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  • El atentado inminente en Sevilla: ni atentado ni inminente

    Frustrada una masacre islamista en Sevilla. La policía evita un atentado inminente durante la Semana Santa sevillana. Detenido un yihadista del ISIS que iba a inmolarse durante las procesiones de Sevilla. Terrorista islámico pretendía detonar “la madre de Satán” junto a un paso de la Semana Santa de Sevilla.

    Son algunos de los titulares de prensa e informaciones aparecidas el miércoles 18 de abril. Un terrorista del ISIS lo tenía todo listo para provocar una gran masacre durante la Semana Santa de Sevilla, pero la policía logró evitarlo in extremis. Hasta ahí lo que ha quedado del suceso. “Estaba matriculado en la universidad, hay que expulsarlos a todos por precaución”, comentaba alguien en Twitter a los pocos minutos de conocerse el frustrado atentado. “Hemos estado a punto de sufrir un terrible atentado en Sevilla y ni Presidente de la Junta, ni el alcalde ni representantes de la comunidad musulmana se han pronunciado. Sí lo ha hecho Vox. Votaré a quien me defiende”, comentaba otra usuaria.

    Tras los titulares y las reacciones, las sensaciones quedan y las noticias se desinflan. Pero la realidad, aunque ya no nos interese mirarla, sigue su camino. Más tarde supimos, ya sin el foco informativo y con la idea anclada en el inminente atentado, que el registro de la casa de Zouhair el Bouhdidi, de 23 años, acabó con la incautación de un ordenador desde el que el joven habría lanzado mensajes radicales en foros yihadistas. Nada más. De material químico para la fabricación del explosivo conocido como “la madre de Satán”, con el que se iba a detonar junto a una procesión, ni rastro. Ni rastro de ese ni de otro tipo de explosivos o material para fabricarlos. El atentado, como han explicado días posteriores las fuentes policiales, “no era inminente, no había un plan”. No había nada, excepto titulares de prensa que lo aseguraban de forma escandalosa. Hay más.

    El presunto yihadista tampoco fue detenido en el momento en el que conocimos la noticia, sino una semana antes. El pasado 9 de abril, Zouhair viajaba con su familia a Marruecos para visitar a una abuela enferma. Fue entonces cuando la policía española dio órdenes a la policía de Marruecos para que detuvieran en su suelo al presunto yihadista. Tras una semana de detención en suelo marroquí, Zouhair confesó unos planes que estaban en su cabeza y que incluían todo lujo de detalles, unos planes que, según el relato de la propia policía española, estaban lejos de poder ponerse en práctica. La sucesión de hechos deja algunas preguntas que quizá deberíamos hacernos: ¿por qué la investigación de la Audiencia Nacional esperó a que el presunto yihadista pisase suelo marroquí para activar su detención? ¿Cuál hubiese sido el recorrido de este caso si las pruebas e indicios insuficientes para hablar de un atentado inminente hubiesen llegado a un juzgado español? ¿No deberíamos querer juzgar en España a quien ha intentado atentar contra nuestro país? ¿Por qué, con un riesgo potencial, esperaron a que al investigado le surgiera un viaje a Marruecos?

    Zouhair ya está en una cárcel marroquí acusado de terrorismo. Los cargos por los que la Fiscalía General del Tribunal de Apelación de Rabat ha ordenado su ingreso en prisión son los de formación de banda criminal, preparación de comisión de un atentado terrorista, apología del terrorismo, incitación a otros a incorporarse a una organización terrorista y propaganda de organización terrorista. De todas las acusaciones anteriores, si uno cruza la información marroquí con la investigación española, sólo se mantienen en pie las que tienen que ver con las actividades de Zouhair en Internet: apología del terrorismo. Es decir: estaríamos ante el caso de un idiota con conexión ADSL. Un idiota marroquí con conexión ADSL.

    El terrorismo yihadista es una amenaza grave ante la que no hay otra opción que confiar en el trabajo y la ética de las fuerzas de seguridad para prevenirlo. Pero en esta política de prevención nos encontramos con una paradoja. ¿Cuántas amenazas ultraderechistas se producen cada día en Internet? ¿Hay que tenerlas tan en cuenta como las amenazas de perfil islamista? Las cifras responden. El número de atentados por parte del supremacismo racial supera a día de hoy al número de atentados yihadistas en el mundo, según G. Lapayese, director del Observatorio Internacional de Seguridad. En los últimos tiempos, atentados como el de Nueva Zelanda, con 50 muertos, confirman que la extrema derecha compite ya mano a mano con el yihadismo en la carrera del terror. Sin embargo, a día de hoy no podemos imaginar que, tras los comentarios en foros ultraderechistas fantaseando con bombas durante actos de partidos izquierdistas (por poner un ejemplo reciente), la Audiencia Nacional y las fuerzas de seguridad detuviesen a los autores con tratamiento de terrorismo. Ni que la prensa hablase de atentados inminentes frustrados.

    Exagerando un riesgo aumentamos otro. Con cada titular inflando el pánico islamista, el riesgo de atentados de la extrema derecha aumenta. El terrorismo no es un asunto con el que fantasear ni con el que practicar sesgo ideológico. Y se está haciendo. No, en Sevilla no se frustró un atentado inminente. Y sí, a pesar del comentario de aquella usuaria en redes, la comunidad musulmana de Sevilla se pronunció inmediatamente contra todo tipo de actos violentos. Quienes se quedaron con los primeros titulares viven hoy con más miedo. Quienes, además, ceban el miedo por motivos ideológicos son hoy otro verdadero peligro, al nivel del yihadismo.

    Tags : Marruecos, España, Sevilla, terrorismo, Zouhair el Bouhdidi,

  • Efemérides 20 Abril 1976: Marruecos y Mauritania han ultimado su reparto del Sáhara

    Rabat y Nuakchott han acordado ejercer un riguroso control sobre la pesca del banco sahariano

    ABC, 20/04/2019

    París, 19 (Pyresa).- Tras la visita a Rabat del Presidente mauritano, Moktar Uld Dadah, y la firma de diversos acuerdos entre Marruecos y Mauritania, el Sáhara Occidental ha quedado repartido entre las dos naciones, quedando, como se esperaba la mayor y la más rica parte del territorio en poder de los marroquíes. No se ha respetado la antigua parcelación interior por parte de España y de Saguia el Hamra y Río de Oro, quedando incluso Bir Enzarán en poder de Marruecos.

