas mortales, pero estimamos que la cifra que indica ICBL es la correcta y alcanza los 2.500 muertos», comenta Aziz Haidar, presidente de ASAVIM, la Asociación Saharaui de Víctimas de Minas, damnificado él mismo por una de ellas en 1979, a consecuencia de la cual le amputaron las dos piernas. Aziz añade: «En la asociación hemos ayudado a más de 600 personas. Desde facilitarles muletas, prótesis, sillas de ruedas, medicamentos, camas para personas paralíticas o ayudas económicas para poner en marcha pequeñas cooperativas o negocios». «Las personas que más sufren las minas son los beduinos, por ser nómadas, y sus rebaños de camellos. Además, las víctimas aumentan en tiempo de lluvias porque el pastoreo abunda en las cercanías del muro. No son solo saharauis los que vienen a pastorear en los territorios liberados. También de la vecina Mauritania, porque hay buenos pastos que no hay allí», señala Malainin, director de SMACO.

    Aziz destaca también otros dos problemas: «Cuando hay lluvias, el agua arrastra las minas ya localizadas hacia zonas que no tenían o que estaban desminadas, y no se puede saber dónde quedan. El muro es una máquina que está sembrando minas por todas partes. Parece que tiene vida para matar. Por otra parte, la buffer zone (zona intermedia) se extiende a lo largo del muro, con cinco kilómetros de ancho. Como consecuencia del acuerdo de alto el fuego de 1991 entre Marruecos y el Polisario, en esa zona no pueden entrar ni el Polisario ni la ONU, pero es la zona más infectada por minas y restos de guerra. Los civiles sí acceden a ella, por lo que se producen muchas explosiones y víctimas. Pedimos a la ONU que rectifique y que puedan entrar las asociaciones que realizan el ­desminado».

    Una separación más que física

    La barrera física que representa el muro conlleva, además, otro tipo de separaciones menos visibles. «Divide culturalmente a un pueblo. La mayoría vive bajo ocupación marroquí –el 40 % de la población de El Aaiún, y el 20 % de Dajla es saharahui–, y hay una estrategia estudiada para hacer ­desaparecer la identidad saharaui. Por ejemplo, no hay una sola universidad en los territorios ocupados, y los saharauis tienen que ir a estudiar a Marruecos. El hasanía es un dialecto que desaparece, también desaparece nuestra vestimenta y se está produciendo un expolio cultural constante. Somos hijos de las nubes. Tenemos una cultura que no está escrita, es oral, y va de la cabeza de una persona a la de otras. Si estamos divididos físicamente, se pierde y se deteriora. Cada abuelo que se nos va, es una biblioteca que desaparece», lamenta Tiba Chagaf, cofundador de la plataforma Gritos contra el Muro.

    Malainin Mohamed Brahim, director de SMACO, insiste: «El muro nos priva de nuestras riquezas naturales y de un nivel de vida digno porque, desde hace 43 años, vivimos de la ayuda internacional en los campamentos de refugiados, cuando nuestro territorio es de los más ricos del mundo. Estamos pidiendo limosna cuando tenemos de todo. Estamos en territorio argelino, no es nuestra casa, y no queremos vivir eternamente en la casa del vecino. Hemos enterrado a nuestros padres y abuelos lejos de nuestra casa. Nosotros y nuestros hijos queremos volver y vivir en nuestro país».

    «El muro separa familias enteras. La mía está en el Aaiún ocupado. Tengo 14 hermanos: 11 están en los territorios ocupados, yo en los campamentos, y otros dos en España. También obstaculiza la agricultura, porque no permite que los ríos sigan su curso natural. El muro los bloquea y, de un lado, encuentras tierras fértiles y del otro solo desierto. También evita la libre circulación de las personas. Sahara Occidental está encerrado herméticamente con este muro. Es una gran cárcel que tiene preso a un país entero. El muro significa que la guerra continúa», concluye el presidente de ASAVIM, Aziz Haidar.

  • « Abandonné illégalement par l’Espagne, envahi et opprimé par le Maroc : le cas du Sahara occidental est unique au monde »

    Interview du procureur d’Alicante, Felipe Briones

    Le procureur anticorruption d’Alicante, Felipe Briones, en sa qualité de secrétaire général de l’Association internationale des juristes pour le Sahara occidental, passe en revue les dernières nouvelles sur le conflit dans un territoire dont il rappelle que l’Espagne demeure la puissance administratrice.

    Felipe Briones est la figure emblématique du combat contre le fléau de la corruption dans la province d’Alicante en Espagne. Il a traité de nombreux dossiers comme celui de l’affaire Brugal* et il en a d’autres en cours comme procureur anti-corruption. Né en 1959 à Ifni, quand c’était encore une province espagnole, il s’installe rapidement au Sahara espagnol, « où j’apprends à aimer », dit-il. Avec l’invasion marocaine au moment de la célèbre Marche Verte de 1975, il est contraint de partir, ayant assisté à la création du Front Polisario ou à l’arrivée de la Mission des Nations Unies. Mais Briones est aussi connu pour sa dénonciation constante de l’injustice qui afflige ce territoire au sud du Maghreb et qu’il exprime en tant que secrétaire général de l’Association internationale des juristes pour le Sahara occidental. Nous avons passé en revue avec lui les derniers développements d’un conflit enkysté après une conférence qu’il a donné à Villena intitulée « La responsabilité de l’Espagne envers le peuple sahraoui ».