    En relación con la anunciada « cooperación económica » y lo referente a las « aguas territoriales de la zona », ambos países desean crear, al parecer, un monopolio sobre la riqueza pesquera del banco sahariano, ampliando las aguas jurisdiccionales y utilizando los mismos métodos que el gobierno marroquí emplea desde que adoptó las 200 millas. Si esto se produjese, terceras naciones, especialmente España, por la vecindad de las islas Canarias, cuyos pescadores faenan desde la bahía del Galgo hasta Tarfaya -antiguo Cabo Juby-, se verían seriamente afectadas.
    Control pesquero

    El plan, al parecer, es, tras un riguroso control de la pesca, converti en bas más o menos obligatoria para las flotas pesqueras del puerto de Nouadhibou -Port Etienne- la playa del Aaiún, transformando sus instalaciones, y algún puerto marroquí del Sur.

    Esto perjudicaría los intereses canarios, ya que hasta ahora las flotas pesqueras extranjeras vienen teniendo su base principalmente en Las Palmas.

    También se proyecta con naciones extranjeras que faenan en aguas saharianas la constitución de sociedades mixtas, de una forma especial con coreanosm franceses y japoneses. Con estos últimos ya funciona una sociedad para la pesca en aguas marroquíes desde hace algún tiempo.

    Entre los acuerdos se estima que se ha firmado uno de tipo militar,, con carácter secreto, ya que el ejército mauritano, por su escasa potencia, no podría hacer frente por sí solo a futuros ataques del F.Polisario en la zona que ha pasado a su poder. Se sabe que fuerzas marroquíes continúan estacionadas en los territorios asignados a Mauritania, cuya presencia militar préacticamente se reduce a Dajla – Villa Cisneros- y La Güera.

    Tags : Sahara Occidental, Marruecos, Mauritania, España, Canarias, pesca,

  • De cómo los marroquíes se burlan de los españoles en materia de cooperación securitaria

    Según el periodista Ignacio Cembrero, los servicios de seguridad marroquíes suelen burlarse de los españoles haciéndoles perder el tiempo.

    En un artículo publicado en Diario de Sevilla, Cembrero afirma que los españoles « reconocen que la cooperación marroquí es valiosa, sobre todo en Ceuta y Melilla » pero se quejan de que los marroquíes, a veces, les hacen « perder el tiempo ».

    A título de ejemplo, cita el caso de una viuda catalana. Rabat les había instigado a investigarla por supuestos vínculos terroristas, mientras su objetivo era, en realidad, obtener información sobre el apoyo que prestaba a jóvenes saharauis independedistas que la dama hospedaba en su casa.

    Cembrero señala también que Marruecos ofrece su colaboración securitaria con Francia y España a cambio del apoyo de París y Madrid en las instituciones internacionales como la Unión Europea y la ONU.

    Cabe recordar que lo que más exige Marruecos es el apoyo a sus tésis anexionistas para el Sáhara Occidental. Gracias a este apoyo, Rabat obtuvo la firma de los acuerdos comerciales con la UE a pesar de que el Tribunal de Justicia de la UE se había pronunciado en contra de esos acuerdos.

    Tags : España, Marruecos, cooperación securitaria, lucha antiterrorista,

  • El independentismo catalán acerca a España y Marruecos

    El independentismo en Cataluña siempre ha preocupado a las autoridades de Marruecos por mucho que desde Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) se hayan esforzado en tranquilizarlas. Les han recordado, por ejemplo, las espléndidas relaciones de la Generalitat con Rabat y las casi inexistentes con Argel.

    El palacio real y el Gobierno marroquí no temen tanto que España se parta sino que la aparición de un nuevo Estado independiente en Europa dé un espaldarazo a la reivindicación de autodeterminación de los saharauis dentro y fuera de esa antigua colonia española en manos de Rabat desde 1975.

    De ahí que el Consulado de Marruecos en Barcelona y las asociaciones de marroquíes que le son afines se haya esforzado en que la llama del separatismo no prenda entre sus inmigrantes como, en cambio, sí lo intenta la Fundació Nous Catalans de CDC. Hay unos 275.000 marroquíes en Cataluña.

    Aún se especula entre los musulmanes de Barcelona qué significó que, a finales de septiembre, surgiese entre las cortinas del despacho del cónsul, Faris Yassine, la bandera de España para que pudiese ser vista desde la calle. ¿Fue intencionado o un mero descuido? En esas mismas fechas el president de la Generalitat, Artur Mas, firmó el decreto de convocatoria del referéndum del 9 de noviembre.

    Antes, en mayo de 2013, el consulado tampoco trató de evitar la expulsión de Noureddine Ziani, un miembro destacado de la colonia marroquí que había empezado a trabajar para la Fundació Nous Catalans y al que el Centro Nacional de Inteligencia, el servicio secreto español, tachó de espía.

    Los responsables marroquíes parecen, sin embargo, haberse dado también cuenta de que el separatismo de una franja de la sociedad catalana tiene ventajas para su causa: sensibiliza más al Gobierno español a sus argumentos sobre la « marroquinidad » del Sáhara Occidental.

    Este inesperado partido que pueden sacar del auge del independentismo en Cataluña, cuando España se dispone a ingresar en enero en el Consejo de Seguridad de la ONU, queda reflejado en algunos análisis diplomáticos y periodísticos marroquíes.

    A finales de noviembre y principios de diciembre visitó Madrid una delegación de doce directores y redactores jefes de periódicos marroquíes acompañada por tres funcionarios del Ministerio de Comunicación. Aunque fueron invitados por la Embajada de España en Rabat y la Fundación Carolina, que depende del Gobierno español, ambas encargaron al ministerio marroquí que designara a los periodistas. Eligió a algunos representantes de medios con tiradas clandestinas, pero a ninguno de la modesta prensa díscola que se publica en Marruecos.

    En años anteriores fue la Embajada de España la que elaboró la lista de los invitados, pero esta vez dejó la selección en manos del ministerio, según un miembro de la delegación. Esta decisión y la presencia en Madrid de los funcionarios marroquíes, junto con los periodistas, son reveladoras del enfoque de la libertad de prensa en Marruecos que tiene la diplomacia española.

    De todas las reuniones que mantuvieron en Madrid la que probablemente más destacaron los periodistas en sus respetivos medios fue la celebrada con José María Beneyto, portavoz del Partido Popular (PP) en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso. « El consenso sobre el Sáhara en España es importante », les dijo. « Nuestra posición es cercana a la de Marruecos », subrayó.