    D’un point de vue juridique, quelle est la responsabilité de l’Espagne vis-à-vis du Sahara occidental ?

    La responsabilité de l’Espagne à l’égard du Sahara occidental peut être déduite du droit international et du droit interne espagnol. Du point de vue du droit international, tous les territoires non autonomes du monde, qui sont actuellement au nombre de 17, ont besoin d’une autorité administrative de jure, c’est-à-dire une autorité de droit, qui en même temps informe le Secrétaire général de l’ONU sur les conditions de vie dans ce territoire non autonome et sur les investissements que le pouvoir colonial effectue en matière de santé, d’éducation, sociale et économique afin de percevoir l’avancée et le progrès des conditions sociales de ces habitants et, en outre, comment le pouvoir colonial soutient les mouvements de libération pour qu’à l’avenir ceux-ci puissent commander un référendum ou une négociation avec le pouvoir afin que ce territoire non autonome puisse se prononcer sur son propre destin. C’est le cadre international.

    Sur les 17 territoires non autonomes, ce n’est que dans le cas du Sahara que l’autorité administrative de jure, à savoir l’Espagne, ne coïncide pas avec la puissance qui l’administre et l’occupe de facto, à savoir le Maroc. Ça n’est le cas dans aucun des 16 autres territoires. Naturellement, dans aucun de ces 16 pays, il n’y a de violation systématique des droits humains, le mouvement de libération a mené une guerre contre le pouvoir qui l’occupe, dans le cas du Sahara pendant 16 ans, et dans aucun de ces 16 pays, le pouvoir colonial ne bloque sine die la tenue d’un référendum. Le cas du Sahara est unique au monde, c’est un ghetto où l’on ne peut ni entrer ni sortir et où la violation des droits fondamentaux est devenue une politique systématique de la part de la puissance occupante.

    La puissance occupante en termes de droit international est un euphémisme pour parler d’invasion. L’occupation de facto pour le droit international est illégale si elle se perpétue dans le temps. L’occupation manque d’un statut juridique et politique et c’est ce qui se passe avec le Maroc au Sahara depuis 1975 quand il l’a envahi militairement sans aucune justification juridique, historique ou politique.

    Le droit international interdit à une puissance coloniale d’abandonner ce territoire avant que sa population ne s’autodétermine en organisant un référendum. La puissance coloniale ne peut abandonner unilatéralement le territoire qu’elle administre. Pour cette raison, l’abandon déclaré par l’Espagne à la fin du mois de février 1976 n’a jamais été reconnu par les Nations Unies et, en fait, il y a une résolution en octobre et décembre de cette année-là dans laquelle l’ONU continue à traiter l’Espagne comme une puissance coloniale. C’est-à-dire, après les accords tripartites de Madrid.

    En ce qui concerne le droit interne espagnol, j’imagine que la récente décision de l’Audiencia Nacional pèse comme un boulet.

    Ceci est fondamentalement évident dans la décision de la session plénière de l’Audiencia Nacional du 4 juillet 2014, qui est une leçon de droit sur le Sahara Occidental et qui établit que l’Espagne reste aujourd’hui la puissance coloniale du Sahara Occidental et que les crimes qui peuvent être commis au Sahara occidental sont de la compétence directe des autorités judiciaires espagnoles. Parce qu’en ce qui concerne le Sahara, ce n’est pas le principe de Justice Universelle qui est appliqué comme pour les autres matières de l’Audiencia Nacional, mais le principe de territorialité, c’est-à-dire ce que stipule l’article 23.1 de la Loi organique du pouvoir judiciaire qui correspond à l’article 8 du Code civil disant que les lois pénales sont applicables sur l’ensemble du territoire espagnol.

    Cet ordre établit donc une distinction entre le territoire national et le territoire espagnol et considère que les colonies sont un territoire espagnol mais non un territoire national comme c’était le cas pour Ifni et la Guinée équatoriale. Le fait d’être espagnol et non national n’affecte pas le caractère indissoluble de l’État, l’intégrité territoriale, qui est quelque chose de contingent, accessoire et transitoire. La loi protège les territoires non nationaux, qui relèvent de la catégorie des colonies, afin qu’ils puissent devenir indépendants de la métropole elle-même et puissent être érigés en territoires naissants. C’est pourquoi cela n’a rien à voir, entre parenthèses, avec la Catalogne, qui est un territoire national et espagnol, alors que le Sahara en tant que colonie est un territoire espagnol non national et tant qu’il ne s’autodétermine pas, il restera espagnol. Par conséquent, les articles 73 et 74 de la Charte des Nations Unies, qui établit les obligations des puissances coloniales, l’une de ces obligations est celle de la protection juridictionnelle de la population de ces territoires. Par conséquent, si la puissance coloniale a l’obligation de protéger judiciairement ces citoyens, c’est parce que le territoire reste espagnol jusqu’à son indépendance.

    Quel est donc le sens de la sentence de l’Audiencia nacional ?