    « Con la excepción de algunas voces, el PP y el PSOE tienen un enfoque que alienta la opción de la autonomía » que Marruecos lleva ofreciendo, como alternativa a la independencia, desde 2007, añadió. Concluyó Beneyto anunciando que, a partir de enero, el Gobierno español trabajará en el máximo órgano de la ONU para apoyar la propuesta marroquí. En realidad ya lo viene haciendo, con sigilo, desde hace años, en el Grupo de Amigos del Sáhara Occidental del que forma parte junto con EE UU, Rusia, Francia y Reino Unido.

    De estas y de otras palabras, algo más matizadas, los periodistas sacaron la conclusión de que « el Gobierno español, enfrentado al separatismo en la región de Cataluña, es más sensible a la lucha de Marruecos por defender su integridad territorial amenazada por el separatismo del Sáhara (…) », escribió Bahia Amrami, directora del semanario « Le Reporter », de Casablanca, resumiendo una opinión generalizada. « La posición del PP, que no siempre fue favorable a Marruecos, parece haber evolucionado substancialmente estos últimos meses », concluyó.

    Aunque el PP vea ahora con buenos ojos la propuesta de Rabat para resolver un conflicto que dura desde hace 39 años, los marroquíes no quieren bajar la guardia. De gira por Andalucía, la segunda comunidad autónoma en número de inmigrantes marroquíes (110.000), el embajador de Marruecos en Madrid, Fadel Benyaich, instó el martes a sus compatriotas a « movilizarse más para defender la primera causa nacional [la pertenencia del Sáhara a Marruecos] y dar la réplica a los discursos propagandísticos de los enemigos del Reino ».

    Ignacio Cembrero

    Blog Orilla Sur, 19/12/2014

    Tags : Marruecos, España, Cataluña, emigración, comunidad marroquí en España, Sahara Occidental, PP, PSOE, Podemos,

  • Los constantes agasajos de Marruecos a los socialistas españoles

    Ignacio Cembrero

    OrillaSur, 1/04/2015

    El último en ser premiado fue, el 25 de marzo, el ex ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. La Fundación Diplomática marroquí, inspirada por el Ministerio de Asuntos Exteriores, le otorgó en Rabat su galardón por ser « un gran amigo de Marruecos » y por ayudar a mejorar la imagen del Reino alauí en el mundo. Entre el público, dos miembros del gabinete real aplaudieron a rabiar.

    Moratinos es el último de una serie de responsables socialistas españoles agasajados por las autoridades del país vecino. El ex presidente Felipe González figura en cabeza de esa clasificación en la que hay también « pesos ligeros » del PSOE. En febrero recibió su enésimo premio, el Averroes, patrocinado por el rey Mohamed VI. Le fue impuesto en Marrakech por sus acciones « en la promoción de la paz y los ideales humanistas ».

    A finales de julio pasado González fue de nuevo invitado personal del rey Mohamed VI en la Fiesta del Trono que conmemora su entronización. El monarca le concedió además, años atrás, el privilegio de poder erigir un chalé en un terreno en la playa exclusiva de Jbila, al sur de Tánger. No lo llegó a construir, pero el pasado verano vendió los cimientos del chalé y la parcela de 5.000 metros cuadrados, valorados en 2,5 millones de euros, al rey Salman de Arabia Saudí, según la publicación online Vanitatis.

    El socialista que más ha dado que hablar estos últimos tiempos fue, sin embargo, el sucesor de González en La Moncloa, José Luis Rodríguez Zapatero. El ex presidente fue invitado en noviembre a inaugurar el II Foro Mundial de los Derechos Humanos en Marrakech, boicoteado por casi todas las ONG marroquíes que trabajan en ese ámbito. A mediados de marzo volvió a ser invitado a viajar, esta vez, al Sáhara Occidental. Fue el primer político español de peso en visitarlo desde que, hace 40 años, España entregó a Marruecos su última colonia.

    En todos los índices mundiales que evalúan el grado de democratización, el desarrollo del Estado de derecho, Marruecos no sale bien parado. Reporteros Sin Fronteras le colocó, por ejemplo, en el puesto 136 de su clasificación de la libertad de prensa en 2014, al mismo nivel que Zimbabue o por detrás de Venezuela que figura en el 116.

    Quizá el índice más global y prestigioso sea el que elabora en Nueva York Freedom House. Ahí Marruecos saca una media de 4,5, a mitad de camino entre las democracias plenas como Norteamérica y casi toda la UE, y los peores regímenes totalitarios, como Corea del Norte, que obtuvo 7 puntos. La nota de Marruecos es idéntica a la de Pakistán y una pizca mejor que la de Venezuela.

    ¿Aceptarían los dirigentes socialistas españoles ser homenajeados por los regímenes de Pakistán o Venezuela? La respuesta la ha dado, indirectamente, Felipe González al asumir, el 23 de marzo, la defensa de dos de los principales presos políticos venezolanos: el líder opositor Leopoldo López, encarcelado desde hace más de un año, y el alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, detenido el pasado 20 de febrero.

    Con esta iniciativa González demuestra que, para muchas figuras del socialismo español, hay una doble vara de medir. A los regímenes de América Latina, como el venezolano, se formulan críticas que se aparcan con Marruecos.

    Tags : Sahara Occidental, Marruecos, España, PSOE, socialistas, Zapatero,

  • España: ignominiosa deuda con el Sahara

    Votoenblanco, 7/11/2005

    Hace 30 años España cerró una de las páginas más ignominiosas de su historia al acobardarse ante la Marcha Verde marroquí y entregar el Sahara a Marruecos, traicionando a los saharauis. Aquella cobarde entrega a Marruecos de lo que se consideraba entonces como « un trozo de España » y la consiguiente traición a un pueblo, el saharaui, que estaba bajo nuestra protección, no sólo constituyó una insoportable vergüenza, sino que, además, hizo que Marruecos nos perdiera el respeto para siempre.

    Desde entonces, España, además de vivir en la ignominia, tiene con los saharauis una de esas deudas que, cuando no se pagan, los países que la contrajeron no pueden escapar del envilecimiento histórico, ni sus instituciones pueden acumular la dignidad necesaria, ni sus ciudadanos pueden respetarse a sí mismos.

    La deuda de España con los saharauis debe saldarse porque España fue cobarde e injusta al dejarlos sólos en manos de Marruecos, un pais que iba a sojuzgarlos, como ha quedado demostrado 30 años después, cuando la policía de Mohamed VI todavía los persigue, tortura y encarcela.

    El saharaui era un pueblo que aprendía a hablar español y que, inocentemente, se sentía protegido por un país europeo, España, que, ante el embate marroquí, escapó cobardemente, con el rabo entre las piernas.

    Aquella huída española del Sahara no sólo tuvo como consecuencia nuestra indignidad como nación en el plano internacional y en nuestra propia consideración de ciudadanos, sino que, además, hizo que Marruecos, a partir de entonces, nos perdiera el respeto y se convirtiera en la mayor « pesadilla » de la política exterior española.

    Cualquier estudioso o historiador sabe que un bereber (y Marruecos es un país bereber) sólo respeta la fuerza de su adversario y desprecia a los débiles, a los que ni siquiera considera dignos de vivir.

    El pueblo saharaui, que tenía en España a su principal valedor, está ahora iniciando un nuevo movimiento de resistencia frente a Marruecos y está siendo reprimido sin piedad. Sus representantes piden protección a España, pero sólo escuchan el eco de sus voces ante una España que sigue apostando por la cobardía.

    Los saharauis se están quedando sólos ante la actual política exterior española, débil y entreguista frente a sultán marroquí, dispuesto a coservar el Sahara bajo dominio marroquí aunque para ello tenga que exterminar a la resistencia de ese pequeño pueblo del desierto que, a pesar de todo, se empeña en seguir soñando en español.

    Tags : Sahara Occidental, Frente Polisario, Marruecos, represión, España,

  • Sahara Occidental : Los acuerdos nulos de Madrid

    JULIO D. GONZÁLEZ CAMPOS*
    Fuente : El País, 18/09/1977

    Como tantos otros episodios de la política exterior de la dictadura, el asunto del Sahara Occidental aún conserva muchos de sus aspectos en la sombra. Entre ellos, el singular desenlace que le diera El Gobierno presidido por el señor Arias Navarro, el 14 de noviembre de 1975, fecha en que éste firma en Madrid con los representantes de los Gobiernos de Marruecos y Mauritania una «declaración de principios» sobre el territorio bajo administración española. Este acuerdo internacional, al igual que las posteriores medidas encaminadas a su ejecución, creo que nunca ha sido aceptado por una gran parte de la opinión pública española, que aún sigue preguntándose cómo pudo llegarse a tal solución. De otra parte, las consecuencias de aquel acuerdo todavía siguen pesando dolorosamente no sólo sobre el destino del pueblo saharaui, sino sobre nuestras propias relaciones exteriores en la actualidad. Parece obligado, por tanto, tratar de esclarecer el alcance de aquel acto, no tanto para juzgar un pasado político ya muerto, sino porque este pasado, en el caso del Sahara Occidental, aún sigue afectando el futuro de nuestras relaciones internacionales.

    Por el acuerdo de Madrid, el Gobierno aceptó dar por terminada la presencia española en el territorio antes del 28 de febrero de 1976, creándose una «administración temporal» del Sahara Occidental, en la que se incluían, junto a las autoridades españolas encargadas de liquidar la anterior administración colonial, dos Gobiernos adjuntos nombrados por Marruecos y Mauritania. Con ello, se abrió el camino para la inmediata ocupación militar del territorio por parte de los dos Estados -no sin encontrar una fuerte resistencia armada de su población- y para su posterior reparto entre ambos, realizado en el acuerdo de 14 de abril de 1976. Este resultado es tanto más sorprendente ya que el Gobierno español había defendido reiteradamente -ante, los órganos políticos de las Naciones Unidas (NU) y, con abundantes pruebas documentales, ante el Tribunal Internacional de Justicia-, que ninguno de los dos Estados a los que ahora se entregaba el territorio poseía título jurídico alguno sobre el mismo. Extremo que fue reconocido por el principal órgano judicial de las NU en su dictamen consultivo del 16 de octubre de 1975.

    Correlativamente, el Gobierno español admitió en dicho acuerdo que la voluntad del pueblo saharaui, que debía expresarse libremente en un referéndum celebrado bajo los auspicios y la garantía de las NU, podía ser reemplazada por la apariencia de una consulta a la «Yemaa», que se realizó sin contar con un gran número de sus miembros y ante la presencia de las fuerzas de ocupación marroquíes. Resultado no menos sorprendente, porque se halla en abierta contradicción con anteriores declaraciones españolas, entre ellas, la hecha por el entonces jefe del Estado, el 21 de septiembre de 1973, que afirmaba que el pueblo saharaui era «el único dueño de su destino» y que el Estado defendería «la libertad y la voluntad de libre decisión» de los habitantes del territorio. Y contradecía también la comunicación hecha por el Gobierno español a las NU en el verano de 1974 aceptando la celebración de un referendum en el territorio para 1975, como le había solicitado reiteradamente la Asamblea General de la Organización.

    Los hechos, en la sombra

    Es esta comunicación la que abre la crisis final en el asunto del Sahara, por obra de la iniciativa diplomática de Marruecos. Pero el hecho es que en octubre de 1975, como se afirma en el informe de la Misión de Visita de las NU. la población saharaui residente en el territorio, deseaba, en su inmensa mayoría, acceder a la independencia. Y el Tribunal Internacional de Justicia, en el citado dictamen consultivo de 16 de octubre de 1975, afirmaría, dada la inexistencia de anteriores vínculos de soberanía entre el Sahara Occidental y Marruecos o el conjunto mauritano en el pasado que, nada se oponía «a la aplicación del principio de la libre determinación, a través de la expresión libre y auténtica de la voluntad de las poblaciones del territorio».Cabe preguntarse, legítimamente, qué hechos determinaron -entre el 14 de octubre y el 14 de noviembre de 1975- este doble resultado final. Pero los hechos, como dije antes, aún permanecen en su mayor parte en la sombra. Quedan, ciertamente, las imágenes de aquel período -en el que las noticias sobre el Sahara Occidental compartían con los partes médicos un lugar destacado en los medios de comunicación-, como indicios que tratan de explicar un acto del Gobierno español por el que se condenó al pueblo saharaui a una nueva dominación colonial. Entre ellas, sin duda, un lugar de primer orden corresponde a la «marcha verde»; pero los documentos de las NU han revelado un hecho entonces ocultado a la opinión pública española: que la marcha se inició y realizó en el entendimiento del Gobierno español de que si la marcha se realizaba en un área limitada y por tiempo también limitado, no se produciría una respuesta armada por parte de las fuerzas españolas ante la penetración en el territorio. Quedan también las imágenes de las reuniones del Consejo de Seguridad, convocado a instancias del Gobierno español, la enérgica actitud de los representantes españoles y la condena por este órgano de la «marcha verde»; sin que Marruecos -tal vez por gozar de un decidido apoyo diplomático de Estados más poderosos- se dignase a aceptar sus resoluciones. Y también conservamos, en la confusión de aquel momento, las imágenes de los viajes y de las negociaciones sucesivas, entre el Gobierno español y los de Marruecos y Mauritania, entre el 21 de octubre y el 3 de noviembre. Si hemos de creer la declaración hecha por SM el Rey de Marruecos al representante especial del secretario general de las NU, señor Lewin, el 4 de noviembre de 1975, en esta fecha ya se habían convenido las principales disposiciones de la que sería la Declaración de Madrid y en ella se estipulaba, según el soberano alauita. «la transferencia de soberanía por parte de la potencia administradora a Marruecos y Mauritania».