    C’est révolutionnaire. Cela signifie simplement que tout ce qui est fait avec le Sahara occidental depuis la sphère politique est mal fait. Et la question est sérieuse parce qu’il n’y a pas de comparaison dans le monde. Nulle part sur la planète n’existe un territoire abandonné depuis 40 ans et plus de facto et illégalement par la puissance administrante, le laissant livré à un pays envahisseur et occupant qui systématise également la politique de répression des droits fondamentaux.

    Alors pourquoi rien n’a-t-il changé depuis ce jugement ?

    Parce que c’est comme presque tout le reste, il n’est pas possible de s’attendre à un automatisme du respect des résolutions judiciaires. Il y a une inaction de la part d’un tas de mouvements, de partis politiques et de médias. Et sans action, les décisions judiciaires en seront pas consolidées, d’autant plus que de nombreuses forces sont à l’œuvre pour faire finir ces résolutions judiciaires en eau de boudin.

    Mais les preuves juridiques de l’Audiencia Nacional entrent en collision avec la version du gouvernement espagnol que nous avons apprise il y a quelques mois.

    Oui, en novembre 2018, un sénateur [Jon Iñarritu de Bildu] a demandé au gouvernement pourquoi il considère que l’Espagne n’est pas la puissance administrante de jure. La réponse du ministère des Affaires étrangères indiquait que la position officielle était celle qui figurait dans la lettre du 26 février 1976, date depuis laquelle l’Espagne ne figure pas comme puissance administrante sur la liste des territoires non autonomes de l’ONU. Mais si on regarde la liste des territoires non autonomes du monde de l’ONU de mars 2015, l’Espagne apparaît, le Maroc n’apparaît pas.

    Par conséquent, il est évident que l’Espagne ment, vous ne croyez pas ?
    (Silence).

    Le refus de l’Espagne de reconnaître ces faits est-il dû à sa position, qui est de favorisation ses intérêts avec le Maroc ?

    Un ancien ministre marocain des Affaires étrangères a déclaré que 90% des relations entre le Maroc et l’Espagne concernent le Sahara occidental ; c’est une idée qui n’est pas connue ici mais qui est révélatrice. La relation stratégique doit être défendue en tant que voisine entre l’Espagne et le Maroc, mais elle doit aussi être défendue entre l’Espagne et l’Algérie. Ce n’est pas cela qu’il faut faire. Il faut faire comme l’Australie à l’égard de l’Indonésie à l’occasion du référendum au Timor oriental. L’Australie a maintenu la relation géostratégique et géoéconomique avec l’Indonésie tout en demandant à l’Indonésie de respecter la position du gouvernement australien à l’égard du Timor oriental en ce sens que c’est l’opinion interne de l’Australie elle-même qui exigeait le soutien de son gouvernement au Timor oriental.
    C’est pourquoi l’Australie, en tant que gouvernement démocratique, devait respecter ce que ses citoyens voulaient. Et c’est cette opinion majoritaire qui existe en Espagne en ce qui concerne le Sahara occidental et la grande majorité des gens qui connaissent le conflit du Sahara misent sur la tenue d’un référendum d’autodétermination.

    Mais il semble qu’ils (les Marocains) se cachent derrière des divergences sur le recensement.

    Non. Tout cela est résolu. Le seul problème le blocus marocain consistant à ne pas organiser de référendum sauf si la seule proposition de ce référendum était celle de l’autonomie des Sahraouis au sein du Maroc. C’est-à-dire, éliminer la possibilité de l’indépendance du Sahara occidental.

    Quel serait l’intérêt d’organiser un tel référendum ?

    Ce serait un référendum dénaturé qui ne serait pas valable. L’autonomie vient d’un État unitaire comme, par exemple, le nôtre, qui s’est décentralisé. Le problème du Sahara n’est pas qu’il parte d’un État unitaire, mais qu’il n’a jamais appartenu au Maroc. Il s’agit d’une simple invasion militaire en 1975. Soit dit en passant, ni les Nations Unies ni la communauté internationale ne peuvent sanctifier une solution à la marocaine. Personne ne peut bénir l’invasion d’un territoire et, à long terme, lui donner l’autonomie. Parce que si c’était une formule de règlement des conflits internationaux, le monde serait en danger à toutes les frontières. Nous ne pouvons pas envahir et proposer ensuite l’autonomie parce qu’il y a le principe d’intangibilité des frontières africaines héritées de la colonisation et que la carte de l’Afrique ne peut être touchée. Et contrairement à d’autres territoires, il n’y a ici aucun motif politique ou historique. Il n’existe aucune relation historique entre le Maroc et le Sahara occidental qui puisse avaliser la nouvelle application du principe de la décolonisation.

    Que voyez-vous comme moyen de sortir d’un imbroglio qui a laissé, après plus de 40 ans, des milliers de personnes vivant dans des camps de réfugiés?

    Il y a une issue. Il y a des cycles de négociations. Les USA semblent soutenir une solution raisonnable au conflit et nous devons donc espérer la fin de ce différend, qui touche l’ensemble de la population du Maghreb, les relations entre le Maroc et l’Algérie et les relations de l’Europe avec le Maroc et l’Algérie, qu’il sera réglé. Les relations économiques avec l’Europe et les USA, pour qu’ils puissent commercer avec 60 à 80 millions d’habitants, sont encore en suspens, ce qui suscite de l’intérêt. Par exemple, dans la signature d’un nouvel accord de pêche entre le Maroc et l’Union européenne, désobéissant à l’arrêt de la Cour européenne de justice qui interdisait la signature du nouvel accord de pêche étant donné qu’il ne respectait pas les droits du peuple sahraoui, le Sahara occidental n’avait pas été pris en compte et le bon interlocuteur, qui est le Front Polisario. Et cela a été résolu par le parlement lui-même qui a signé un nouvel accord dans lequel cette fois-ci, en outre, la portée territoriale est indiquée du nord du Maroc au sud du Sahara, les droits du Maroc sont étendus et le nombre de licences de pêche pour pêcher dans les eaux sahariennes est augmenté. La voie est donc libre pour le Front Polisario de revenir devant la Cour de justice.

    Mais ce n’est pas un progrès.

    C’est un pas en arrière, car le nouvel accord représente une désobéissance absolue à l’arrêt de la Cour de justice de l’Union européenne.

    Alors le Sahara occidental se retrouve plus seul.

    Plus seul mais plus protégé sur le plan juridique, qui donne systématiquement raison à ce peuple et démasque ainsi des actes ignobles de criminalité internationale qui le sont aux yeux de la loi elle-même. L’apartheid et la perpétuation du colonialisme sont des crimes contre l’humanité.

    Nezha Khalidi

    La dernière nouvelle la plus importante est l’expulsion de trois avocats espagnols qui étaient observateurs du procès de la journaliste Nezha Khalidi, qu’en pensez-vous ?

    Oui, c’est une militante de 27 ans qui risque 2 ans de prison et une amende pour avoir enregistré et diffusé en direct une manifestation sahraouie**. L’accusation du Maroc contre elle est celle d’ usurpation alléguée de la profession en ce sens que le Maroc exige une accréditation de presse pour agir en tant que journaliste. Mais en même temps, au Sahara occidental, la presse internationale n’est pas autorisée. Pour ce procès, qui a été reporté en mai et s’est tenu le 24 juin, la veille de l’expulsion des observateurs, avocats et non-avocats espagnols, à leur arrivée à El Ayoun, ils n’ont pas été autorisés à quitter l’aéroport. Nos trois avocats étaient protégés par le Conseil Général des Avocats espagnols. Et c’est l’une des premières fois que l’observation internationale est réprimée. Cette femme aurait été torturée et nous nous attendons à ce qu’elle soit condamnée.

    Mais vu tout ce qui a été dit précédemment, le Maroc n’a pas de compétence juridique sur l’ensemble du territoire, qui relève de l’Espagne et on y punit en vertu de lois internes marocaines des personnes supposées être protégées par le droit à l’autodétermination en matière de création de partis, de liberté d’association, de liberté de la presse et d’expression, etc.

    Que pensez-vous du fait que le gouvernement espagnol n’a pas souhaité se prononcer sur ces expulsions ?

    Il me semble qu’il est clair en droit international et en droit interne que cela ne doit pas être toléré. Parce que nous sommes déjà face à une violation de tous les statuts internationaux, en particulier de la liberté de la presse. Aucun principe ne peut justifier la fermeture du territoire du Sahara occidental aux observateurs internationaux et à la presse libre. Un pays démocratique comme le nôtre a donc l’obligation de protéger les droits fondamentaux des citoyens espagnols et des habitants d’un territoire autonome pour lequel nous conservons aujourd’hui une responsabilité internationale entière.

    NdT

    *Affaire de corruption, d’extorsion et de trafic d’influence dans la gestion des ordures, impliquant des élus du Parti populaire dans la province d’Alicante

    **Entretemps, elle a été condamnée à une amende de 400€ (lire ici).

    Tlaxcala

    Tags : Maroc, Sahara Occidental, ONU, MINURSO, autodeterminación,

  • Entrevista al catedrático Carlos Ruiz Miguel

    Carlos Ruiz Miguel es Catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Santiago de Compostela desde el año 2001. Es también Profesor Jean Monnet de la Comisión Europea. Ha escrito más de 10 libros y decenas de artículos académicos, muchos de ellos relacionados con el Sáhara Occidental. Destaca el libro ‘El Sahara Occidental y España: historia, política y derecho: análisis crítico de la política exterior española’. Más recientemente, ha sido coautor de ‘El Sahara Occidental. Prontuario jurídico. 15 enunciados básicos sobre el conflicto’, que promete ser un libro de referencia en el estudio del conflicto. Asimismo, es director del Centro de Estudios sobre el Sahara Occidental Universidad de Santiago de Compostela. Sin duda alguna, estamos ante una de las referencias académicas en el conflicto del Sáhara Occidental.

    En los Acuerdos de Madrid el 14 de noviembre de 1975, entre España, Marruecos y Mauritania, el gobierno español autorizaba el establecimiento de una nueva administración marroquí-mauritana. De esta manera, España habría cedido la soberanía del territorio a ambos países y habría dejado de ser la potencia administradora. ¿Qué supusieron verdaderamente los Acuerdos de Madrid?

    En los acuerdos de Madrid NO se establece una administración “marroquí-mauritana” sino “hispano-marroquí-mauritana”. Se establece una administración TRI- no BI-partita. España NO ha cedido la “soberanía” en ese acuerdo, ni a esos dos países, sino que cedió la “administración” a la entidad tripartita.