    El gran «show» marroquí

    De este modo, el inicio de la «marcha verde», el siguiente día 5 de noviembre, adquiere un sentido más real. Fue, ciertamente, un gran «show» marroquí, al que no faltaron- las imágenes de TVE para mayor impacto en la confusa opinión pública; pero también era, de otra parte, el gesto simbólico que preludiaba la posterior anexión del territorio. En esta perspectiva, hoy resuenan como huecas las censuras dingidas por el ininistro señor Carro Martínez a la conducta de las Naciones Unidas, en el pleno de las Cortes del 18 de noviembre de 1975, así como-tantas apelaciones improcedentes al honor del Ejército español, que nunca estuvo en juego en aquella crisis.Pero los hechos de aquel período -aún siendo insuficientemente conocidos en todos sus aspectos- permiten, no obstante, establecer ciertas conclusiones muy precisas, conforme al derecho internacional en vigor. En primer término, que si un territorio no autónomo, como el Sahara Occidental, «tiene en virtud de la Carta una condición jurídica distinta y separada de la del territono del Estado que lo administra» y esta condición subsiste hasta que el pueblo de dicho territorio «haya ejercido libremente su derecho de libre determinación de conformidad con la Carta», el acuerdo de Madrid, de 14 de noviembre de 1975, es nulo, pues el Gobierno español no podía hacer entrega del territorio, como se pactó, a los Gobiernos de Marruecos y Mauritania. Su retirada del Sahara Occidental hubiera requérido el establecimiento de una administración del territorio, a cargo de las Naciones Unidas, pero nunca la concertada con estos dos Estados y seguida de la ocupación militar por parte de los mismos.

    En segundo lugar, dado que el derecho de libre determinación de los pueblos es hoy una norma imperativa de Derecho internacíonal, que no admite pacto alguno en contrario, la «Declaración de Principios» hecha en Madrid, el 14 de noviembre de 1975, es nula, por ser contraria a estas normas de jus cogens. En efecto, el objeto y fin de dicho acuerdo fue privar al pueblo saharaui, mediante una ocupación militar de su territorio, del derecho a expresar libremente su voluntad, mediante un referéndum. La consulta a la «Yemaa» que figura en el citado acuerdo, al constituir una simple farsa, no fue otra cosa que una flagrante burla del Derecho de las Naciones Unidas y que éstas se negaron a admitir, rechazando el envío de un representante del secretario general.

    «Crimen, internacional»

    Finalmente, la violación grave de una obligación internacional de importancia esencial para la salvaguardia del derecho a la libre determinación de los pueblos «como la que prohibe el establecimiento o el mantenimiento por la fuerza de una dominación colonial», constituye un hecho internacionalmente ilícito, que da lugar a la responsabilidad internacional del Estado ante la comunidad internacional y que a juicio de la Comisión de Derecho Internacional de las Naciones Unidas, debe ser calificada como un «crimen internacional». Los actos realizados por los Gobiernos de Marruecos y Mauritania con posterioridad al 14 de noviembre de 1975, al ocupar militarmente el territorio del Sahara Occidental y proceder a su reparto, puede estimarse que quedan comprendidos en el supuesto del precepto anteriormente citado, pues, de hecho, equivalen a establecer una nueva -y más cruel- dominación colonial del territorio.A mi juicio, corresponde a las Cortes surgidas de las elecciones del 15 de junio, solicitar, mediante la creación de una comisión especial, una completa y detallada información sobre los hechos que condujeron a la firma del acuerdo de Madrid. Y una vez determinados éstos, si las anteriores conclusiones son correctas, adoptar un acuerdo por el que se declare que, a juicio del Estado español, la Declaración de Principios hecha en Madrid, el 14 de noviembre de 1975, es un acuerdo nulo, conforme al Derecho Internacional en vigor, y, consiguientemente, que el Gobierno debe orientar su política internacional, en relación con la cuestión del Sahara Occidental, en toda ocasión y circunstancia, de conformidad con este acuerdo. La posición actual del Gobierno español, por su inherente ambigüedad, resulta difícilmente admisible, pues equivale a admitir el acuerdo de Madrid, pese a su nulidad y negarse a reconocer los efectos del mismo.

    *Catedrático de Derecho Internacional – Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 18 de septiembre de 1977

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    DEBATE EN LA COMISIÓN DE EXTERIORES DEL CONGRESO

    Carro: acalorada defensa de la política descolonización del Sahara

    PABLO SEBASTIAN – ISMAEL FUENTE LAFUENTE
    El País, 16/03/1978

    El ex ministro de la Presidencia Antonio Carro, hombre sobre el que recayó una de las mayores responsabilidades en la última fase de la descolonización del Sahara, defendió acaloradamente la política que se siguió con respecto al territorio ex español, y dijo no sólo que ésta había sido la más favorable a España, sino la única viable en aquellos momentos, «en contra de lo que se ha podido decir estos días en esta Comisión ».Los dieciséis fólios de discurso, preparados concienzudamente por Carro y que tuvieron como consecuencia inmediata un enfrentamiento verbal con el embajador en la ONU, Piniés, en el descanso siguiente a su parlamento), en presencia de diputados y periodistas, respondieron al alto clima de expectación que reinaba estos días en la Comisión de Relaciones Exteriores ante la comparecencia del hombre al que, junto con Arias Navarro, se le considera uno de los artífices de la política seguida con la antigua colonia española.