    España no ha dejado válidamente de ser potencia administradora según Naciones Unidas.

    Aunque España ha dejado de tener el control del territorio sigue vinculada a ciertas obligaciones internacionales de las potencias administradora, como las que le obligan a impedir la explotación ilegal de los recursos naturales del territorio.

    ¿Qué estatus ostentan entonces Marruecos y España en la actualidad en relación al Sáhara Occidental? ¿Qué responsabilidades tienen?

    Marruecos es la potencia ocupante del Territorio. Sus responsabilidades son las que los Convenios de Ginebra y la Convención de La Haya fijan para las potencias ocupantes.

    España es la potencia administradora del Territorio, “de iure”, pues “de facto” no controla el territorio. Sus obligaciones son las que corresponden a las potencias administradoras fijadas, entre otros instrumentos, en las resoluciones sobre Actividades económicas y de otro tipo que afectan a los intereses de los pueblos de los territorios no autónomos

    Desde hace ya décadas los saharauis vienen enarbolando su derecho a la autodeterminación. ¿En qué consiste este derecho y dónde está garantizado?

    El derecho a la autodeterminación y a la independencia se le ha reconocido al pueblo del Sahara Occidental por Naciones Unidas.

    Este derecho está reconocido al amparo de la resolución 1514 de la Asamblea General de Naciones Unidas y significa que “en virtud de este derecho, determinan libremente su condición política y persiguen libremente su desarrollo económico, social y cultural.”

    ¿Existe alguna diferencia entre el derecho a la autodeterminación esgrimido por los saharauis y el que algunos han apoyado en Cataluña, Kosovo o Escocia?

    TODA, el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui ha sido reconocido por la Asamblea General, el Consejo de Seguridad y el Tribunal Internacional de Justicia.

    A Cataluña, Kosovo o Escocia NO se les ha reconocido ese derecho NI por la Asamblea General, NI por el Consejo de Seguridad NI por el Tribunal Internacional de Justicia.

    La posición de Marruecos siempre ha sido contraria a la celebración de un referéndum de autodeterminación y ha argumentado que existen otras vías para dar solución al problema como, por ejemplo, un estatuto de autonomía dentro de Marruecos. ¿Es esta opción válida acorde a la legalidad internacional? ¿Podría ser una forma de garantizar el derecho de autodeterminación y poner fin al conflicto?

    NO es cierto que la posición de Marruecos “siempre” haya sido contraria a la celebración de un referéndum de autodeterminación. Marruecos aceptó ese referéndum cuando aceptó el “Plan de Arreglo” y los “Acuerdos de Houston” en donde se establece ese referéndum.

    La propuesta marroquí de “autonomía” NO es conforme con el Derecho Internacional porque parte de una premisa ilegal, que es la soberanía marroquí sobre el territorio. Precisamente porque parte de una premisa ilegal, esa propuesta NO puede garantizar el derecho de autodeterminación ni poner fin al conflicto.

    El Consejo de Seguridad y la ONU llevan ya tiempo apoyando rondas de negociaciones entre las partes como forma de solución del conflicto. A principios de diciembre van a tener lugar una nueva ronda de conversaciones. ¿Cree que será un punto de inflexión en la resolución del conflicto? ¿Considera esta la vía para resolverlo o cree que la ONU debería ser más contundente en la resolución del conflicto?

    Si va a ser el punto de inflexión DEFINITIVO del conflicto es difícil de saber.
    Pero lo cierto es que ha sido un punto de inflexión en la dinámica actual, que llevaba bloqueada desde hace diez años.

    Creo que las conversaciones o negociaciones (vía capítulo VI de la Carta de las Naciones Unidas) NO son la vía adecuada para resolver este conflicto. Sin duda, después de tanto tiempo, habría que haber resuelto este conflicto por la vía del capítulo VII de la Carta, es decir, mediante la imposición por el Consejo de Seguridad de una solución.

    La ONU no ha intervenido tan activamente en el territorio para lograr una solución como si hizo en otros casos recientes como Kosovo o Timor Oriental. ¿A qué se debe esta diferencia y que justificación tiene?

    Un matiz: en Kosovo la ONU quiso intervenir pero no se aprobó la independencia del territorio que, no obstante se haya apoyado por el bloque de la OTAN. Sin embargo, Kosovo se ha resuelto al margen de la ONU gracias a apoyo de los EE.UU. Es decir, había un veto de Rusia, pero un apoyo total de los EE.UU. y el bloque OTAN.

    En Timor Oriental el asunto se resolvió porque la potencia ocupante (Indonesia) no tenía vínculos de máxima cercanía con ninguna gran potencia miembro permanente del Consejo de Seguridad.

    En el Sahara Occidental, Marruecos tiene el respaldo total de Francia, con quien tiene cercanía máxima. Pero el solo apoyo francés no es suficiente para imponer una salida acorde a los intereses franco-marroquíes, aunque sirva para bloquear otras salidas.

    La lucha por la autodeterminación de Timor Oriental, previamente ocupado por Indonesia y país independiente desde 2002, guarda cierto parecido con la lucha saharaui. ¿Qué similitudes y qué diferencias aprecia entre ambos casos? ¿Qué factores entraron en juego para que finalmente Timor Oriental llevase a cabo un referéndum auspiciado por la ONU mientras que el Sáhara Occidental continúa a la espera?

    Como he dicho entre el Sahara Occidental y Timor Oriental hay una diferencia esencial: la potencia ocupante de Timor Oriental no tenía detrás un apoyo incondicional de un miembro permanente del Consejo de Seguridad, pero la potencia ocupante del Sáhara Occidental sí tiene el apoyo de una (Francia).

    La inestabilidad en Timor Oriental ponía en peligro la seguridad jurídica de ciertas actividades económicas en la zona y dado que Indonesia no tenía un apoyo INCONDICIONAL se decidió dar seguridad jurídica a esas actividades con la descolonización.

    En el Sahara Occidental ha habido momentos de mucha inestabilidad pero cuando las actividades económicas tenían menos entidad que ahora. Ahora que hay más actividades económicas hay menos inestabilidad dentro del territorio… pero hay una considerable inestabilidad jurídica por las sentencias europeas. Sin embargo, el apoyo INCONDICIONAL de Francia pretende conseguir seguridad para las actividades económicas por la vía del fraude o el hecho consumado.

    ¿Qué postura ha mantenido España en las últimas décadas y cómo se ha posicionado en los diferentes procesos de negociación y planes de paz? ¿Cómo considera que debería actuar España?

    La posición oficial de España, desde el abandono del territorio está fijada en la carta de 26 de febrero de 1976. Esa posición no ha cambiado.

    No obstante, aunque España sigue apoyando el proceso de paz de la ONU (que, sintéticamente, sigue considerando que el territorio no se ha descolonizado y que la descolonización debe hacerse mediante la autodeterminación), lo cierto es que la política exterior ha cambiado en estos últimos cuatro decenios. Básicamente las dos tendencias han sido:

    – Equilibrio en el Norte de África (polítca de Suárez y de Aznar)

    – Inclinación (más o menos ostensible) hacia Marruecos (Calvo-Sotelo, González, Zapatero, Rajoy y Sánchez).

    Es un hecho objetivo que la política pro-marroquí ha sido un fracaso. No sólo Ceuta y Melilla están más amenazadas que nunca, sino que la propia Península está sometida a una presión migratoria desde Marruecos que no tiene parangón en la Historia de España.

    Económicamente muchas empresas han hecho grandes negocios en Marruecos, sí; pero se silencia que muchas otras han sido estafadas o boicoteadas (Telefónica, por ejemplo). Al tiempo que ese esfuerzo inversor se canalizaba oficialmente hacia Marruecos sin intentar encauzarlo hacia Argelia o Mauritania.

    Es evidente que la política de cumplimiento de los compromisos asumidos en su día por España (descolonización mediante un referéndum) son la política más inteligente y que más respeto permite obtener en el concierto internacional, además de que económicamente podría ser más rentable enfocar el esfuerzo inversor a otros escenarios.

    Fuente : Descifrando la guerra, 13 dic 2018

    Foto : Resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas 2983 (XXVII) sobre la Cuestión del Sahara Español (1972)

    Tags: Sahara Occidental, Marruecos, Frente Polisario, ONU, MINURSO, autodeterminación,

  • Sahara Occidental: escenarios y protagonismos

    IRENE GARCÍA BENITO

    Autor: Isaías Barreñada y Raquel Ojeda (coords.)

    Editorial: Los libros de la catarata

    Fecha: 2016

    Páginas: 320 págs.

    Ciudad: Madrid

    La cuestión del Sahara occidental nunca descansa, aunque en España permanezca adormecida. Confluyen en este conflicto un gran interés por una parte del ecosistema político y de la ciudadanía y un bloqueo diplomático que dura ya 40 años.

    Dado que el primer paso para solucionar un problema es comprenderlo, los académicos Isaías Barreñada y Raquel Ojeda han reunido a más de dos decenas de autores para analizar el conflicto del Sahara desde distintos puntos de vista; del derecho a la antropología y las relaciones internacionales. Sahara occidental. 40 años después presenta una visión transversal sobre la actualidad de esta región para aquellos que ya conocen los puntos fundamentales de este conflicto irresuelto y heredado de la descolonización.

    El Sahara Occidental es considerado, desde hace más de 50 años, un territorio no autónomo (artículo XI de la Carta de las Naciones Unidas). Desde que España abandonara el territorio en 1975 sin cumplir sus obligaciones internacionales, como la celebración de un proceso de autodeterminación, se han sucedido distintas etapas. La primera estuvo marcada por una guerra entre el Frente Polisario y las fuerzas armadas de Mauritania y Marruecos tras los Acuerdos de Madrid de 1975 y un primer intento de paz a manos de la Misión de la ONU para el Referéndum del Sahara Occidental (Minurso). Este primer intento de consulta sobre cuál debía ser el estatus de la región no vio la luz debido en gran parte a la oposición marroquí.