    Para Antonio Carro la descolonización del Sahara no fue una operación maximalista. La sombra de la guerra estuvo presente a diario, y se corrió el riesgo de que la zona se vietnamizase. Hasta las dos grandes potencias -Estados Unidos y Unión Soviética- presionaron sobre la zona, con riesgo claro de un estallido bélico de efectos mundiales. «No ocurrió lo peor. Tampoco diré que lo mejor. Pero sí lo menos malo de lo que la gran tensión en la zona pudo generar. »

    «La desconolización del Sahara se produjo dentro de una cierta normalidad.» Esto dijo Antonio Carro antes de hacer una larga cita histórica de todos los procesos de descolonización del último siglo de las principales potencias europeas. «Mi intuición de hombre de Estado, antes que de hombre de partido, me induce a presentaros la descolonización como un hecho favorable a España, y que históricamente no permitió solución distinta a la adoptada. Y estoy seguro de que la mayor parte de los que hoy se sientan en esta comisión hubieran hecho exactamente lo mismo que lo que nosotros tuvimos que hacer en aquellos momentos.» «Quiero decir también que en ningún momento se eligió a Marruecos en vez de a Argelia. Simplemente elegimos a España.» Carro hizo entonces una historia de las posiciones de los países interesados en la zona, toda ella bajo el prisma del intento de aplicación del estatuto de autonomía para el Sahara de 1974 y de la paralela enfermedad de Franco (verano de 1974), cuando, según sus palabras, se iniciaron los movimientos reivindicativos de Marruecos y la solidaridad de los países árabes en favor de éste, incluido Argelia.

    Entonces España comunicó su decisión de celebrar el referéndum sobre autodeterminación del Sahara en los seis primeros meses de 1975, pero «la avisada imaginación del rey Hassan II provocó un incidente dilatorio de singular efecto». Se refería Carro a la petición de Hassan II de que fuese el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya quien dictaminase sobre el dominio histórico de la región.

    España aceptó la resolución, aun a sabiendas de que sería muy difícil llegar al referéndum, pero al menos se lograba distender la atención en la zona y se lograba romper la solidaridad de las naciones árabes con Marruecos, ya que Argelia apoyaba la tesis española de autodeterminación. Carro había hallado de un riesgo grave de conflicto militar en la zona entre España y Marruecos en el verano de 1974.

    Tres opciones

    El ex ministro de la Presidencia planteó que, como consecuencia de los hechos citados en la primavera de 1975, a España solamente le quedaban tres opciones: una, entregar la independencia de forma unilateral al Sahara, aunque España no podía hacerlo porque era sólo potencia administradora y no podía transferir una soberanía que no tenía. Dos, pactar con Marruecos, pero eso era imposible, porque el monarca alauita no admitía otra negociación que no fuese la de la transferencia de la soberanía. Y tres, transferir las responsabilidades del territorio a la ON U.

    Con esta última idea se pidió a las Naciones Unidas -prosiguió Carro- el envío de cascos azules y se invitó a una misión de la ONU a visitar el territorio. Tras este viaje, a la vista de la hostilidad del pueblo saharaui contra España, se preparó minuciosamente en el verano de 1975 (esto es, antes de la marcha verde) la Operación Golondrina y se anunció la decisión española de precipitar la transmisión de poderes.

    Tras una serie de consideraciones sobre la actitud del Ejército en el Sahara (del que Carro destacó su disciplina, su gallardía y su aguerrimiento), dijo que en la Península se hubiera reprobado cualquier sacrificio estéril de los soldados españoles en el Sahara.

    España intentó apoyarse en la ONU -continuó-, y lo único que obtuvo fueron resoluciones contradictorias. «No quedaba otra alternativa que la de poner a salvo nuestros intereses. Por eso se intentó obtener un acuerdo con las partes interesadas.»

    La « marcha verde » fue una sorpresa

    Para España, la marcha verde fue una sorpresa y una gran amenaza El día 2 de noviembre, con la marcha verde a punto de entrar en el Sahara, la respuesta de las Naciones Unidas a España fue la de «caución y moderación». «Es increíble la respuesta de la ONU cuando las metralletas marroquíes estaban sonando cerca de nuestro territorio».

    «Fue preciso en todo momento evitar cualquier riesgo de guerra», prosiguió. «El 7 de noviembre de 1975, el embajador marroquí en Madrid visitó al presidente Arias, en un momento crítico en que la marcha verde se encontraba dentro del Sahara, y de ahí salió la utilidad de mi viaje a Agadir al día siguiente.» Carro desveló que entonces no fue muy difícil la negociación con el monarca alauita, aunque éste le pidió que firmara un pacto favorable a los intereses marroquíes. Al fin se materializó un acuerdo en una carta de Carro dirigida a Hassan, en la que se pedía que para seguir negociando fuese preciso la retirada de la marcha marroquí sobre el Sahara, al tiempo que Hassan 11 dirigía una carta al entonces jefe de Estado en funciones, el hoy rey Juan Carlos, en la que se pedía la entrega por parte del Estado español a Marruecos y Mauritania de todas las responsabilidades en el Sahara.

    Posteriormente llegaron las negociaciones. De ellas, el ex ministro de la Presidencia dijo que en todo momento los acuerdos de Madrid, o mejor, la declaración de Madrid, entre los jefes de Gobierno de España, Marruecos y Mauritania, se habían escrito con pluma española; es decir, que los Gobiernos marroquí y mauritano no habían escrito prácticamente ninguna palabra en el texto. Y que, en cualquier caso, una lectura pausada de la declaración de Madrid dejaba bien claro que no era otra cosa que una declaración unilateral de retirada por parte de España, sin que ello entrañase una cesión a Marruecos y Mauritania.

    «Porque lo único que se hizo fue abandonar el Sahara sin entregar el mismo a los ejércitos marroquí y mauritano, sino que éstos se limitaron a ocupar las posiciones que los españoles iban dejando libres.»

    La larga intervención de Antonio Carro dejó bien claro que el proceso descolonizador del Sahara estaba sin terminar y que en todo momento, tal como se sucedieron los hechos, no se pudo actuar de otra firma. «Para España -repitió en varias ocasiones- no hubo otra alternativa y se optó por el mal menor. El peligro, el riesgo, una vez superado, se olvida fácilmente, pero en aquellos momentos los intereses de España y de sus aguerridas Fuerzas Armadas hubo que situarlos por encima de todos los demás intereses en juego. Y gracias a ello nuestra fue la iniciativa, nuestro el dominio de la situación y el final de la operación fue satisfactorio para los intereses de España.»

    Incidente Carro-Piniés

    El incidente entre los señores Carro y Piniés, en un tono casi violento y en medio de los pasillos de la Comisión, se produjo cuando este último negó ante los periodistas dos afirmaciones del ex ministro: que España había solicitado la presencia de la ONU y de sus cascos azules en el territorio, y que nuestro Gobierno no supo, hasta su convocatoria, de la marcha verde. Piniés negó contundentemente las dos afirmaciones. Ambos se acusaron públicamente de no estar diciendo la verdad.

    * Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 16 de marzo de 1978

    Tags : Sahara Occidental, Frente Polisario, Marruecos, España, acuerdo de Madrid, 14 de noviembre 1975, Marcha Verde,

  • Efemérides:Primera reunión del Tribunal de la Haya sobre el Sáhara, presupuesto y condena a la prisión militar a 5 jóvenes saharauis

    El 16 de Abril de 1975, « el Tribunal Internacional de La Haya inició su primera reunión formal sobre el dictament consultivo pedido por la Asamblea de la ONU sobre el Sáhara Occidental o español », informa ABC.

    Fuentes diplomáticas citadas por ABC, « indicaron que los 15 jueces de la Corte presididos por el polaco Manfred Lachs, estudiaban actualmente el procedimiento a seguir durante los trabajos previos a dicho dictamen, y, de manera especial, la petición de Marruecos y de Mauritania de que sea admitido un juez « ad hoc » de cada uno de estos países, por el hecho de que España está representada en el Tribunal por Don Federico de Castro ».

    « Como se recordará, añade ABC, el gobierno español presentó una nota en la que pedía al tribunal la no aceptación de estos jueces « ad hoc », porque ello podría provocar un equíivoco importante : el que se pensara que el trabajo de la Corte tiene un carácter contencioso y no de dictament como lo solicito la Asamblea de la ONU, dado que, normalmente, sólo se aceptan jueces « ad hoc » en los contenciosos. España desea, más que impedir la presencia de un juez mauritano y marroquí en el Tribunal, dejar bien claro que le gobierno de Madrid no acepta un contencioso y que la presencia o ausencia de dichos jueces no cambiaría nunca el sentido de « dictamen consultivo », única labor del Tribunal Internacional frente al caso del Sáhara español ».

    « « Los jueces, que conversaron hoy durante cerca de 5 horas, volverán a reunirse mañana, y no se excluye que decidan la adopción de un procedimiento oral para que España, Marruecos y Mauritania expliquen sus pros y contras en este apartado relatico a los jueces « ad hoc » solicitados », concluye ABC.

    1.665.065.000 de pesestas es el presupuesto anual del Sáhara para el año 1975. El resumen de gastps está destinado a las siguientes secciones y servicios : Gobierno y Secretaría General. Justicia, Política Interior, Enseñanza, Sanidad e Higiene, Obras Pçublicas, Urbanismo y Vivienda, Minería e Industria, Correos y Telecomunicación, Financieros y Comercio y obligaciones generales.

    Por otra parte, ABC señala que « a seis años de prisión militar han sido condenados los cinco jóvenes saharauis que ayer fueron juxgados en un Consejo de Guerrea, celebrado en el rergimiento Mixto de Artillería de Las Palmas. Los jóvenes estaban acusados de insultos a las Fuerzas Armadas, enfretntarse y resistirse a una patrulla de la Policía Territorial española, en el Sáhara ».

    Tags : Sahara Occidental, Marruecos, España, Frente Polisario, colonialismo, presupuesto,

  • El Sáhara Occidental, moneda de cambio del PSOE

    Fuente: Diagonal, 10/12/2009

    En los últimos 35 años, la población saharaui se ha visto obligada a vivir bajo la ocupación militar en los territorios ocupados de Marruecos, en campamentos de refugiados de Argelia o en las zonas liberadas. Un pueblo olvidado, especialmente para el PSOE, que ha pasado en los últimos 30 años de mostrar su apoyo a la causa desde la oposición al Franquismo a apoyar la postura marroquí.

    “Como parte del pueblo español, sentimos vergüenza de que el Gobierno [franquista] no haya sólo hecho una mala colonización, sino una peor descolonización entregándoos en manos de gobiernos reaccionarios como los de Marruecos y Mauritania”, afirmaba en 1976 Felipe González (PSOE) en los campamentos de refugiados saharauis en Argelia.

    Más de 30 años después no descubrimos nada al decir que la descolonización del Sáhara Occidental no ha terminado, único caso en África, y que la potencia administradora de este territorio, según la ONU, es el Estado español. Tampoco si hablamos de los más de 120.000 refugiados saharauis que desde 1974 pueblan la hammada argelina. Allí huyeron de los bombardeos indiscriminados de napalm y fósforo blanco posteriores a la ocupación de su territorio por parte del ejército alauita.

    Un muro de 2.700 kilómetros rodeado de minas antipersonas divide los territorios de la antigua provincia y colonia española. A un lado, las zonas liberadas que el Frente Polisario intenta poblar; del otro, los territorios ocupados, donde la población saharaui sufre la ocupación militar de marroquí. “Especialmente desde que el 6 de noviembre Mohamed VI en su discurso conmemorativo de la Marcha Verde declarara que sólo hay dos tipos de personas: marroquíes o traidores. La represión ha aumentado: detienen a gente por recibir a abogados internacionales, a activistas de los derechos humanos les han quitado sus papeles…”, denuncia El Mami Amar Salem, vicepresidente del Colectivo Saharaui de Defensores de Derechos Humanos.

    El Mami sigue muy de cerca la situación de Aminetu Haidar, pero tampoco se olvida de los siete activistas que desaparecieron en octubre a su vuelta de una visita a los campamentos. “Siguen en la cárcel de Salé, aislados y a la espera de ser juzgados en un Tribunal militar”, denuncia Khadad Emhamed, coordinador saharaui ante la Misión Internacional de Naciones Unidas para la celebración de un Referéndum en el Sahara Occidental (MINURSO), que se creó en 1991.

    Una misión inconclusa y, de nuevo, paralizada. A primeros de diciembre se debía celebrar una nueva ronda de negociaciones que no tendrá lugar, “las detenciones de activistas saharauis y la expulsión a Lanzarote de Aminetu Haidar hacen que estas sean imposibles”, apuntilla Khadad a este periódico.

    ¿Apoyo a la causa saharaui?

    Aun así la postura oficial de la dirección del PSOE es la de defender la causa saharaui que pelea por el derecho a su autodeterminación. Es decir, un referéndum en el que puedan elegir sobre su independencia o integración en Marruecos. ¿Igual que en 1976? “No hemos modificado ni una coma nuestra postura”, explica a este periódico Elena Valenciano, secretaria de Política Internacional de este partido. ¿Y qué opinan de Marruecos? El propio González formó parte de la comisión que intentó que Marruecos organizara el Mundial de Fútbol de 2010. También es conocida su intermediación ante Mohamed VI en favor de que Telmex, empresa de Carlos Slim, entrase en el mercado alauita. O para que en 2006 Chile y Colombia decidieran no reconocer a la República Árabe Saharaui Democrática.