    A partir de 2000 se abre una nueva etapa en la que se trató de dar un nuevo impulso a las negociaciones a través de los planes Baker I y II. El primero de ellos fue rechazado por el Frente Polisario.; el segundo, por Marruecos. En 2004, una vez se admitió que, de nuevo, el proceso de autodeterminación del estaba estancado, se dio paso a lo que se conoce como la “vía marroquí”. Por primera vez, Marruecos se presentó una iniciativa para negociar la “autonomía” del Sahara que no contemplaba la celebración del referéndum. El impulso desde el Consejo de Seguridad de la ONU hizo posible que tuvieran lugar cuatro rondas de negociaciones en las que, sin embargo, no hubo avances sustanciales. El inmovilismo ha reinado desde entonces, y llegamos al callejón sin salida actual.

    En todas las se han ido superponiendo cuestiones y actores. Por una parte, la Unión Europea, que ha pasado en la última década del inmovilismo que premiaba el statu quo a llamar la atención a Rabat por la falta de avances. Otros actores destacados son Estados Unidos, cuya alianza con Marruecos no ha hecho que el Sahara cobre interés a escala global; y la Unión Africana, situada hoy como el actor regional con mayor peso en el apoyo a la autodeterminación.

    Mientras los líderes políticos son incapaces de llegar a ningún acuerdo, la sociedad civil saharaui se ha ido movilizando y organizando. El Frente Polisario –liderado hasta su fallecimiento por Mohamed Abdelaziz– ha luchado en las últimas cuatro décadas por el reconocimiento de la República Árabe Saharaui Democrática. El pueblo saharaui ha mostrado “capacidad para reinventarse y no someterse al refugio”. Laura Langa analiza cuatro disyuntivas, ocho características que definen al mismo tiempo al Sahara: nomadismo y rebusque; exilio y refugio; dependencia y olvido; lugar de confinamiento y lugar de vida.

    El Sahara occidental es una historia que sucede en varios escenarios: campos de refugiados, territorios liberados, exilio, desierto… Una historia que está buscando un final feliz, con un desarrollo que dura ya demasiados años. Una historia donde el personaje principal no tiene el protagonismo que le corresponde.

    Fuente: Estudios de política exterior, 14 jul 2016

    Tags : Sahara Occidental, Frente Polisario, Marruecos, ONU, MINURSO, autodeterminación,

  • El Plan Baker visto por el mártir Bujari Ahmed

    Baker y el Sáhara Occidental Una nueva dinámica

    Ahmed Bujari

    El País, 26 sep 1997

    Las perspectivas de una solución justa y definitiva en el Sáhara Occidental, tras las negociaciones de Houston y sus resultados, son reales. Y aunque la prudencia es de rigor, se puede decir que a finales del próximo año se celebrará el tantas veces aplazado referéndum de autodeterminación, que debe culminar o con la emergencia de un nuevo Estado en el norte de África o con la extensión hacia el sur de la frontera marroquí. No hay duda alguna de que un referéndum justo y libre, condiciones sobre las que ha insistido de manera incansable el mediador Jarnes Baker, conducirá a lo primero.Houston fue la etapa final de una serie de negociaciones directas entre Marruecos y el Frente Polisario que se habían iniciado el 23 de junio en Lisboa, continuaron en Londres y de nuevo en Lisboa, concluyendo el 16 de septiembre en la capital del Estado de Tejas. Esta última ronda tenía una importancia crucial no sólo por el tema central de la agenda -código de conducta y periodo transitorio-, sino también por el hecho de que de sus resultados dependía la convalidación de los acuerdos anteriores. A su vez, de esta convalidación dependía la continuidad o no del esfuerzo de las Naciones Unidas para culminar su misión en el Sáhara Occidental.

    Las negociaciones de Houston no fueron fáciles. Conocieron momentos de tensión muy serios que fueron superados por el mediador sólo en las últimas horas del último día.

    Las declaraciones de James Baker a la prensa internacional, anunciando que las dos partes habían alcanzado un acuerdo general que incluye los temas de Houston y todos los anteriores, dieron la vuelta al mundo. Sin infravalorar la inteligencia desplegada por los negociadores marroquíes y saharauis, el éxito hubiera sido imposible de no haber sido por la capacidad, experiencia y peso político del mediador.

    El camino hacia el referéndum queda en principio allanado. Hay una nueva dinámica. Del peligroso estancamiento se pasa al movimiento sobre la base de una serie de acuerdos que conllevan una triple fuerza. La de haber sido: a) aceptados por las dos partes, b) firmados ante Baker, y c) negociados en nombre del secretario general de la ONU, que cuenta con el apoyo del Consejo de Seguridad.

    Un mínimo de prudencia es, sin embargo, aconsejable, ya que en todo acuerdo de naturaleza político-diplomática que implica a varios actores habrá siempre problemas en el momento de la aplicación. El grado de complicación de dichos problemas está en una relación directamente proporcional con la mayor o menor voluntad de obstrucción de una u otra parte. A su vez, la mayor o menor inclinación de las partes a obstaculizar estará en una relación inversamente proporcional al menor o mayor grado de despliegue de autoridad, medios y firmeza de las Naciones Unidas.