    Eso sí, la Agencia Española de Cooperación Internacional no ha dejado de nutrir a los campamentos de refugiados. “Preferimos que llegue un comunicado político que ejecute la legalidad internacional, a toda la ayuda que mantiene a nuestro pueblo en campamentos de refugiados”, reconoce Khadad.

    “Marruecos es un tapón para la inmigración del África Subsahariana; empresas españolas realizan dumping social allí, al instalar sus centros y rebajar así las condiciones laborales de sus empleados; los armadores de barcos españoles pueden pescar en sus caladeros gracias a los acuerdos con la UE. Pero todo esto no me parece motivo suficiente para que el pueblo saharaui sea una moneda de cambio. Tampoco que altos cargos del PSOE como el propio Felipe tengan intereses personales”, explica perplejo Fernando Peraíta, de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Sevilla.

    Otra de estas posibles monedas de cambio es el comercio de armas. Desde 1984, todos los gobiernos han vendido o regalado material bélico a Marruecos. Tanto en plena guerra, como en la actual situación de alto fuego. En 2008 recibieron el obsequio de seis torpedos MK46 MOD-2 y una venta cifrada en 113, 9 millones de euros. La monarquía marroquí se convirtió en el tercer cliente de la industria militar española.

    Los cambios en la ONU

    “Desde el Franquismo, los únicos gobiernos españoles que se han abstenido en una votación por la descolonización del Sáhara Occidental han sido el de Franco y el de Zapatero”, reconocía en 2006 a DIAGONAL Mohamed Y. Beissat, embajador del Polisario en Argelia, tras la actuación del Gobierno. Tan sólo un año después de la llegada de Zapatero a la Moncloa las cosas estaban muy claras. En marzo de 2007, en su visita a Marruecos, Zapatero conoció su última apuesta por la autonomía. “La parte española ha acogido esta propuesta con interés y considera que podría generar una nueva dinámica de diálogo”, según recogía entonces Asuntos Exteriores.

    “Hay mucha gente del PSOE en las asociaciones de defensa del pueblo saharaui, incluso alcaldes o concejales. Esto debe crear contradicciones en el partido. La cúpula está del lado de Marruecos y la base en contra”, reconoce Peraíta. Según el actor Willy Toledo, presidente de laPlataforma Todos con Aminetu, que lleva en Lanzarote desde el 17 de noviembre, así se han manifestado también parlamentarios vascos del PSE o el secretario de Movimientos Sociales, Pedro Zerolo. Sin embargo, Valenciano no reconoce ninguna tensión. “Decir que hay un movimiento crítico es demasiado, hay mucha gente preocupada y nos pide que hagamos cosas”, apostilla.

    El expolio, una traición más

    Desde 2007 a los caladeros saharauis han vuelto los pesqueros europeos, especialmente españoles y franceses. “La historia no tiene marcha atrás”, afirmaba este verano López Aguilar, ex ministro de Justicia y candidato al Parlamento Europeo por el PSOE, sobre las posibilidades de ratificar el Nuevo Acuerdo de Asociación de la Unión Europea con Marruecos. Al menos el conflicto saharaui ha vuelto a la “agenda internacional”. “Hay otros muros en el mundo que deben caer”, denunciaba el presidente hace unas semanas en el vigésimo aniversario de la caída del muro de Berlín. Como dirían en tierras de Zapatero: “Una cosa es predicar y otra dar trigo”. Los 2.700 kilómetros de muralla del Sáhara siguen levantados. Y la valla de Ceuta y Melilla también.

    Tags : Sahara Occidental, Marruecos, España, expolio, recursos naturales, traición, provincia española, descolonización, autodeterminación,

  • Presentación de la novela « El largo invierno saharaui » de Teodoro L. Basterra

    El largo invierno saharaui acerca la realidad de la situación del Sáhara Occidental a través de una historia de aventuras, asesinatos, dramas y revelaciones, con dos líneas argumentales principales: la primera, la personal de la protagonista, Esther Baquero. Es la inspectora de la Policía Nacional que investiga en Gdeim Izik el pasado de un hombre ejecutado en Barcelona. Ese hombre había sido su gran amor de juventud.

    Es una mujer doliente, que sufre el peso de sus vivencias, relaciones, carencias, necesidades… El alcohol, el tabaco, el sexo… se convierten en refugios, en apoyos de una vida marcada por su padre y el amor de dos hombres. Y una segunda línea sobre la investigación de las verdaderas razones que hacen perdurar el conflicto: corrupción personal y política en las instituciones internacionales; interés económico, geoestratégico, recursos naturales…

    El objetivo de la novela es triple: en primer lugar, dar a conocer una realidad ocultada, romper el silencio que existe sobre el Sáhara Occidental; en segundo lugar, mostrar la línea de corrupción e intereses económicos que hace que este problema persista en el tiempo; y el tercero, el puramente literario, intentado ofrecer a través de sus páginas una narración ágil y de calidad para que sea un disfrute su lectura.

    La novela ha sido seleccionada para la XXXII Semana Negra de Gijón 2019.

    EL AUTOR

    Teodoro L. Basterra (Bilbao, 1961), es diplomado en Psicología por la UNED y Máster en Mediación Mercantil, Civil y Familiar. Ha estudiado Bellas Artes en la Universidad del País Vasco y Diseño y Fotografía en la Escuela de Artes y Oficios de Corella (Navarra). Reside actualmente en Alfaro (La Rioja), donde es el jefe de la Policía Local.

    Miembro fundador de la « Asociación de Amigos de la Poesía de La Rioja Baja », su obra poética ha sido recogida en antologías como Poemas de mar a mar (2006), Vida de perros. Poemas perrunos (2007) y Encuentros (2008); mientras que su obra narrativa ha sido premiada en diversos certámenes literarios como el Voces de Mujer (Alfaro), el Ciudad de Alfaro; el Villa de Autol, o el Esteban Manuel de Villegas de Nájera (La Rioja). Alguno de sus relatos han sido publicados en el libro Voces de mujer (2006). Todos están incluidos en el recopilatorio Saga y anclaje (Ediciones del 4 de agosto, 2008).

    En 2014 publicó su primera novela: La primera víctima (Editorial Última Línea), una historia policíaca sobre los atentados terroristas en Madrid el 11 de marzo de 2004. Un tema tabú en España.

    Fuente: Extensión Universitaria, 15/04/2019

    Tags : Sahara Occidental, Marruecos, España, ONU, descolonización, intereses geopolíticos, El largo invierno saharaui,