    Los acuerdos logrados, contrariamente a lo que algunos medios insinuaron, no dejaron plantadas « manzanas de discordia ». No reemplazan ni modifican la esencia del plan de paz. Lo hacen aplicable. La pregunta del referéndum sigue siendo la misma: independencia del Sáhara Occidental o su integración en la potencia ocupante. De entre los acuerdos, unos resuelven divergencias conocidas, como el espinoso problema de los votantes del referéndum. Otros abarcan campos y temas que podrían ser causa o motivo de divergencias que podrían paralizar de nuevo la aplicación del plan de paz, como es el problema del confinamiento de tropas de las dos partes, el código de conducta, los poderes de la ONU en el periodo transitorio, la presencia de observadores y de los medios de prensa durante dicho periodo… La negociación abordó cada problema concreto, pero dentro de un enfoque global bajo el principio de que « nada está acordado mientras todo no haya sido acordado ».

    La nueva dinámica que descansa sobre ese trípode de fuerza permite decir que lo que fue imposible durante seis años ya no lo es hoy. Pero el cambio en la perspectiva no fue súbito. Fue el resultado de dos factores y de un análisis realista de la situación. Un nuevo secretario general distinto al anterior. Un mediador de gran envergadura al que resulta difícil decirle no sin convencerle. Y un análisis.

    En mayo del año pasado, Butros-Gali decidió arrojar la toalla y retirar a la comisión de identificación del territorio. El proceso quedaba de esta manera paralizado. El diplomático egipcio se apresuró a informar al Consejo de Seguridad de que Ias fuerzas de las dos partes se preparaban visiblemente al combate ». El retorno de los combates supone el estallido del conflicto, el cual, en términos militares, se dirigiría a una prolongación de la guerra de desgaste o se descarrilaría de una manera provocada o casual hacia un enfrentamiento regional, cuya onda de expansión implicaría, en la terminología del autor de Choque de civilizaciones, al nivel « terciario », a través de la venta de armamento, injerencias contenidas e intervenciones extranjeras.

    Es difícil saber si los dirigentes marroquíes habrían retenido algún día esta arriesgada estrategia, cuya finalidad sena complicar el cuadro para complicar la solución. Llevarla a cabo supondría que la luz verde de las grandes potencias habría sido dada. Las consecuencias para la región y para Europa habrían sido imprevisibles si se hubiera desembocado en un conflicto.

    En cuanto al primer escenario, tanto saharauis como marroquíes tienen puntos de fuerza y de debilidad de distinta naturaleza que en su enfrentamiento global se dirimirían a corto o medio plazo contra la parte que tendría, además de la legitimación o no internacional, mayores problemas o urgencias socio-políticas internas.

    En este contexto, si las fuerzas saharauis no pudieran desgastar a las marroquíes en la intensidad que quisieran, la imposición de una guerra de desgaste afectaría, sin embargo, a las arcas del país en un momento en el que las finanzas y las fuerzas armadas son claves para todo proyecto que sirva para responder a las necesidades de una sociedad de 29 millones de habitantes.

    A principios de 1996, la diplomacia marroquí tomó nota de la imposibilidad de implicar a la ONU en un referéndum fraudulento. La opción retenida por este país fue la de continuar implicando a las Naciones Unidas en la protección del alto el fuego desvinculado de un proceso político de aplicación del plan de paz. En otros términos, intentar desgastar al contrario sin ser desgastado. Paralizar el referéndum, culpar a la otra parte de ello y marcar, con el apoyo de la diplomacia francesa, algunos puntos en ciertos países francófonos de África mientras se disfruta de la protección del alto el fuego era algo que no sólo comprometía gravemente a la ONU, sino también absolutamente inaceptable. El punto de vista. saharaui fue explicado de manera reiterada a Butros-Gali y al Consejo de Seguridad.

    Butros-Gali no volvió a mostrar interés por el tema ante la cercanía del fin de su mandato. Había que esperar a enero de 1997. La llegada de un nuevo secretario general de las Naciones Unidas fue la ocasión para una evaluación en profundidad del tema del Sáhara Occidental. En su primer informe al Consejo de Seguridad, Kofi Annan llega a dos conclusiones. De un lado, la ONU no puede abandonar el territorio y proclamar el fracaso, al igual que en Somalia. De otro, la ONU no puede seguir indefinidamente en el Sáhara Occidental sin un objetivo claro, sin una perspectiva de referéndum, que es la razón de ser de su presencia. Las dos conclusiones configuran aspectos de un dilema shakespeariano. Salir de él requiere una renovada autoridad de la ONU y un mediador de grueso calibre. En este sentido, la decisión del secretario general de nombrar a Baker fue acertada.

    Vuelvo a repetir que la prudencia no debe ser abandonada. No todo está. definitivamente resuelto, pero el movimiento ha reemplazado a la parálisis anterior. Si el proceso culmina sin mayores problemas, las ventajas de una paz justa e irreversible en el Sáhara Occidental son de una incalculable repercusión positiva, no sólo para el pueblo saharaui, que demostró, desde la dignidad, que merece esa paz, sino también para el Magreb y su vecindad geopolítica. Por este solo objetivo merece el respaldo sincero de todos; de unos más que otros… por la cuenta que les trae este asunto.

    Ahmed Bujari es miembro de la delegación negociadora y representante del Frente Polisario en la ONU.

    * Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 26 de septiembre de 1997

    Tags : Sahara Occidental, Frente Polisario, Marruecos, ONU, MINURSO, Plan Baker, referéndum, autodeterminación,